Las autoridades venezolanas cerraron el martes la frontera marítima con las Antillas holandesas, después de que el mandatario Nicolás Maduro rechazara el ingreso de ayuda humanitaria acopiada en Curazao y en otros países vecinos.
Con la decisión se suspenden los zarpes y vuelos desde y hacia Curazao y las vecinas islas de Aruba y Bonaire, dijo a Reuters el vicealmirante Vladimir Quintero, quien no explicó las razones del cierre ni por cuánto tiempo se prolongaría.
El alto mando militar de Venezuela ratificó el martes su obediencia al presidente Nicolás Maduro y se declaró en “alerta” para evitar el ingreso de ayuda humanitaria anunciado para el sábado, tras la advertencia lanzada por el mandatario estadunidense Donald Trump a las fuerzas armadas del país sudamericano sobre el riesgo de perderlo todo si no abandonaban esa posición.
“La Fuerza Armada permanecerá desplegada y alerta a lo largo de las fronteras (…) para evitar cualquier violación a la integridad de su territorio”, dijo el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, al leer un pronunciamiento acompañado del alto mando militar.
En Colombia, Brasil y en Curazao se han acopiado toneladas de ayuda humanitaria para Venezuela, que atraviesa una profunda crisis económica con escasez de alimentos y medicinas que ha empujado a por lo menos tres millones de venezolanos a emigrar según las Naciones Unidas.
Maduro ha dicho que el ingreso de ayuda sería una violación a la soberanía y que se trata de un “show” organizado por la Casa Blanca.
Un comunicado del despacho del primer ministro de Curazao, Eugene Rhuggenaath, dijo que Venezuela cerró la frontera “para evitar que entre la ayuda humanitaria”. Y aclaró que aunque no forzará la entrada de ayuda, la isla seguirá operando como centro logístico.
Maduro acusa a Estados Unidos de querer derrocarlo para apoderarse de las riquezas petroleras de la nación sudamericana.
Aunque buena parte de la comunidad internacional reconoce al autoproclamado opositor Juan Guaidó como presidente encargado, ya que consideran que Maduro ganó el año pasado la reelección en comicios que no brindaron garantías democráticas, el líder chavista aún cuenta con respaldo de las potencias Rusia y China.
Y, puertas adentro, los altos mandos militares lo apoyan.
El presidente estadounidense, Donald Trump, había advertido el lunes por la noche a los uniformados venezolanos, que si siguen leales a Maduro corren el riesgo de perder todo lo que tienen.
Contraatacando, el ministro de Defensa Vladimir Padrino, rodeado de generales, dijo el martes que las palabras de Trump fueron un acto de “soberbia y terrible insensatez” y que se busca dar un golpe de Estado para imponer “un gobierno títere”.
“No lo van a poder lograr. Van a tener que pasar por estos cadáveres pues”, sostuvo en su declaración transmitida por la televisión estatal.
Padrino aclaró que los soldados continuarán desplegados en las fronteras “para evitar cualquier violación al territorio”.
Fuente: Reuters/ AFP