Casi todas las personas tienen un espacio, algunos pequeñito, otros, más grande para la superstición. Muchos logran superar estas inclinaciones, y otros no tanto…. Desde el viernes 13 hasta el gato negro, te contamos qué hay detrás de las supersticiones.
Viernes 13
Como nací un viernes 13, no puedo hacer otra cosa más que sonreír cuando encuentro que para otros es una fecha fatal. La creencia fatídica sobre el viernes 13 es un legado de otros tiempos, que combina dos presunciones: viernes es un día de mala suerte, y el número 13.
Sobre el número 13 pesa una gran mala fama, no en vano en algunos países, los edificios de departamentos de muchos pisos saltean el número trece, al que reemplazan por 12B; también se reemplaza la fila 13 en algunas compañías aéreas.
La aversión por el viernes viene de una época remota, desde la crucifixión de Jesucristo. Según los textos bíblicos, Cristo murió en la cruz un día viernes por la tarde. El número 13 se relaciona con la traición de Judas, uno de los doce apóstoles, con Cristo, 13. De allí lo del viernes 13.
Gatos negros
Los pobres gatos negros tienen una mala fama… completamente injustificada en tiempos modernos. Durante la Edad Media, fueron perseguidos como reencarnaciones del demonio. A menudo eran compañía de mujeres que buscaban la sabiduría a través del conocimiento de hierbas. Estas mujeres vivían en soledad, con la única compañía de su gato, y eso me hace pensar en infinidad de mujeres modernas, que viven con un gatito, la diferencia es que antes se las llamaba brujas, y ahora crazy cat ladies.
No pasar por debajo de la escalera
¿A ti te preocupa? Espero que no, ya que el origen de esta creencia se relaciona con el primitivo patíbulo donde se ajusticiaba a los criminales en la Edad Media, y más tarde, durante la Revolución Francesa. Resulta que subían al reo con una soga al cuello hasta la punta de una escalera, luego lo arrojaban al vacío, y moría ahorcado. Si alguien pasaba por debajo de la escalera, corría el riesgo de toparse con el muerto.
Los ocultistas creían que pasar por debajo de una escalera rompía el triángulo (pared-escalera-piso), antiguo símbolo de la Cristiandad. Pensaban que quien rompía ese triángulo, en cierto modo estaba desafiando a su propio destino.
No encender tres cigarrillos con la misma cerilla
La tradición dice que si enciendes tres cigarrillos con la misma cerilla, la persona del tercer cigarrillo tendrá mala suerte. La explicación es muy simple, y no tiene nada que ver con la superstición. El origen de esta creencia se remonta a la Primera Guerra Mundial, cuando los soldados fumaban por la noche, la llama de las cerillas delataba su posición fácilmente; el tirador enemigo se percataba, cargaba su fusil, y cuando le llegaba el turno al tercer soldado, era muy probable que el disparo le volara la tapa de los sesos.
Sensato, ¿verdad? Aunque otras fuentes apuntan que esta superstición fue inventada por un magnate sueco de la industria del fósforo, en un intento por lograr que la gente usara más cerillas. ¡Por lo menos los supersticiosos nunca encenderían tres cigarrillos con la misma cerilla! Muy listo el magnate… Pero la superstición ha quedado.
Aunque muchas de estas supersticiones hoy nos resultan pintorescas, también nos obligan a pensar. Estamos en el pleno siglo XXI, y todavía hay quien cruza de vereda cuando ve un gato negro. ¿No es hora de cambiar?
Fuente: The Huffingtonpost