Por Sanjuana Martínez
Manuel Velasco Coello repite historia. Historia de amor y telenovela; de telenovela y política. La continuidad de la vida en rosa de Los Pinos está asegurada con el nuevo casamiento.
El gobernador de Chiapas y la actriz televisiva Anahí Puente se casaron en San Cristóbal de las Casas con una ceremonia típica de telenovela, sin más invitados que sus respectivas familias y una escenografía compuesta por decenas de mujeres indígenas que engalanaron la fiesta.
Al menos, eso parecía, una típica escenografía de Televisa. Él vestido de charro negro, ella de blanco inmaculado. En el fondo, claro, el toque mexicano, más bien chiapaneco, con decenas de mujeres indígenas vestidas iguales con ropas típicas del estado que gobierna el señor Velasco Coello.
A diferencia de Peña Nieto y Angélica Rivera, el gobernador de Chiapas no está dispuesto a exhibir su riqueza de manera ostentosa. Por el contrario, si alguien ha aprendido de los errores de Peña Nieto, es Velasco Coello que prefirió tener una boda “sencilla” con el objetivo, dijo, de enviar un “mensaje de austeridad”.
Cuando los reporteros le preguntaron, insistió diciendo que era una boda sencilla “como cualquier persona que se casa”. Y abundó que pretende formar una familia. Y reiteró: “Hemos decidido hacerlo de una manera muy sencilla”.
Antes de que surjan las especulaciones, Velasco Coello advirtió que su señora esposa, trabaja “desde los dos años”…
Si ya teníamos una Primera Dama que con base a su trabajo ganó decenas de millones de pesos, pues ahora Chiapas puede presumir que tiene su propia Primera Dama que trabaja incluso antes de tener dientes o de aprender a caminar bien, vamos, que trabaja desde que gateaba.
El gobernador aclaró sobre la actriz convertida oficialmente en su consorte, que si ella tiene algo es por su propio esfuerzo y no porque provenga de los caudales públicos de Chiapas: “Ella en base a su esfuerzo, talento y dedicación ha tenido una carrera propia y por eso también se han generado especulaciones y datos erróneos. Ella no tiene nada que ocultar, al contrario, ha tenido una carrera que se ha formado ella misma en base a su trabajo”.
Después de leer la anterior declaración, ¿les recuerda algo? ¿se parece acaso a la historia de Peña Nieto y Angélica Rivera? ¿Se anticipa Velasco a decir que su posible enriquecimiento se deberá sencillamente al trabajo y esfuerzo de su esposa actriz de Televisa? ¿Ambas son historias gemelas?
Todo indica, que Velasco Coello y Anahí Puente, pretenden seguir al pie de la letra el guión de la pareja actual que ocupa la residencia de Los Pinos, bueno, al menos oficialmente, aunque ya sabemos que la señora Rivera, conocida mejor como La Gaviota, vive en Miami.
Para evitar nuevamente especulaciones, el gobernador de Chiapas advirtió sobre su matrimonio: “Ella va a vivir con su marido, pero ella también va a seguir con sus actividades propias a las que se ha dedicado desde que tiene dos años de edad. Ella ha trabajado de manera independiente”. Y remató: “Ella hará labor social, estará cerca de su marido como cualquier mujer de este país que está cerca de su marido”.
Para empezar, tendremos que añadir que las similitudes entre Peña Nieto y Velasco Coello y sus respectivas esposas actrices televisivas, aumentan. Por ejemplo, el vestido de novia de Anahí lo diseño Benito Santos, quien también es diseñador de La Gaviota.
En el caso de la telenovela chiapaneca, el ajuar es una pieza única, supuestamente “artesanal” para plasmar la “belleza chiapaneca”, bordado por manos de costureras de ese estado. Lo que no nos aclaran es cuánto costó, aunque sabemos que un vestido de diseñador famoso tiene un precio que oscila entre 100 mil y 300 mil pesos. Y para sacarle todo el provecho posible, el gobernador ha dicho que el vestido se mostrará al público durante una semana en la Catedral de San Cristóbal
Vamos, que la historia “de amor” Velasco-Puente, va camino en convertirse en una réplica de la historia “de amor” Peña-Rivera. Aunque en la primera se trata del primer casamiento, mientras que en la segunda, estamos hablando de segundas nupcias con hijos de ambos cónyuges.
En lo que se parecen ambas historias telenoveleras, es que los dos gobiernan para pueblos con altos índices de pobreza. En Chiapas, Velasco Coello ha sido seriamente cuestionado por el dispendio de caudales públicos a favor de su imagen. Y no se diga de Peña Nieto y su familia, que han ofrecido un esperpéntico espectáculo de excesos en su súbita y sospechosa riqueza personal.
Velasco Coello no ha tenido empacho en utilizar su relación telenovelera para promocionarse políticamente. Es asiduo, junto a su actriz de telenovelas, de las revistas del corazón.
Algo que contrasta, con la miseria en la que vive una gran parte de los chiapanecos, para quienes incluso una boda “sencilla” y “austera” como esta, resulta un insulto, un show electolero que en nada mejorará su vida y cuyo objetivo a futuro parece claramente definido: Los Pinos.
La siguiente pregunta es: “¿Están los mexicanos preparados para una nueva edición de telenovela de Televisa en Los Pinos?
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Fuente: Sin Embargo