Un modelo corporativo para cultivar mariguana

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Tweed Marijuana, una de cerca de 20 compañías con autorización oficial para cultivar mariguana para fines medicinales en Canadá ocupa las instalaciones de lo que antes fue la gran fábrica de chocolates Hershey’s, en Smiths Falls, Ontario, se ha convertido en un modelo corporativo en el negocio de la cannnabis legal.

El trabajo se fue a México, pero la fábrica sigue ahí, junto con los recordatorios de los días de gloria: un letrero que alguna vez dirigió a los autobuses escolares que llevaban a los niños. Una descolorida entrada estilo parque temático que marca lo que solía ser una gran atracción, la “Chocolate Shoppe”, la tienda donde se vendían alrededor de cuatro millones de dólares en dulces rotos y tabletas a granel, al año.

Tampoco está el siempre presente olor dulce del chocolate. En la bodega de techos altos, donde las pilas de barras de chocolate Hershey’s y los chocolates rellenos de cacahuate de Reese’s alguna vez esperaron a que los embarcaran, ahora la nariz capta un olor diferente: el aroma leñoso, a hierbas, de las 50 mil plantas de mariguana.

Cuartos clínicos con clima controlado y luz solar artificial albergan a hilera tras hilera de plantas en diversas etapas de crecimiento. En el “cuarto madre”, los horticultores usan injertos para generar plantas nuevas. Los “cuartos de floración” están inundados de luz intensa 12 horas diarias para nutrir a las plantas ya casi crecidas, de cepas con nombres vagamente aristocráticos, como Argyle, Houndstooth y Twilling.

El nuevo dueño de esta fábrica, en el número uno de Hershey Drive, es Tweed Marijuana. Es una de cerca de 20 compañías con autorización oficial para cultivar mariguana para fines medicinales en Canadá.

Un tribunal ordenó al gobierno que hiciera que la mariguana estuviera disponible con propósitos terapéuticos en el 2000, pero el primer sistema para hacerlo provocó un caos. El gobierno vendía directamente a los consumidores aprobados, pero también se permitía que personas cultivaran para su uso o para entregar las cosechas a pequeños negocios. El enfoque de todos contra todos provocó un aluvión de quejas de la policía y los gobiernos locales.

Entonces, el gobierno canadiense decidió crear un sistema extensivo, fuertemente regulado, para el cultivo y la venta de mariguana. La nueva normativa permite a los usuarios con receta comprarle a sólo uno de los productores aprobados, a gran escala, con fines de lucro, como Tweed, una medida orientada a cerrar los miles de negocios informales de cultivo, dispersos por todo el país.

Los requisitos, que entraron en vigor en abril, están dando lugar a lo que muchos apuestan será un nuevo y lucrativo sector de productores legítimos. El gobierno, que recaudará los impuestos sobre las ventas, estima que el negocio podría generar más de 3 mil 100 millones de dólares canadienses al año en ventas en la siguiente década.

“Es tan raro tener una industria que está creciendo, pero que tiene un enorme mercado ya establecido”, dijo Chuck Rifici, el director ejecutivo de Tweed. “Hace un año, si me hubiera preguntado si estaría trabajando mientras vigilaba miles de plantas de mota, nunca habría pensado que sería el caso”. Antes de decidir centrarse en el negocio de la mariguana, trabajó como consultor financiero en empresas emergentes de tecnología en Ottawa, a menos de una hora en coche hacia el norte.

Canadá no es el único país que está transformando a la otrora prohibida Cannabis en una proposición legal, o al menos tolerada.

Desde hace mucho, los Países Bajos permiten la posesión y el cultivo de cantidades reducidas para uso personal, así como la venta comercial en cafés autorizados. España permite su cultivo para uso personal.

Portugal despenalizó la posesión de cantidades pequeñas de todas las drogas. En Estados Unidos, 20 estados y el Distrito de Columbia legalizaron la mariguana con propósitos terapéuticos; los estados de Washington y Colorado legalizaron el uso recreativo con condiciones.

Sin embargo, la mariguana sigue siendo ilegal de conformidad con la ley federal, lo cual genera incertidumbre; el gobierno federal estadounidense, por ejemplo, prohibió recientemente a los cultivadores de mariguana legales en los estados que utilicen aguas federales para sus cosechas.

En comparación, la ley global de Canadá brinda un conjunto cohesionado de regulaciones con lo que se ha hecho el trabajo preliminar para que un grupo de compañías establezcan negocios.

“Eso fue realmente importante para nosotros, como inversionistas”, notó Brendan Kennedy, el director ejecutivo de Privateer Holdings, un fondo de capital privado de mariguana con sede en Seattle que inició Tilray, uno de los nuevos cultivadores legales en Canadá.

