Lo más probable es que el candidato oficialista Tabaré Vázquez resulte elegido como sucesor del carismático presidente José Mujica en las elecciones que se celebran el domingo en Uruguay. Las encuestas lo señalan como amplio favorito pero muchos se preguntan si su gobierno continuará las políticas impulsadas por el mandatario o si, por el contrario, habrá matices o bruscos cambios.
La pregunta cobra relevancia al comparar la trayectoria de ambos: Mujica no estudió y vive en una modesta finca en las afueras de Montevideo. Vázquez es un prestigioso médico oncólogo que vive en una amplia residencia en un barrio acomodado. Mujica llegó a la presidencia sin haber ejercido cargo ejecutivo alguno. Vázquez fue presidente entre 2005 y 2010 y antes ya había sido alcalde de Montevideo.
Vázquez está a punto de convertirse en el tercer uruguayo en gobernar el país dos veces desde comienzos del siglo XX. Mujica parece prepararse para su retiro luego de haberse convertido en un referente mundial por la elocuencia de sus discursos en las grandes cumbres internacionales, su estilo campechano, su pasado guerrillero y la austeridad con la que vive. El primero es más conservador y es recordado por vetar una ley que permitía el aborto por la sola voluntad de la mujer. El segundo se atrevió a legalizar el aborto y un mercado de la marihuana, cuya puesta en marcha aún está en veremos.
A ambos los une su militancia en el Frente Amplio, una variopinta coalición que reúne socialdemócratas y comunistas pasando por ex guerrilleros procubanos, socialistas y democratacristianos, y tal vez el balance entre esos sectores sea lo que determinará la continuidad, profundización, cambios o matices de un posible gobierno de Vázquez con respecto al de su antecesor.
La razón está en el sistema político que caracteriza a esta pequeña nación de 3,3 millones de habitantes.
“Al Uruguay no lo gobiernan las personas, lo gobiernan los partidos. En otros países el presidente importa más. En Uruguay el presidente es relativamente poco importante”, dijo el politólogo Adolfo Garcé, del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de la República a The Associated Press. “Este será el tercer gobierno del Frente Amplio y tendrá más continuidades que diferencias con los anteriores”.
La continuidad, matices o diferencias penden de la correlación de fuerzas dentro del Frente Amplio tras los resultados de las elecciones parlamentarias del 28 de octubre.
Según esa votación, el sector con más legisladores será el que lidera Mujica, el Movimiento de Participación Popular. También obtuvo una buena votación el grupo que orienta el compañero de fórmula de Vázquez, Raúl Sendic. En cambio, Asamblea Uruguay, el sector más moderado de la coalición que lidera el actual vicepresidente Danilo Astori, muy cercano a las posiciones de Vázquez, tuvo pobres resultados y pasará de tener seis senadores a solo tres.
“El nuevo gobierno irá hacia una participación mayor del estado en la economía y en las políticas sociales. En la votación crecieron las corrientes más estatistas y retrocedieron las menos estatistas. Lentamente, Uruguay va girando al dirigismo. Pero lo hace `a la uruguaya’, de un modo gradual y sin cambios bruscos”, dijo Garcé.
Vázquez obtuvo el 48% de los votos en la primera vuelta electoral celebrada el 28 de octubre, mientras que su rival en el balotaje, el conservador Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, consiguió un distante 31%. Para ser elegido presidente el domingo bastará con obtener la mitad más uno de los votos.
La amplia ventaja que lleva el candidato del Frente Amplio ha provocado que la campaña electoral termine en un ambiente frío, como si todos asumieran que el resultado está definido. El efecto se refuerza por el hecho de que Lacalle Pou decidió que el lema de su campaña fuera “por la positiva”, evitando las críticas duras al oficialismo y aceptando sus logros en la economía y políticas sociales.
Lacalle Pou apeló al 52% que no votó por Vázquez para intentar ganar en la segunda vuelta. Pero la posibilidad de reunir a toda la oposición parece remota. Al momento, ha conseguido el respaldo del Partido Colorado, tercero en votación, con 13% de los sufragios pero unos de sus diputados anunció que no respetará el acuerdo y votará en blanco.
El centroizquierdista Partido Independiente, cuarto en la elección con 3% de los sufragios, dejó en libertad a sus votantes. Y el izquierdista radical Unión Popular, que logró ingresar por primera vez a la cámara de Diputados con el 1% de los votos, llamó a anular la votación.
Las encuestas dicen que Vázquez tiene entre 51 y 52% de la intención de voto, mientras que Lacalle Pou consigue entre el 37 y 42%. Lacalle Pou prometió encarar urgentes reformas en la policía y la educación, dos sectores abandonados durante el gobierno de Mujica. También ha advertido que los planes del Frente Amplio implicarán más impuestos.
El Frente promete crear un “plan nacional de cuidados”, que financie los programas para ancianos y discapacitados.
La figura que ejemplifica el tono que tendrá un gobierno de Vázquez es su compañero de fórmula Sendic. “Él cree en la participación del Estado en la economía y la sociedad”, dijo Garcé. Durante el gobierno de Mujica, Sendic presidió la petrolera estatal y desde allí impulsó un plan para plantar caña de azúcar, tener una producción nacional de azúcar y fabricar bioetanol, un combustible agrícola.
Si Vázquez gana, Sendic será, además de vicepresidente, senador y presidente del parlamento.
El sociólogo Gustavo Leal, que adhiere al sector de Sendic, piensa que un tercer gobierno del Frente Amplio “tiene que rescatar su perfume `batllista'” en referencia al ex presidente José Batlle y Ordóñez, que a principios del siglo XX impulsó con un fuerte tono dirigista, políticas sociales de avanzada y la activa participación del estado en todas las ramas de la economía.
El diputado José Carlos Mahía, de Asamblea Uruguay, sostuvo que “el programa del Frente Amplio tiene un buen equilibrio entre mercado y estado, que permitió el éxito de los dos gobiernos anteriores. No imagino ninguna alteración de importancia en ese campo”.
Mahía admitió que su sector perdió peso en el parlamento pero dijo que la influencia “no solo es en cantidad sino en calidad, y nosotros tenemos una excelente relación con Tabaré”.
En Uruguay la reelección inmediata está prohibida y desde comienzos del siglo XX solo dos presidentes, ambos del Partido Colorado, lograron volver a la poder en períodos no consecutivos. Uno de ellos fue Batlle y Ordóñez (1903-1907 y 1911-1915) y Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000).
Fuente: AP