El multimillonario Donald Trump ha vivido su vida como una larga serie de negociaciones, confiando en sus instintos e improvisando cuando ha sido necesario. En caso de que sea presidente, la Casa Blanca podría transformarse en el club de improvisación de más alto perfil del mundo. Eso es parte de lo que deleita a sus seguidores y horroriza a sus críticos.
Todo ello chocaría de frente contra un gobierno estructurado para limitar el poder de un individuo.
Entre los rasgos de liderazgo que Trump traería a la presidencia está su impulsividad, bombo y flexibilidad.
Como candidato y como hombre de negocios, Trump hace malabares con sus acciones: cambia de opinión, lanza amenazas y desprecia a sus adversarios. Es su forma de hacer negocios.
Es muy bueno para recordar cuando alguien lo enoja, pero olvidadizo cuando se le cuestionan sus contradicciones.
Luego de que algunos de sus actos de campaña se salieron de control, Trump se apresuró a decir que cuando llegue el momento, será perfectamente capaz de mostrar “la mirada seria de un presidente”.
“Yo fui un gran estudiante. Fui a las mejores escuelas, todas esas cosas. O sea, tengo todo lo que se necesita”, le dijo a un entrevistador de televisión.
Pero “en el momento adecuado”, continuó, “seré tan presidencial que la gente me dirá ‘oye Donald, deja de comportarte así”’.
Sin embargo, los observadores políticos creen que Donald Trump será el mismo si llega a ocupar la Casa Blanca como el provocador de la campaña presidencial y el empresario de los reality shows.
“La idea de que puede convertirse en algo muy diferente como presidente en comparación con lo que ha sido como candidato simplemente no es el caso”, opinó Darrell West, director de estudios de gobierno en la Brookings Institution.
Entonces, ¿qué puede esperarse de un Trump presidente?
Hay muchas incógnitas, pero el principal precandidato republicano ya ha ofrecido algunas pistas claras, tanto en sus comentarios de campaña como en sus negocios.
La notable tendencia de Trump de hablar primero y refinar sus puntos de vista después quedó ilustrada de nuevo la semana pasada cuando habló sobre el aborto.
En una entrevista, dijo que si el aborto fuera prohibido, las mujeres que se sometan al procedimiento deberán enfrentarse a “una especie de castigo”. Luego de las fuertes reacciones en contra, Trump emitió rápidamente un comunicado en el que dijo que solo quienes realicen los abortos podrían ser considerados legalmente responsables. Por si fuera poco, agregó: “Mi posición no ha cambiado”.
Los periodistas de The Associated Press Jeff Horwitz en Washington DC y Jill Colvin en Wisconsin contribuyeron para este despacho