La obra de teatro “La sombra del Amazonas”, de Mónica Mojica, está inspirada en relatos de víctimas de secuestro en Colombia, entre ellas el de Ingrid Betancourt.
Todo nació, cuenta la directora y dramaturga colombiana Mónica Mojica, después de leer el libro No hay silencio que no termine, en el que Íngrid Betancourt revela detalles de los más de seis años en que estuvo secuestrada por las Farc.
“Me impactó mucho la parte humana y universal que estaba plasmada en ese relato. Es raro porque está en un contexto colombiano, pero es una experiencia muy fuerte y las máscaras sociales se caen; ya la mujer política no existía, está plasmada la esencia del ser humano”, reflexiona Mojica, radicada en Francia, que estudió en la escuela del fallecido mimo francés Jacques Lecoq.
El impactó que le generó ese libro fue la semilla del montaje multidisciplinario “La sombra del Amazonas”, que se estrenará este jueves en el Teatro Estudio del Teatro Mayor, en Bogotá. Mojica, quien leyó otros testimonios sobre personas que estuvieron en cautiverio, asegura que contactó a Betancourt en Francia, cuando la colombiana estaba lanzando su novela La línea azul.
“Fue bastante surrealista porque vimos juntos en un bar inglés el partido Colombia-Uruguay (del Mundial 2014) y después, más o menos a la una y media de la mañana, estábamos en un café mostrándole las imágenes, y directamente, fue instantáneo, nos dijo: ‘Sí, yo les doy los derechos de mis textos’”, cuenta Mojica.
El grupo también consiguió los derechos de 7 años secuestrado por las Farc, de Luis Eladio Pérez, y así fue construyendo un montaje que se aleja del teatro convencional y utiliza elementos del performance, las proyecciones de video, instalaciones de sonido y hasta una partitura de olores.
“Lo fuerte es que todos (los secuestrados) tenían una forma narrativa y literaria de contarla, pero la esencia era la misma. Esos aspectos comunes son los que yo tomé para realizar este proyecto, que realmente son fragmentos; me basé más en eso que es el pasado y cómo los recuerdos llegan de forma súbita a la mente”, dice la directora.
‘La sombra del Amazonas’ no cuenta una historia lineal; no tiene un personaje central, tiene una apuesta más abstracta que utiliza, por ejemplo, videos grabados por el francés Roméo Langlois,quien estuvo secuestrado durante 33 días por las Farc.
“El proceso de creación se basa también en tomar un estado anímico, una sensación que pudo haber vivido alguno de los secuestrados y empezar a explorar cómo se puede transmitir esa sensación de la soledad, de miedo, de angustia o las ganas de libertad”, argumenta Carlos Ramírez, quien actúa en la pieza junto con Juan Miguel Marín y la propia Mojica.
La producción quiere transmitir esas sensaciones, acota la directora. Por ejemplo, los sonidos adquieren un gran protagonismo. “En la obra hay momentos en los que estamos en la oscuridad total y la parte sonora es la protagonista, porque para ellos (los secuestrados) esa parte se volvió también protagonista en esos momentos en los que la selva estaba en un ruido tan brutal que se volvió tormentosa, y eso se quedó grabado como en su ADN, en su memoria”, comenta Mojica.
La distribución del público también se aleja de la manera tradicional como los espectadores se sientan en una platea frente a los actores; aquí se les inserta en la instalación. Además, cuenta Mojica, se trabajó con la perfumista francesa Marie Salamagne para crear la partitura de olores.
“La idea es que el público no viva esta experiencia como algo racional sino como una experiencia sensorial, que lo sumerja y que no tenga tiempo de pensar”, finaliza Mojica.
Fuente: El Tiempo de Bogotá
