El presidente Enrique Peña Nieto y las autoridades competentes deben aclarar “plenamente” la compra de la llamada “Casa Blanca” por su bien, el de su esposa y el de su familia, aseguró el excandidato presidencial Diego Fernández de Cevallos.
“Es un asunto que no ha quedado claro a criterio de la mayoría de los mexicanos. Como abogado no puedo juzgar la juricidad de lo que ahí se ha dado; sencillamente, creo que el gobierno federal y las partes involucradas pueden y deben dar explicaciones y justificaciones que el pueblo merece”, dijo en entrevista luego de participar en un acto público.
Con las reservas del caso al no tener el expediente a la mano, el exdirigente nacional del PAN agregó:
“Si se trata de operaciones que puedan ser sospechosas o atípicas, el gobierno, el presidente de la República lo debe aclarar plenamente. Si él considera que ya lo hizo, es su decisión. Yo como ciudadano creo que sigue flotando en la sociedad una inconformidad manifiesta por lo que ahí ha sucedido”.
Aunque insistió en no mezclar su perfil de abogado –“no tengo nada que recriminar mientras yo no conozca un expediente objetivo, jurídico de lo que pasó”, dijo–, sostuvo que “tampoco podemos quedar con que aquí no sucedió nada. Ojalá que todo se transparente para bien de él, de su esposa, de su familia y de México”.
El exsenador y diputado panista asistió al Tercer Informe de Actividades de la presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal, Yasmín Esquivel Mossa.
Al término del acto, se refirió en entrevista al desempeño del mandatario federal a dos años de gestión.
“Juzgar dos años de gobierno no es sencillo, creo que se han hecho muchas cosas bien y muchas cosas mal”, comentó.
En el primer aspecto, destacó las “grandes reformas que se han hecho por el presidente de la República y por el Congreso de la Unión a través de las cuales México se abre a un mundo moderno, competitivo, que no podemos perder ni podemos dejar pasar”.
Sobre “lo malo”, criticó que el gabinete de trabajo de Peña Nieto “se trata de un equipo de gobierno muy cerrado, muy pequeño que no está abierto a opiniones de personas de gran calidad, hombres y mujeres de este país, que mucho pueden aportar, precisamente para rectificar actitudes y comportamientos”.
Y puso como ejemplo la cancelación de la licitación del tren México-Querétaro que, aunque no dio nombres, le correspondió al secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza.
“Es algo que resulta todavía hoy inexplicable: Cómo se cancela un contrato en donde han participado compañías internacionales y que los ojos del mundo están diciendo qué es México, qué sucede aquí”.
Sobre la renuncia al PRD de Cuauhtémoc Cárdenas, su contendiente presidencial en 1994, Diego Fernández de Cevallos, se limitó a decir: “Me parece respetable y dolorosa. Y punto”.
“Defensores cubren a vándalos”
Sobre los hechos violentos registrados en las manifestaciones para exigir la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, el panista destacó el “gran esfuerzo” del Gobierno del Distrito Federal.
“Están haciendo ya un enorme esfuerzo, pero dentro de la complejidad que se da en un ambiente donde a veces pseudo organizaciones defensoras de derechos humanos cubren y protegen a los vándalos para que no trabaje la policía”, aseguró.
El llamado ‘Jefe’ Diego” pidió distinguir entre manifestaciones y vandalismo. “Me parece un doble crimen que después de lo sucedido en Tlatlaya, en Iguala y muchas partes del país, ahora las protestas se perviertan por unos cuantos que vienen a generar violencia, a generar barbarie”.
Sin excusa ni pretexto, agregó, se deben preservar todos los derechos de los ciudadanos, “entre ellos, el que nadie sea agredido injustamente por la policía, pero tampoco por los vándalos”.
Acto seguido, se lanzó a defender a los policías:
“Es infame, insoportable y no debe continuar, que en este país, en esta ciudad, en todo el territorio nacional hay unos seres humanos que no tienen derechos humanos: Los policías, los que se supone que están para preservar el orden y ayudarnos a que sean resguardados nuestros derechos a la vida, a la seguridad personal, a nuestro patrimonio, cuando intervienen y son masacrados, nadie dice nada. No hay defensores de derechos humanos de la policía y, peor aún, cuando hacen su trabajo, en algunas ocasiones son perseguidos”.
Fuente: Proceso