El primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, anunció su dimisión este viernes, después de que el principal clérigo chií del país pidió a los legisladores que reconsideraran su apoyo a un gobierno sacudido por semanas de disturbios que han dejado cientos de muertos.
“En respuesta a este llamado, y con el objetivo de facilitarlo lo antes posible, presentaré al parlamento una solicitud de renuncia al liderazgo del actual gobierno”, dijo en un comunicado firmado por Abdul Mahdi.
La declaración no precisó cuándo dimitirá. El parlamento tiene previsto celebrar una sesión de emergencia el domingo para discutir la crisis.
El gran ayatolá Ali al-Sistani había instado con anterioridad al parlamento a que evaluara su apoyo al gobierno de Abdul Mahdi para frenar la espiral de violencia.
El gobierno “parece haber sido incapaz de lidiar con los eventos de los pasados dos meses (…) el parlamento, desde el cual emergió el actual gobierno, debe reconsiderar sus elecciones y hacer lo que sea mejor para Irak”, señaló un representante de Sistani en un sermón transmitido por la televisión.
Sistani enfatizó que los ataques contra las protestas pacíficas están prohibidos, pero también instó a los manifestantes a rechazar la violencia, dos días después de que una turba incendió el consulado iraní en la ciudad sagrada de Nayaf.
Las fuerzas iraquíes han matado al menos a 400 personas, en su mayoría jóvenes desarmados, desde el comienzo de las masivas protestas antigubernamentales el 1 de octubre. En los enfrentamientos ha perecido también una decena de miembros de las fuerzas de seguridad.
El incendio del consulado iraní el miércoles provocó una escalada de la violencia y generó una respuesta brutal por parte de las fuerzas de seguridad, que abatieron a tiros a más de 60 personas en todo el país el jueves.
Fuente: Reuters