Los empresarios denuncian que la homologación del IVA al 16% pone en apuros los negocios. Las ventas se han reducido en un 30 por ciento y los consumidores reclaman que algunos establecimientos han aprovechado para subir los precios de todos los productos
Por Mari Luz Peinado/ El País
Cinco puntos porcentuales de impuestos se miden en dinero pero también en tiempo y distancia. Los tijuanenses lo saben bien porque, desde el pasado 1 de enero, no solo pagan más caros buena parte de los productos que ya no están gravados con un IVA reducido del 11% sino con el 16% que afecta al resto del país. Desde entonces, las filas para cruzar desde Tijuana a San Diego se han alargado y el tiempo de espera ha aumentado. Ocurre lo mismo en el resto de ciudades fronterizas que asisten a un éxodo diario de mexicanos que invierten su día en pasar a Estados Unidos para comprar y que regresan por la noche para ahorrar unos cientos de pesos.
La economía de la frontera siempre ha estado marcada por la competencia de las tiendas estadounidenses que se situaban a solo unos kilómetros del paso fronterizo. Allí, los precios eran más bajos que en el lado mexicano. Para intentar mantener la competencia, los territorios fronterizos históricamente han gozado de un IVA reducido, cinco puntos porcentuales menor que en el resto del país; una medida que tocó a su fin el pasado 1 de enero, con la homologación del IVA en todo el territorio mexicano, uno de los puntos más polémicos de la reforma fiscal.
“El problema no es solo el aumento del IVA. Muchos comerciantes han aprovechado para subir los precios en general, con la excusa de la reforma”, cuenta Tere. Hasta cuatro veces por semana ha llegado a cruzar la frontera que separa Tijuana y San Diego para poder comprar los alimentos para su servicio de banquetes. “Los alimentos están exentos de IVA y no deberían cambiar de precio, pero también han subido”. Es el reclamo generalizado por parte de los consumidores que va más allá de la percepción: el mes pasado, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) comenzó una inspección que acabó con 20 establecimientos suspendidos. Entre los productos verificados estaban leche, huevo, aceite, tortillas, jamón y frijol; alimentos básicos que no están sujetos a IVA y cuyo su precio no debería haber aumentado.
Al otro lado de la barra de atender – a este lado de la frontera -, los comerciantes se quejan de que el IVA ha condenado a la economía local. Aún sin cifras oficiales, calculan que las ventas han descendido en torno al 30%. “Esta cuesta de enero está costándonos mucho”, explica Jorge Escalante, presidente de Coparmex Tijuana, la patronal de la ciudad fronteriza. “Antes de la entrada en vigor, realizamos un estudio con el Colegio de la Frontera Norte que indicaba que el consumo podía bajar un 20% y que se iban a perder 20.000 empleos con la medida”. Escalante explica que no solo se debe a la subida del IVA sino que también se han perdido las ventas de aquellos que cruzan para comprar ciertos productos y ya aprovechan para adquirir otros. Algunos vuelven a venderlos al regresar a México. Contrabando hormiga, lo llaman los comerciantes.
Un repaso a la lista de la compra de Tere ayuda a hacerse una idea de por qué: la caja de 12 kilos de pollo – que antes se pagaba en Tijuana a 740 pesos – ahora se paga a 855 pesos mientras que en San Diego cuesta 700. La de lechugas vale 55 pesos en suelo mexicano y 40 al cruzar el paso fronterizo. “Los más pobres dedican al consumo todo su salario y, en general, no tienen una visa de no inmigrante que les permita discriminar entre el mercado interno y el externo, por tanto, todo lo que ganan y consumen pagará IVA”, dice el estudio del Colegio de la Frontera Norte. “La distribución de visas entre la población estatal está en relación directa con el ingreso y la riqueza, por lo que los ricos tienen una mayor probabilidad de obtener una visa que los pobres”, añade el informe.
La subida del IVA en la frontera y la aplicación de este impuesto a productos que antes estaban exentos lanzaron el Índice Nacional de Precios al Consumidor al 4,48% en el mes de enero. El Banco de México se había marcado la meta de mantenerlo entre el 2% y el 4%.
Con 58.000 firmas pretenden los mexicanos de la frontera poner fin a esta subida de impuestos que temen sea un golpe irreversible para su economía. Los empresarios han promovido un amparo colectivo – el mayor nunca presentado para una medida fiscal- para intentar parar la subida, aunque la decisión podría tardar meses en llegar. Meses en los que miles de mexicanos cruzarán el puesto fronterizo con sus pesos en el bolsillo para regresar con la compra semanal.
Fuente: El País