Por Marta Lamas
El pasado 24 de julio asistí al XVII Encuentro Nacional de Trabajadoras/es Sexuales, organizado por la Red Mexicana de Trabajo Sexual. Desde 1997 han participado en estas reuniones trabajadoras/es sexuales de varias entidades federativas. Esta vez la cita fue en los altos de la tienda “El Encanto del Condón”, en el Centro Histórico del DF, con la hospitalidad de Brigada Callejera en Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”. Anteriores encuentros se han efectuado en Querétaro, Guadalajara, Veracruz, Morelia y Apizaco.
A lo largo de estas 17 reuniones las trabajadoras asistentes han debatido cuestiones coyunturales, han hecho declaraciones políticas y han programado acciones conjuntas con otros grupos. En ellas se han incubado iniciativas como la Cartilla de derechos humanos de trabajadoras/es sexuales; se han establecido estrategias contra el acoso y la extorsión policiacos, e incluso se ha coordinado la instalación de mesas de diálogo con las autoridades (como ocurrió en Guadalajara). También se constituyó el Observatorio Nacional del Trabajo Sexual en México; se hizo un informe sobre la operación de los padrotes de Tenancingo y su relación con la explotación sexual infantil; y fue validado un Manual de promotoras de salud. Asimismo, estos espacios han servido para denunciar todo tipo de abusos y para coordinar campañas de prevención del VIH/Sida y de movilización contra la explotación sexual infantil y la trata. En fin, la lista de acciones es larga, variada e importante.
Una prioridad ha sido obtener condiciones laborales dignas y seguras. En ese sentido, como bien lo expresaron las propias trabajadoras, la obtención de sus licencias de trabajadoras no asalariadas no fue una concesión del GDF, sino un triunfo resultado de su organización y combatividad.
En México la demanda de que se reconozca el carácter laboral del trabajo sexual data de mediados de los años noventa y está estrechamente vinculada a la misión de acompañamiento político que realiza Brigada Callejera. Lo más notable de la actividad de esta asociación civil es que simultáneamente defiende la regulación del trabajo sexual y lucha contra la trata. Brigada es parte de la Red Latinoamericana y del Caribe Contra la Trata de Personas (Redlac), capítulo regional de la Alianza Global Contra la Trata de Mujeres. Dentro de las acciones que emprenden está la campaña Cómics contra la trata. Brigada ha desarrollado una serie de historietas educativas, con heroínas, superhéroes y villanos, que funcionan como herramientas de reflexión y discusión sobre el tema. En el encuentro se presentó La trata de personas no es cuento, guía operativa para el manejo de las diversas historietas, con un prólogo de la periodista Gloria Muñoz Ramírez, quien coordina el taller de periodismo y que también pronunció unas palabras.
Aunque el encuentro tuvo un ambiente de celebración, también hubo momentos muy duros: el testimonio de una joven que logró salir de la trata, y la lectura que Jaime Montejo hizo del Informe Anual 2013 del Observatorio Laboral del Trabajo Sexual en México. Éste, dividido en torno a “las cuatro ruedas del capitalismo analizadas en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del EZLN y la resistencia que han ejercido ante la represión, la explotación, el despojo y el desprecio”, da cuenta de las arbitrariedades, delitos y violaciones a los derechos humanos que están viviendo en todo el país. Montejo leyó una larga lista de atropellos y agresiones, las cuales van de la constante discriminación a las acciones de “limpieza social”, pasando por el cierre de fuentes de trabajo, redadas y despojos económicos. Cuestiones muy graves, como las denuncias por desapariciones de adolescentes y por el involucramiento delictuoso de funcionarios, hasta las típicas operaciones “anti-trata” que se llevan a las propias trabajadoras. Vale la pena conocer con detalle ese negrísimo panorama que ofrece una muestra de la situación nacional, por lo cual haré un próximo artículo detallando esa tremenda información.
Pero también hubo cuestiones que aplaudir, como el congreso internacional de trabajadoras sexuales migrantes centroamericanas y mexicanas en Tapachula; el apoyo del gobierno municipal de Jiquilpan para capacitarlas en otras actividades; la diferenciación entre la trata y el trabajo sexual que hizo el titular de la Delegación Cuauhtémoc en el Programa Integral Contra la Trata de Personas de esa demarcación; la relación estratégica entre Médicos del Mundo (Francia) con Brigada Callejera para capacitar a trabajadoras migrantes de bares y cantinas como promotoras de salud en varios municipios del Soconusco; la propuesta del secretario del Trabajo de Querétaro para que las trabajadoras sexuales tengan acceso a servicios de salud y seguridad social; las oportunidades de otros empleos que el alcalde Marco Adén Quezada Martínez les ofreció a trabajadoras sexuales mayores de Chihuahua; la labor de la asociación de Jóvenes Previniendo, para brindar garantías y derechos laborales a las trabajadoras sexuales de Coahuila; y otras más.
Me siento muy privilegiada de haber asistido a un encuentro que combinó denuncia y celebración, reflexión política e intervención educativa, y me emocionó comprobar el compromiso radical de este grupo de trabajadoras por tomar las riendas de sus vidas.
Fuente: Proceso