Católica devota y con siete hijos, es una favorita de los conservadores religiosos y se considera que rechaza completamente el aborto
El presidente Donald Trump postuló el sábado a la jueza Amy Coney Barrett a la Corte Suprema, una decisión que corona una drástica reorganización del poder judicial que resonará durante una generación y que el mandatario espera ofrezca un necesario impulso a su campaña de reelección.
Trump elogió a Barrett como “una mujer de notable intelecto y carácter”, y agregó que había estudiado su historial detenidamente antes de hacer la elección.
“I love the United States and I love the United States Constitution.” – #JudgeAmyConeyBarrett /// Well, no wonder the Democrats hate her so much. pic.twitter.com/sgKKpVszxO
— James Woods (@RealJamesWoods) September 26, 2020
Los senadores republicanos de antemano están agrupados para pronta confirmación de Barrett previa a las elecciones el 3 de noviembre, al tiempo que buscan asegurar la ventaja conservadora en la judicatura federal ante una potencial transición de poder. Mientras tanto Trump espera que la postulación servirá para mover a sus partidarios mientras intenta defenderse ante el demócrata Joe Biden.
Barrett fue nominada por Trump a la Corte de Apelaciones del 7mo Circuito federal y confirmada por el Senado en octubre de 2017 por 55 votos a favor y 43 en contra. El 7mo Circuito, con sede en Chicago, cubre los estados de Illinois, Indiana y Wisconsin.
Barrett sirvió como asistente legal del juez de la Corte Suprema Antonin Scalia. Trabajó brevemente como abogada privada en Washington D.C. antes de volver a la Facultad de Derecho de la Universidad de Notre Dame, donde estudió, para convertirse en profesora en 2002.
En 2017, durante su vista de confirmación en el Senado para el puesto en la Corte de apelaciones, los demócratas presionaron a Barrett sobre si sus creencias afectarían a sus posibles fallos sobre el aborto y otras cuestiones sociales controvertidas.
Barrett respondió que se tomaba su fe católica en serio, pero “yo recalcaría que mi afiliación religiosa personal o mi creencia religiosa no me eximen de mis deberes como juez”.
Está casada con Jesse Barrett, un ex Fiscal federal que ahora es socio en una firma legal de South Bend, Indiana. La pareja tiene siete hijos, incluidos dos adoptados en Haití y uno con necesidades especiales.
Fuente: AP/ Agencias