México tiene previsto enviar en enero a la Universidad de Innsbruck, en Austria, restos localizados en Guerrero, al sur del país, para ver si están relacionados o no con el caso de los 43 estudiantes de la norma rural de Ayotzinapa desaparecidos en ese estado en septiembre de 2014.
Felix Santana, secretario técnico de la Comisión para la Verdad creada a principios de año para acompañar la investigación, explicó el jueves a The Associated Press que se trata de “posibles restos humanos” que “sólo tendrán relevancia” cuando se confirme si están vinculados con los jóvenes desaparecidos hace cinco años en la localidad de Iguala, en Guerrero, y cuyo paradero todavía se desconoce.
Santana dijo que el hallazgo tuvo lugar en una en una barranca de un lugar llamado La Carnicería, en Cocula, municipio cercano Iguala, un lugar al que se llegó después de analizar varios indicios, entre ellos, datos geoespaciales y otros aportados por informantes.
Algunos de los restos, los primeros que se envían a los laboratorios austriacos expertos en análisis de ADN desde que esta administración reactivó las búsquedas, están “calcinados”, señaló el funcionario de la Secretaría de Gobernación.
“Otros, por su exposición a la intemperie, tienen cierto nivel de desgaste”, agregó.
El 26 de septiembre de 2014 policías locales capturaron a los estudiantes en Iguala y supuestamente los entregaron a miembros del crimen organizado. Según la versión oficial del gobierno de entonces, el de Enrique Peña Nieto, los jóvenes fueron llevados al basurero de Cocula, donde fueron incinerados y luego arrojados a un río cercano donde luego se encontraron restos humanos.
Sólo uno de los huesos hallados en la orilla de ese río fue identificado plenamente en Innsbruck como el de uno de los estudiantes. Sin embargo, para el equipo de expertos internacionales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos eso no confirmaba la versión oficial por el incontable número de irregularidades que rodearon ese hallazgo en comparación con el resto.
Después de año y medio de investigación, los expertos rechazaron la teoría oficial por falta de sustento científico y denunciaron obstrucción a la justicia de diversos funcionarios, así como sonadas violaciones al debido proceso. La propia justicia mexicana ordenó en 2018 la reposición de todo el proceso porque la fiscalía federal no había sido imparcial.
En Guerrero, y en concreto la región de Iguala, se han hallado multitud de fosas clandestinas con restos humanos fruto de la violencia que desde hace años vive esa zona. No obstante, la barranca de La Carnicería es un lugar que aparece en varias ocasiones en la investigación del caso Ayotzinapa con informaciones contradictorias sobre la posibilidad de que allí hubiera restos humanos.
En 2015 se hizo una búsqueda, pero los expertos internacionales dudan si las autoridades les llevaron al lugar correcto, según indicaron en su informe.
Precisamente por la desconfianza que generó la anterior administración, los padres de los desaparecidos han exigido que sean laboratorios imparciales e internacionales los que analicen todo lo que se encuentre ahora.
Con la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador hace un año, el llamado caso Ayotzinapa tomó un nuevo rumbo marcado por la confianza que los padres de los desaparecidos depositaron en el nuevo gobierno. En enero se instaló la Comisión de la Verdad, con participación de las familias, y se reactivaron las búsquedas, pero los resultados siguen sin llegar.
Los representantes de los padres no respondieron de forma inmediata a una solicitud de comentario.
Fuente: La Jornada