Pero por ahora, el mensaje es claro: unidad para derrotar a Trump como la primera y más urgente tarea de los demócratas.
La Convención Nacional Demócrata, por primera vez una obra virtual, se estrenó anoche con la consigna de la unidad para enfrentar la triple crisis estadunidense –salud pública, económica y racismo sistémico– empezando con la derrota de Donald Trump en las elecciones del 3 de noviembre y rescatar al país con un triunfo de la fórmula demócrata de Joe Biden y Kamala Harris.
Ese mensaje imperará durante las cuatro noches del acto cuatrienal, cuya tarea principal es oficializar la nominación de los candidatos a la presidencia y la vicepresidencia y aprobar la plataforma del partido, pero que a la vez está diseñado como un show para entusiasmar a las bases y ofrecer a un público nacional la visión
del partido.
Pero este año, por primera vez en la historia, en lugar de reuniones, foros y discursos desde un podio ante 20 o 30 mil delegados, invitados, activistas y periodistas reunidos en una arena, la convención es un acto virtual como consecuencia de la pandemia, incluyendo la culminación con el discurso del abanderado. No habrá aplausos ni globos y las reuniones, conferencias de prensa y más, serán todos transmitidos por canales digitales. El programa está reducido a sólo dos horas cada noche, en lugar de días completos con una lista infinita de oradores.
El tema de la primera noche fue Nosotros el pueblo
, y las estrellas del programa fueron la ex primera dama Michelle Obama y el ex candidato presidencial y senador Bernie Sanders.
La noche comenzó con una lectura al preámbulo de la Constitución, el juramento a la bandera, el himno nacional interpretado por voces de una amplia gama de ciudadanos y algunas caras famosas (Dolores Huerta y la superestrella de futbol femenil Megan Rapinoe) y con una bendición de un reverendo (Dios y patriotismo son ingredientes de ambas convenciones, a pesar de que supuestamente hay una división constitucional entre Estado e Iglesia).
Y cada noche hay una estrella del mundo del espectáculo (aparentemente se supone que los políticos por sí solos no atraen la suficiente atención), anoche fue la actriz Eva Longoria, y algunos intermedios musicales. Por cierto, en reconocimiento tácito de las figuras culturales, las que tienen mayor credibilidad que cualquier líder político, al empezar la noche se exhibió un video con la voz de Bruce Springsteen cantando The Rising de escenas contrastando el Estados Unidos destruido de Trump con los de trabajadores esenciales y activistas en movimientos rescatando la esperanza en este país (https://youtu.be/6eMqC2l3tUA).
A lo largo de la noche, oradores del abanico demócrata ofrecieron sus mensajes de unidad ante la amenaza a la república representada por Trump, y versiones diferentes del tema común de la urgencia de rescatar al país de las crisis provocadas o profundizadas por el gobierno actual.
Aunque Michelle Obama es tal vez la figura más popular dentro del partido (su esposo tomará el micrófono más tarde esta semana) y ocupó el lugar más destacado de la noche, la parte más dinámica del partido es su ala progresista.
Por lo tanto, el ex candidato presidencial Sanders, el socialista democrático que sacudió la cúpula del partido con su campaña insurgente promoviendo una revolución política
, fue la figura más importante de anoche porque sus bases determinarán el futuro de ese partido.
Sanders declaró que esta elección es la más importante en la historia moderna del país. En respuesta a la serie de crisis sin precedente a las que nos enfrentamos, necesitamos una respuesta también sin precedente, un movimiento nunca visto antes, de personas dispuestas a defender la democracia y la decencia, y contra la codicia, la oligarquía y el autoritarismo
. Convocó al voto de todas las facciones del partido por Biden y Harris: El futuro de nuestra democracia está en juego. El futuro de nuestra economía está en juego. El futuro de nuestro planeta está en juego
y el precio del fracaso es tan grande que ni siquiera podemos imaginarlo
.
A lo largo de la noche, diversos políticos reconocidos del partido, incluidos los ex precandidatos presidenciales, varios gobernadores, legisladores y alcaldes, entremezclados con algunos ciudadanos comunes
de varias partes y sectores del país, un mosaico multirracial, entre ellos trabajadores de salud y los hermanos de George Floyd, cuya muerte detonó el resurgimiento del movimiento Black Lives Matter, ofrecieron mensajes.
Pero el programa también destacó a voces de otro partido: los disidentes republicanos contra Trump que han declarado que votarán por Biden en esta elección, entre ellos los ex gobernadores John Kasich y Christine Whitman, y la ex diputada Susan Molinari, así como la empresaria Meg Whitman.
A pesar de los mensajes de unidad anoche, son muy visibles las tensiones internas del partido. Por un lado, continuará –después de un cese de fuego amigo durante la elección– la disputa entre la cúpula centrista y las fuerzas progresistas. Por otro lado, hay desde ahora quejas por el nivel de atención que se está prestando a diversos sectores del partido, sobre todo el latino. Por ejemplo, se expresó que en el programa de la convención hay más oradores republicanos que latinos demócratas. Los latinos son el sector minoritario del electorado más grande de Estados Unidos –potencialmente 32 millones con derecho al voto– pero que, según algunos de sus dirigentes, el liderazgo del partido aún no les ha prestado suficiente atención ni recursos para promover el voto posiblemente determinante de este sector.
Fuente: La Jornada