Tortura de la CIA sacuden a ingleses

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Las llamadas en el Reino Unido a esclarecer las acciones de los servicios secretos británicos en la “guerra contra el terrorismo” no han parado de aumentar desde que se dieron a conocer las torturas de la CIA.

El informe incriminatorio publicado el martes por el Senado de Estados Unidos ha resucitado muchas preguntas todavía sin respuesta sobre lo que hicieron el MI5 y el MI6, las agencias de espionaje interna e internacional, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

Los británicos son los aliados más estrechos de Washington y ambos fueron de la mano a Irak y Afganistán.

En 2010, el propio primer ministro, David Cameron, admitió que había “interrogantes sobre el grado de cooperación de los agentes británicos con los servicios de inteligencia extranjeros que trataron a los prisioneros de manera inapropiada”.

El juez retirado Peter Gibson fue requerido para llevar a cabo una investigación independiente.

Pero sin recursos suficientes, el informe realizado en diciembre 2013 contiene más preguntas que respuestas. Y suena como una confesión de impotencia frente a una administración poco dispuesta a revelar sus secretos.

Quiero la verdad

La Comisión Parlamentaria de Inteligencia y Seguridad (ISC) ha heredado el informe, y debe emitir sus propias conclusiones a finales de 2015.

“Una vez que la Comisión haya emitido su informe, tenemos que preguntarnos si no es necesario abrir una investigación judicial completa”, dijo esta semana el vice primer ministro Nick Clegg (Liberal demócrata).

“Soy como todo el mundo, quiero la verdad”, insistió.

¿Tiene la inteligencia británica las manos limpias? Entre los que dicen que “no” está el etíope Binyam Mohamed. Detenido en Guantánamo durante más de cuatro años, cree que un miembro del MI5 proporcionó las preguntas durante los interrogatorios acompañados de torturas.

El Reino Unido también está acusado de complicidad en el secuestro de Abdelhakim Belhaj, un ex yihadista que se convirtió en comandante militar de Trípoli después de la caída de Muamar Gadafi en 2011.

En octubre pasado, la Corte de Apelaciones de Londres consideró que tenía derecho a demandar a las autoridades británicas.

Demandas de investigación

“Sabemos que el Reino Unido fue cómplice de la CIA en los casos de tortura y traslado de detenidos”, acusó Donald Campbell, portavoz de Reprieve, una organización de defensa de los derechos humanos.

La cuestión es saber “cuándo el gobierno explicará cómo se pudo permitir ésto”, dijo a la AFP, añadiendo que el informe de Estados Unidos “subraya la necesidad” de que Londres haga su propio examen de conciencia.

“Por el momento, el Reino Unido es como alguien que no se atreve a abrir una puerta por miedo a descubrir lo que hay detrás”, afirmó Tom Davies, de Amnistía Internacional.

La ONG ha lanzado una petición en línea que pide la apertura de una investigación penal y que tenía más de 14 mil firmas la mañana del viernes.

Por si eso no fuera suficiente, el gobierno de Cameron también debe lidiar con una prensa que le acusa de haber pedido a Washington que eliminara del informe las partes comprometedoras con los servicios secretos británicos.

“La información ha sido eliminada (…) Estados Unidos ha conocido la verdad, nosotros no”, afirmó Jenni Russell en el diario The Times.

Downing Street admite que se discutió con los estadounidenses el contenido del informe, “pero que no se abordó retirar posibles acusaciones de participación británica en actividades consideradas ilegales en el Reino Unido”.

Fuente: AFP

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