En Texas, Arizona, Nevada, Florida y Pensilvania el sufragio de los hispanos podría definir el destino político de Estados Unidos en los próximos cuatro años.
Biden, quien sigue al frente de las encuestas de la tendencia electoral frente a los comicios del próximo martes 3 de noviembre, lanzó de último minuto una serie de comerciales de campaña para intentar conseguir los sufragios del electorado estadunidense de habla hispana.
Por su parte, el presidente Trump, quien hace cuatro años se ganó el repudio de los votantes hispanos al utilizar al tema de criminalizar a los inmigrantes indocumentados, a siete días para los comicios busca congraciarse con los votantes de origen mexicano-latinoamericano.
En sus últimas giras de lo que será tal vez la campaña presidencial más seguida a nivel internacional, tanto Biden como Trump en sus actos proselitistas pretenden conseguir el voto hispano, que puede ser clave para definir las elecciones en estados considerados como clave.
En Texas, Arizona, Nevada, Florida y Pensilvania el sufragio de los electores hispanos podría definir el destino político de Estados Unidos en los próximos cuatro años, al determinar si Biden o Trump serán los titulares del Poder Ejecutivo.
El mandatario estadunidense que busca reelegirse ha dejado de lado la estigmatización de los inmigrantes indocumentados pensando que, al hacerlo, ganará no sólo adeptos entre estos, sino que los hispanos olvidarán los insultos de hace cuatro años en la elección de 2016.
Ya hasta el tema de la construcción de un muro en la frontera con México pasó a ser asunto de segundo término en sus discursos proselitistas, que van dirigidos a los votantes hispanos, no obstante, lo retomará inmediatamente después si se reelige.
La situación económica de la comunidad hispana es un parteaguas para la determinación que estos votantes tomen ante las urnas, pues los efectos negativos de covid-19 en materia macroeconómica dejó sin empleo a millones de personas y causó el cierre de miles de negocios y empresas.
Biden habla de trabajar con el Congreso federal en un paquete de reimpulso laboral y económico, que se concentre en apoyar más a los mayormente afectados por el desempleo y la pérdida de negocios y empresas, es decir, a minorías étnicas como la hispa y la negra.
Son ya 65 millones de personas las que han emitido su voto en los comicios adelantados, nadie sabe a qué candidato favorece la mayoría de estos sufragios, lo cierto es que se percibe una creciente e importante afluencia de electores hispanos.
La inversión de tiempo y viajes de Biden y Trump a Florida, Pensilvania, Texas, Arizona y Nevada, entre otras entidades, tendría frutos favorables para ambos si en las elecciones del próximo martes 3 de noviembre se descubre que el voto hispano fue determinante.
De ser éste el caso, en unos comicios futuros los candidatos presidenciales ya no podrán, de último minuto, hacer proselitismos ante los votantes hispanos como ocurre ahora, porque si esto depara el futuro político, esta minoría étnica electoral tendrá en sus manos el poder de escoger a la persona que ocupe la presidencia de Estados Unidos.
Fuente: Apro