Un bólido procedente del espacio impactó con la atmósfera a gran velocidad produciendo una luz cegadora a las puertas de la madrugada. Gran parte de la Península quedó iluminada casi en la madrugada del domingo por el impacto, a gran velocidad, de un objeto contra la atmósfera
Por Josep Fita/ La Vanguardia
Sábado. 23.45 de la noche. Un grupo de aficionados a la astronomía efectúan una sesión de observación con telescopio en el Complejo Astronómico de la Hita, en Toledo, aprovechando que la noche es diáfana. Leonor Ana Hernández, la astrónoma que les acompaña, toma fotografías del espectacular manto de estrellas que tiene ante sí.
De repente, justo cuando está tomando las instantáneas, aparece en el firmamento lo que, en un principio, parece una estrella fugaz. Cuando Leonor intenta avisar al grupo para que puedan observarla, el día, en plena noche, hace acto de presencia. “Aquello empezó a subir de brillo hasta un nivel que, ciertamente, no daba miedo pero sí era sobrecogedor. Empezamos todos a gritar. Fue como una explosión de luz. Se iluminó todo el campo igual que si estuviera el Sol, como si estuviéramos a mediodía. Se tiñó todo de una especie de luz blanquecina. Quedamos totalmente deslumbrados”, relata Leonor a LaVanguardia.com.
Tras la gran explosión de luz, vinieron otras. “Empezaron a aparecer explosiones más pequeñas que se teñían de un color verde esmeralda impresionante. Fue bastante increílble. Duró bastantes segundos, y cuando terminó, dejó una estela, una nubecilla con forma de traza, de la incandescencia de haber transitado por allí ardiendo, que duró varios minutos”, añade Leonor.
“Todavía no me lo creo, porque son cosas que ocurren de una forma tan esporádica y tan rápida que lo raro es tener una cámara a mano”, agrega.
José María Madiedo, investigador que colabora con el Complejo Astronómico de la Hita (ubicado en Castilla La Mancha, concretamente en el término municipal de la Puebla de Almoradiel, provincia de Toledo) ha estimado que el bólido impactó contra la atmósfera a 100 kilómetros de altura y que penetró en ella a una velocidad de unos 75.000 km/h, desvaneciéndose, al cabo de unos segundos, a unos 70 km de altura. Todavía se desconocen las dimensiones del objeto, aunque “ha tenido que ser bastante espectacular, de tamaño seguro”, reflexiona Leonor.
Madiedo tiene instalada una red de detección de bólidos y meteoritos en el observatorio y todas las noches, a partir de las 21.00 horas, las cámaras se conectan y de forma automática van registrando cualquier alteración que haya en el cielo. Es por ello que el fenómeno pudo ser grabado.
La luz emitida por el impacto del objeto con la atmósfera fue tan intensa que pudo ser vista “en Barcelona, País Vasco, Andalucía…”. “Una gran área de la Península fue iluminada”, sentencia Leonor.
Fuente: LaVanguardia.com