Un misterio, el “ataque sónico” a embajada de EU en Cuba

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El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, informó el domingo que Washington está sopesando cerrar su embajada en La Habana, después de una serie de inexplicables incidentes que han dañado la salud de los diplomáticos norteamericanos. “Lo tenemos bajo evaluación”, afirmó.

En declaraciones al programa “Face the Nation” de la cadena CBS, Tillerson dijo que un posible cierre de la embajada está “bajo revisión”. Alegó que el asunto es “muy grave” en cuanto al daño que algunos de los diplomáticos han sufrido.

Tillerson subrayó que el Departamento de Estado ha traído a casa a algunas de las personas afectadas. Según confirmación médica, al menos 21 estadounidenses han sufrido daños en La Habana.

¿Ataque sónico o arma electromagnética?

Debe haber una explicación. Los investigadores estadounidenses tienen muchas hipótesis sobre lo que podría estar detrás de las misteriosas afectaciones a la salud que han sufrido varios diplomáticos en Cuba, como un ataque sónico, un arma electromagnética o un dispositivo de espionaje defectuoso. Cada explicación parece encajar en partes de lo que ha sucedido, pero entra en conflicto con otras.

Estados Unidos ni siquiera sabe cómo llamarlo. El secretario de Estado, Rex Tillerson, usó la frase “ataques a la salud”. El Departamento de Estado prefiere referirse a ellos como “incidentes”.

También hay confusión sobre quién podría ser el culpable. Las sospechas se han centrado en Cuba, pero los investigadores también están examinando la posibilidad de que se trate de una facción rebelde de los servicios de seguridad cubanos, un tercer gobierno – como Rusia – o alguna combinación de ambos, dijeron a The Associated Press más de una decena de funcionarios estadounidenses familiarizados con la investigación.

Esos funcionarios no estaban autorizados para hablar de una investigación en curso y exigieron el anonimato. La AP también habló con científicos, médicos, expertos en acústica y armas, así como otras personas sobre las teorías que se están siguiendo.

Quizás el misterio más grande es por qué los síntomas, los sonidos y las sensaciones percibidas varían tan drásticamente de una persona a otra.

De las 21 víctimas estadounidenses confirmadas médicamente, algunas sufren pérdidas auditivas permanentes o conmociones cerebrales, mientras que otras sufrieron náuseas, dolores de cabeza y zumbidos en los oídos. Algunos tienen problemas para concentrarse o recordar palabras comunes, reportó la AP. Algunos sintieron vibraciones u oyeron sonidos fuertes que misteriosamente solo eran audibles en partes de ciertas habitaciones, mientras otros no escucharon nada.

“Estos son síntomas muy poco específicos. Por eso es difícil saber lo que está pasando”, aseguró el doctor H. Jeffrey Kim, especialista en trastornos auditivos del MedStar Georgetown University Hospital, que no participa en la investigación.

Para resolver el rompecabezas, los investigadores están clasificando los síntomas en categorías, como las auditivas y neurológicas, dijeron las fuentes próximas a la investigación.

Puede haber una demora antes de que las víctimas descubran o reporten síntomas, algunos de los cuales son difíciles de diagnosticar. Por lo tanto, los investigadores están trazando el cronograma de los incidentes reportados para identificar “conglomerados” que ayuden a resolver el cuándo, dónde y cómo de quien está detrás del misterio de La Habana.

Aunque Cuba ha sido sorprendentemente cooperativa e incluso ha invitado al FBI a volar a la capital, no es lo mismo que una investigación en la que el gobierno de Estados Unidos tiene el control absoluto.

“Estás en suelo extranjero”, explicó David Rubincam, un exagente del FBI que sirvió en Moscú. “La calidad de la información y las evidencias que recoges se limita a lo que el gobierno anfitrión te permitirá ver, oír, tocar y hacer”.

Especialmente cuando ni siquiera sabes lo que estás buscando.

DISPOSITIVO SÓNICO

Los primeros indicios apuntaban hacia un ataque sónico, ¿pero de qué tipo?

