El Noveno Tribunal Colegiado en Materia Penal del Primer Circuito le negó a la ex secretaria de Desarollo Social, Rosario Robles Berlanga, la suspensión definitiva contra la vinculación a proceso del pasado 13 de agosto, que le dictó el juez de control Felipe de Jesús Delgadillo Padierna,
Robles ha sido acusada por ejercicio indebido del servicio público al haber ocasionado un presunto quebranto al erario por más de 5 mil 73 millones de pesos, cuando estuvo al frente de las secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) entre 2012 y 2018, caso denominado la “estafa maestra”.
El colegiado consideró que al negarle la protección de la justicia, el juez de amparo fundó y motivó razones por las cuales era procedente no concederle el amparo.
“El juez de amparo correctamente negó la suspensión definitiva solicitada, pues si bien la autoridad responsable al rendir su informe previo aceptó el acto reclamado consistente en el auto de vinculación a proceso del 13 de agosto de dos mil diecinueve dictado por el Juez Especializado en el Sistema Penal Acusatorio del Centro de Justicia Penal Federal con sede en el Reclusorio Sur en la Ciudad de México, lo cierto es que no se colmaron los requisitos previstos en la ley para la concesión de dicha medida cautelar” señala la resolución.
Agrega que en efecto, ya que en la resolución incidental señaló en primer término los motivos por los cuales negó la suspensión definitiva ya que se contravenían disposiciones de orden público y se causaría perjuicio al interés social.
A mediados de octubre el colegiado con sede en Ciudad de México, admitió a trámite el recurso de revisión de la vinculación a proceso contra Rosario Robles Berlanga; quien lleva cuatro meses en prisión preventiva en Santa Martha Acatitla.
La defensa legal de la ex funcionaria, encabezada por el abogado Julio Hernández Barros, solicitó el amparo debido a las presuntas irregularidades del juez de control Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, sobrino de la actual diputada federal Dolores Padierna.
Fuente: La Jornada