“La gente habla del modelo de Colorado; la gente habla sobre el modelo de Washington. Yo creo que algún día hablará del modelo de Canadá. Al crear un sistema federal estrictamente regulado, con una licencia federal y dificultades para moverse en él, que requiere mucho capital, Canadá ha atraído a un tipo distinto de actores hacia esta industria”.

Los requisitos son significativos. Los cultivadores deben tener sofisticados filtros para el carbono a fin de evitar que el viento arrastre el olor a mariguana. Deben mantener medidas de alta seguridad, como lectores biométricos de huellas del pulgar. Es necesario que los empleados pasen una rigurosa revisión de seguridad, realizada por la Real Policía Montada del Canadá, que se lleva de cuatro a seis meses.

“De haber sabido que habría tantos requisitos desde un principio, es probable que sólo me hubiera emocionado con la industria”, dijo Rifici. “Pero podría haber pensado que no podría llegar. No hay nada como un poco de ignorancia para poder avanzar”.

Los trámites burocráticos son parte de un esfuerzo para reformar el enfoque inicial de Canadá respecto de la mariguana medicinal. En documentos judiciales, el gobierno indica que el viejo sistema se había convertido en barniz legal para los cultivadores recreativos, y una cantidad considerable de mariguana llegaba a operaciones ilegales.

Health Canada dijo que los usuarios, en promedio, cultivan suficiente mariguana para forjar de 54 a 90 cigarrillos al día, mucho más de lo que necesitan para uso personal.

“Había muchísima diversión”, dijo Brent Zettl, el director ejecutivo de Prairie Plant Systems, la compañía que cultivó y distribuyó la mariguana que suministraba el gobierno en el antiguo sistema. La compañía está ahora entre los recién aprobados cultivadores. “Se escondían detrás de los pacientes legítimos y los utilizaron”, indicó.

Tratar de convencer a los médicos

Al recorrer la vasta fábrica, de casi 39 mil 484 metros cuadrados, Rifici habla animadamente sobre los próximos pasos de Tweed. Justo detrás de la nueva entrada de vidrio y reluciente acero inoxidable, ha hecho espacio para una tienda de regalos. También espera atraer a un cervecero artesanal a la parte de la planta que no se utiliza. Quiere que 1 Hershey Drive vuelva a ser un destino turístico.

Tweed está adoptando un enfoque sutil, casi artesanal, para su marca. Muchas de sus cepas de mariguana tienen nombres de telas pasadas de moda, como el “tweed”, así como de personas y lugares asociados con ellas. Se supone que la cepa Herringbone ayuda con la depresión. La Bakerstreet se usa para tratar la ansiedad. La Donegal se promueve para aliviar el dolor.

Sin embargo, la industria encara una batalla cuesta arriba ya que médicos prominentes, investigadores e, incluso, la Asociación Médica Canadiense aconsejan no recetar mariguana para nada. Dicen que no se ha sometido a la mariguana a las pruebas y procesos de aprobación requeridos para otros fármacos.

Una delgada línea legal

Cuando Tweed embarcó sus primeros dos pedidos directamente a clientes el 5 de mayo, cerca de la mitad del personal administrativo de la compañía observó, en parte por razones ceremoniales, pero, en su mayor parte, para asegurarse de que funcionara su complicado sistema de rastreo del inventario como lo mandata el gobierno. 

Los empleados pesaron el inventario completo antes de distribuirlo en escalas más pequeñas, calibradas a 0.01 gramos. La mariguana se colocó en cajas con el logotipo de Tweed y luego, para cumplir con los requisitos gubernamentales, las empacaron al vacío en bolsas que aíslan el olor. Después, vino la última revisión de las escalas antes de que se despachara a los dos paquetes en valijas del correo ordinario, sin el nombre de Tweed.

Como muchos en la nueva industria, Tweed cita en repetidas ocasiones la proyección de Health Canada que indican que la base de usuarios crecerá de 40 mil a más de 400 mil. Sin embargo, algunos analistas se preguntan cómo es que la industria llegará a tales niveles. Zettl es uno de los pocos participantes que reconoce que es probable que muchos compradores la vayan a usar con fines recreativos y tengan recetas fraudulentas.

Como la mayoría de las personas en el comercio de la mariguana terapéutica, Rifici rechazó sugerencias de que, en última instancia, la industria esté contando con la introducción de un mercado abierto y legalizado. Sin embargo, existe esa posibilidad. Justin Trudeau, el dirigente del Partido Liberal, se comprometió a legalizar a la mariguana si llega al poder en las elecciones programadas para el año entrante y las encuestas de opinión sugieren que la idea tiene apoyo generalizado.
Rifici, hablando más fuerte que el zumbido de los deshumidificadores en la planta de producción, dijo que “la diferencia entre la mariguana terapéutica y la no terapéutica es de legislación”.

“Y, a final de cuentas”, agregó, “nuestro producto es, esencialmente, mariguana de alta calidad bajo una plataforma médica”.

Fuente: The New York Times

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