Algunas víctimas oyeron cosas, lo que revela que los sonidos estaban en el espectro audible. Los ruidos fuertes puede dañar la audición, especialmente los sonidos de altos decibelios que pueden desencadenar tinnitus en los oídos, tímpanos rotos e incluso pérdida permanente de la audición.

Sin embargo, otras víctimas no oyeron nada, pero aun así sufrieron malestar. Por ello, los investigadores consideraron los sonidos inaudibles: el infrasonido, demasiado bajo para que los humanos lo puedan escuchar, y el ultrasonido, que es demasiado alto.

A menudo el infrasonido se experimenta como una vibración, como estar parado cerca de un subwoofer. Algunas de las víctimas reportaron sentir vibraciones.

Y no es imposible que el infrasonido pueda explicar algo de lo que los diplomáticos creen haber oído.

Aunque generalmente el infrasonido es inaudible, algunas personas lo pueden detectar si las ondas son lo suficientemente poderosas. Por ejemplo, los individuos que viven cerca de aerogeneradores – que generan este tipo de sonidos – han descrito zumbidos pulsantes que les provocaron mareos, náuseas o interrupciones en el sueño. Estos efectos que han provocado un intenso debate científico.

¿Y qué decir de los problemas de equilibrio reportados en La Habana? Posiblemente se expliquen por el infrasonido, que puede estimular las células del sistema vestibular en el órgano que controla el equilibrio, dicen los científicos.

No obstante, hay pocas pruebas de que el infrasonido pueda causar daños duraderos una vez que el sonido se detiene.

¿Y qué hay con el foco preciso del sonido reportado por algunos? Las ondas infrasónicas viajan por todas partes, lo que dificulta que se pueda apuntar con precisión.

“No hay una manera eficiente de enfocar el infrasonido para convertirlo en un arma”, afirmó Mario Svirsky, experto en trastornos auditivos y neurociencia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York.

Y si no es infrasonido, ¿tal vez ultrasonido?

A una intensidad alta, el ultrasonido puede dañar el tejido humano. Por eso los médicos lo usan para destruir miomas uterinos y algunos tumores, pero el daño por ultrasonido requiere un contacto cercano entre el dispositivo y el cuerpo.

“No se puede sentir el ultrasonido desde distancias largas”, dijo Svirsky. Ninguna víctima dijo haber visto un artefacto extraño cerca.

Ninguna de estas ondas sonoras parece explicar las conmociones cerebrales. Por lo general, se presentan después de un golpe en la cabeza o por haber estado cerca de algo como la explosión de una bomba.

“No conozco ningún efecto o dispositivo acústico que pueda producir una lesión cerebral traumática o síntomas similares a una conmoción”, dijo Juergen Altmann, experto en armas acústicas y físico de la Universidad Técnica Dortmund de Alemania.

ARMA ELECTROMAGNÉTICA

Podría sonar a fantasía propia de una película de ?La guerra de las galaxias?, pero las armas electromagnéticas son una realidad desde hace años, aunque normalmente afectan a dispositivos electrónicos, no a humanos.

El espectro electromagnético incluye ondas como las que utiliza un celular, el microondas o las bombillas.

Y pueden localizarse con facilidad, piense si no en un láser. Estas ondas pueden viajar también a través de las paredes, por lo que sería plausible ocultar un ataque de este tipo desde lejos.

Hay precedentes: Durante más de una década, hasta la de 1970, la antigua Unión Soviética bombardeó la embajada estadounidense en Moscú con microondas. El fin exacto nunca estuvo claro.

¿Qué ocurre con los sonidos audibles para el oído humano?

Los pulsos de microondas – ráfagas cortas e intensas – pueden hacer que la gente ?escuche? sonidos similares a un clic. Según una patente de la Fuerza Aérea de Estados Unidos de hace dos décadas, el ejército investigó si esas explosiones pueden manipularse para ?emitir? voces u otros sonidos a la cabeza de alguien.

Pero cuando las ondas electromagnéticas causan daño físico, este suele manifestarse en el recalentamiento de los tejidos. Los diplomáticos en Cuba no reportaron sensación de quemazón.

