Un atraco privatizar el petróleo: AMLO
Andrés Manuel López Obrador se lanza contra el gobierno de Peña Nieto, el PRI y los partidarios de la privatización de Pemex: “Ellos ven el robo, el saqueo, como algo normal. Y lo complementan con el cinismo”. “Estamos hablando del mejor negocio del país. Es la preparación de un gran golpe, de un gran atraco”, sostiene el tabasqueño en una extensa entrevista con Proceso.
Por Jenaro Villamil/ Proceso
La reforma al Artículo 27 constitucional es lo que faltó durante 30 años de privatizaciones para entregar la renta petrolera mexicana –“el negocio más grande del mundo”–, advierte Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de las izquierdas en 2006 y 2012 y principal convocante de la movilización social del próximo 8 de septiembre.
En entrevista con Proceso, López Obrador aporta cifras y expone su propuesta alternativa. Niega que Pemex esté quebrado y rechaza que pueda compararse con el modelo noruego. Cita incluso al magnate petrolero John D. Rockefeller:
“En esencia, lo que quieren es robarse las utilidades del petróleo. No hay nada que justifique la reforma del 27 (constitucional). Rockefeller decía: ‘El mejor negocio del mundo es el petróleo’. Y el segundo mejor negocio del mundo ‘es el petróleo mal administrado’. Ese es el caso de México. Por eso es la tentación. Se quieren quedar con la gallina de los huevos de oro.”
López Obrador argumenta que el nivel de rentabilidad de la extracción de crudo en México “es el más alto del mundo”: cuesta 10 dólares producir cada barril y se vende a 100 dólares. Según sus cálculos, si no fuera por los gastos en contratos de servicio, la extracción de cada barril podría costar sólo cuatro dólares.
–¿Ese sería el objetivo de la figura de “producción compartida” que quieren incluir en la iniciativa que presentará el Ejecutivo federal? –se le pregunta.
–Sí. Para explicarlo mejor: los que buscan quedarse con la renta petrolera no se conforman con los 10 dólares por barril. Tengo información de que quieren 60 dólares por barril y dejarle 40 dólares a la nación. De ese tamaño es el hurto.
–El actual secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, dijo que si no hay reforma a Pemex, en 2016 importaremos petróleo…
–Tengo un informe oficial de Pemex que asegura lo contrario. Desde luego son informes que les presentan a los inversionistas extranjeros. No es cierto que Pemex esté quebrada como empresa.
Y aporta datos. Según un informe de la propia paraestatal, dice, ésta obtiene ingresos por 125 mil millones de dólares anuales, así como utilidades por 77 mil millones de dólares, el mismo nivel de ganancias de la petrolera Exxon, la más grande del mundo. El informe, cuya copia tiene Proceso, fue elaborado en julio de 2012.
–¿Qué futuro tendrá el Pacto por México? –se le pregunta.
–Fue la envoltura para esto. El Pacto contra México, como lo rebautizamos, se resume en la privatización del petróleo. Todo lo demás es aderezo. Estamos hablando del mejor negocio del país. Es la preparación de un gran golpe, de un gran atraco.
–Carlos Salinas también tenía formación e información y no se atrevió en su sexenio a modificar el 27 constitucional. ¿Por qué estos políticos de Atlacomulco están tan decididos a hacerlo?
–Porque están completamente enajenados y no tienen siquiera sentido histórico.
La renta petrolera, ‘el gran negocio’
Insistente en el tema de la defensa de Pemex, desde sus inicios como político del PRI y de la oposición en Tabasco, zona petrolera, López Obrador conoce el tema. Lo apasiona.
“Yo nací en zona petrolera, mi padre fue petrolero. Llegó a Tepetitán trabajando como explorador. Ahí conoció a mi madre. Y todo mundo sabe en el sureste que la extracción de petróleo se hacía con una cuadrilla de 10 trabajadores: un técnico, un jefe de pozo, un trabajador que se conocía con el nombre de ‘chango’, que se colocaba arriba de la torre para la perforación, y tres o cuatro ayudantes de piso. Eso era todo.
López Obrador explica que existen tres componentes del negocio petrolero: el costo de extracción del barril, la utilidad obtenida y darle valor agregado a la producción con petroquímica y refinación:
“Actualmente hay un estimado de 10 dólares por barril. Debería costar cuatro dólares si no hubiera la corrupción que hay en exploración y perforación. Estos contratos están basados en un sobreprecio por los servicios que contrata Pemex que, calculo, es de seis dólares de sobreprecio.
“Aun costando 10 dólares, se vende en 100. Son 90 dólares de ganancia por barril. No hay ningún negocio en el mundo que deje esta utilidad. En este caso porque no se le paga renta a la naturaleza. No es producir, es extraer.”
Refinerías y petroquímica
En el caso del abandono de las refinerías y de la petroquímica, López Obrador argumenta que en la importación de gasolinas “hay un negocio de 30 mil millones de dólares para los que compran y nadie sabe, ningún mexicano sabe, aun cuando existe el IFAI, quién compra la gasolina, a qué precio.
–¿No es Pemex quien compra?
–Sí, es un área de Pemex, pero entran intermediarios, al grado que nos cuesta tres pesos por litro traer la gasolina del extranjero. Es tan jugoso ese negocio que eso es, entre otras cosas, lo que impide la construcción de las refinerías.
–Con 30 mil millones de dólares se podrían construir tres refinerías.
–Así es. Por sentido común, si tienes la materia prima, por qué no le das valor agregado, generando empleo en el país y obteniendo más utilidades.
Noruega y la campaña mediática
Se le menciona a López Obrador respecto a la campaña televisiva donde se informa que Noruega sí ha tomado un rumbo privatizador.
–En Televisa y en otros espacios nos quieren decir que Noruega sí privatiza.
–Vamos a aclarar eso. ¿Cuáles son las diferencias?: Primero, en Noruega no comparten la renta, que es lo que quieren hacer en México. La utilidad es del pueblo noruego. Aquí lo que quieren es privatizar la ganancia. Lo que les importa es la renta petrolera, no Pemex. “Segundo, en Noruega no hay la corrupción que hay en México. No hay casos como el de Raúl Salinas de Gortari. Y mencionamos un solo caso de México, para no caer en el caso de Romero Deschamps, que es un corrupto, pero en escala Romero está hasta abajo, en comparación con estos saqueadores de cuello blanco que no pierden siquiera su respetabilidad. Suele pasar eso: echarle la culpa a ciertos personajes y olvidarse de lo otro.
Fuente: Proceso