OTRA COSA

El estrés y la ansiedad por los perturbadores incidentes podrían estar complicando la situación. Los diplomáticos podrían prestar más atención a síntomas que de otro modo ignorarían.

Después de todo, una vez que surgieron los síntomas, la embajada de Estados Unidos instó a su personal a reportar cualquier sospecha. Muchos de estos síntomas pueden responder a diferentes motivos.

Al menos otro país, Francia, hizo pruebas a los trabajadores de su embajada después de que uno reportó síntomas, y descartó daños provocados por el sonido, según reportó la AP.

LA TEORIA CUBANA

Es normal que las sospechas estadounidenses comenzasen por Cuba.

Los ataques ocurrieron en suelo cubano. Los dos países acosaban mutuamente a sus diplomáticos durante medio siglo de enemistad. A pesar del alivio de las tensiones en los dos últimos años, la desconfianza persiste.

Los diplomáticos reportaron incidentes en sus casas y hoteles, y las autoridades cubanas deberían saber quién se aloja en cada uno.

Pero, ¿cuál es el motivo?

Cuando aparecieron los síntomas el pasado noviembre, Cuba trabajaba frenéticamente con Estados Unidos para realizar progresos en todos los ámbitos, desde el acceso a internet a las leyes migratorias, antes del final del mandato del expresidente Barack Obama. Los funcionarios siguen sin entender por qué La Habana habría perpetrado al mismo tiempo unos ataques que pudiesen destrozar por completo su nueva relación con Washington.

La reacción del presidente de Cuba, Raúl Castro, amplió es escepticismo de los investigadores, según reportaron funcionarios sobre una inusual conversación cara a cara con el embajador de Estados Unidos en la capital cubana, Jeffrey DeLaurentis.

Como era de esperar, Castro negó cualquier responsabilidad. Pero los funcionarios estadounidenses se vieron sorprendidos por la manera como respondió, sin la actitud de indignación que pudiera esperarse, y por el ofrecimiento de Cuba de dejar que el FBI entrase al país para investigar.

Después enfermaron diplomáticos canadienses. ¿Por qué ellos?

La amable y larga relación entre Cuba y Canadá hace aún menos lógico que el gobierno de Castro fuese el culpable.

OTROS AGENTES

¿Quién más podría haberlo hecho?

Investigadores estadounidenses se han centrado en un pequeño grupo de sospechosos habituales: Rusia, Irán, Corea del Norte, China y Venezuela.

Rusia, en concreto, ha acosado a diplomáticos estadounidenses de forma agresiva en los últimos años.

Moscú tendría incluso un motive plausible: crear un enfrentamiento entre la isla comunista y ?occidente? – naciones como Estados Unidos y Canadá. Rusia tiene además armamento avanzado y difícil de detectar del que carece, y podría desconocer, gran parte del mundo.

Ningunos de los funcionarios entrevistados para este reportaje señalaron sin embargo ninguna prueba que vincule a Rusia con las enfermedades. Lo mismo ocurre con las otras naciones.

¿EL ESPIONAJE SALIÓ MAL?

Quizás nadie intentase atacar a los estadounidenses.

Varios funcionarios estadounidenses hicieron hincapié en la posibilidad de que el culpable simplemente estuviese siguiendo a los diplomáticos estadounidenses con una nueva tecnología no probada que causó los daños de forma no intencional.

Podría pensarse que los dispositivos de escucha únicamente reciben señales. Pero el mundo del espionaje está lleno de historias extrañas.

Durante la Guerra Fría, la embajada de Estados Unidos en Moscú descubrió que Rusia escuchaba conversaciones a través de una placa de madera que el embajador había recibido como regalo. El objeto tenía un pequeño ?micrófono? y una antena incorporados, pero no tenía fuente de alimentación, lo que complicaba su detección aunque se revisase la sala en busca de micrófonos.

Los rusos habían desarrollado algo nuevo. Transmitían ondas electromagnéticas de forma remota para activar el dispositivo, que devolvía el sonido a través de radiofrecuencia.

Sin embargo, aunque los cubanos o cualquier otro agente fuera tan innovador, no está claro por qué los incidentes continuaron tras las quejas de Estados Unidos y Canadá.

Fuente: AP

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