Miguel Barbosa, quien buscó la gubernatura de Puebla en los comicios del domingo 1, insiste en que, ante las graves y múltiples irregularidades en las que se incurrió durante la jornada, la elección debe anularse. Ante las amenazas que afirma haber recibido de presuntos operadores del exgobernador Rafael Moreno Valle –quien, sostiene, quiere instaurar un proyecto transexenal por medio de su esposa, Martha Érika Alonso–, afirma: “No le tengo miedo a este corrupto”.
Por José Gil Olmos/ Proceso
La elección para gobernador en Puebla es la mancha negra en el proceso democrático nacional, sostiene Miguel Barbosa Huerta, quien compitió por el cargo con el respaldo de la alianza Juntos Haremos Historia.
Ahí hubo una “elección de Estado”, en la que estuvo la mano del gobernador saliente, José Antonio Gali Fayad, y también la del exmandatario Rafael Moreno Valle, quien movió las piezas para que su esposa, Martha Érika Alonso Hidalgo, se adjudicara el triunfo, sostiene.
El domingo 8, el Instituto Electoral del Estado (IEE) entregó a Alonso Hidalgo la constancia de mayoría de votos que la acreditan como ganadora de la elección.
No obstante, Barbosa advierte que este hecho no es definitivo, pues existen claros elementos de impugnación que él y los partidos que lo impulsaron –Morena, Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social– usarán como argumento para exigir la anulación ante las autoridades judiciales.
“Nosotros estamos muy firmes. Todo apunta a la anulación. Nuestra impugnación es muy sólida, tenemos jurídicamente todos los elementos. Estoy tranquilo”, puntualiza.
Y enumera las irregularidades: “La intervención directa del gobierno estatal en la elección, el control de los órganos electorales, dinero público en la campaña, inequidad en el proceso en el cual el gobierno metió la mano, la violencia generalizada, el uso de los programas sociales y exceso en los gastos de campaña”.
En vísperas de presentar el recurso de anulación ante el Tribunal Electoral del Estado de Puebla, Barbosa dice que no espera mucho de esta autoridad, pues está controlada por Moreno Valle. Pese a ello, anuncia que cumplirá con ese trámite formal para llegar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, del que espera un acto de justicia.
Entrevistado en la Ciudad de México, pide a las instituciones respetar la ley. “Esto no se ha terminado. Voy a actuar con mucho cuidado porque Moreno Valle cree que su mundo no va a cambiar”, advierte, y sostiene que éste utiliza su influencia para conseguir su reelección a través de su cónyuge y, con ello, “llevar a cabo una regresión autoritaria”.
Refiere que en “la operación de Estado” participó gente de Moreno Valle: Jacinto Herrera Serrallonga, consejero presidente del IEE y exdirector de Ingresos de la Secretaría de Finanzas y Administración (SFA); Dalhel Lara Gómez, la consejera encargada del traslado y custodia de los paquetes electorales que antes fue directora de fideicomisos de la SFA, y Juan Pablo Mirón Thomé, consejero electoral en funciones, quien fue secretario particular de Luis Maldonado Venegas cuando fue subsecretario de Coordinación Educativa de la SEP.
Las redes de corrupción
Rafael Moreno Valle, abunda Barbosa, “ha formado una mafia con personajes siniestros, como el diputado Eukid Castañón, a quien le encargan las peores tareas de la vida pública, como el espionaje; él lo puso de contralor para amagar toda la vida institucional de Puebla. También está Marcelo García Almaguer, quien controla todos los medios por medio de redes de corrupción, gastando millones de pesos mensuales para el control de la información”.
E insiste: el domingo 1 el gobernador Gali Fayad permitió a 26 operadores electorales actuar a favor de Alonso Hidalgo, la candidata de Por Puebla al Frente, en “laboratorios” donde fraguaron el cambio de los votos registrados por el IEE.
El ejemplo más claro es el “laboratorio que instalaron en el hotel MM la noche del domingo”.
Relata: “Ahí estaba la esposa de Moreno Valle supervisando el fraude. Tenían laboratorios electorales con sistemas de cómputo que alimentaban de manera remota los resultados adentro del Instituto Electoral. Cada casilla que se terminaba de contar, en lugar de remitirla al consejo municipal o distrital, la llevaban al laboratorio electoral, donde se acomodaban los votos a favor de Martha Érika Alonso de Moreno Valle.
“Por eso había reportes de casillas cuyo cómputo supuestamente ya estaba terminado y que fue entregado hasta después de 48 horas. En los laboratorios se sustituyeron boletas o se modificaron las actas o sábanas. Uno de esos laboratorios fue el que encontramos en el hotel MM.”
Prosigue: “Toda la gente que estuvo ahí vio a Martha Érika Alonso de Moreno Valle, así como paqueterías originales, boletas, actas, vehículos oficiales, a la gente del IEE, a Omar Blancarte y a Eukid Castañón. Era un enorme laboratorio. Me enteré que estaba Martha Érika Alonso de Moreno Valle a las nueve de la noche, pero me pidieron que permitiéramos su salida a las 11 de la noche. No puedo decir (nombres), pero me lo pidieron de México. Ahí estaba ella supervisando el fraude”.
Barbosa alude también a la camioneta volcada en la esquina de la calle 24 Sur y avenida de las Torres, en la capital poblana, con placas sobrepuestas de la Ciudad de México P12-AJX. El vehículo es propiedad de la Fiscalía General del Estado de Puebla. En su interior se encontraron urnas con 8 mil 800 boletas.
Según los reportes, al menos hubo ocho personas que fueron heridas con armas de fuego, así como 18 robos o intento de robo de urnas en la misma ciudad por parte de grupos armados que se transportaban en camionetas Lobo blancas.
Barbosa cuenta que en la primaria Emiliano Zapata, en la colonia Barranca Honda, al norte de la ciudad de Puebla, alrededor de las 14:00 horas un grupo armado de entre ocho y 10 elementos irrumpió en el lugar y tiró las urnas.
Una hora después un evento similar ocurrió en la escuela Cadete Vicente Suárez de la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacán. Los intrusos hicieron disparos y destrozaron algunas urnas. A las 16:00 horas la escena se repitió en una casilla de la colonia Fuentes de San Aparicio, en el Centro Cultural Cuauhtémoc. Ahí, cinco sujetos armados dispararon también al aire y, tras amagar a los representantes de casilla, se llevaron una urna.
Otro amago ocurrió a las 16:30 horas en la primaria Reyes Heroles, en la colonia bosques de San Sebastián, donde al menos siete hombres armados se robaron las urnas.
En suma, según Barbosa, además de los muertos y heridos, alrededor de 50 mil votos se perdieron en las 70 casillas violentadas en las secciones 77, 1410, 822,1061, 1369, 1035, 1072, 1078, 1206, 1197, 1187, 1534, 1537, 2175, 2176, 2177, 2179, 2180 y 1887.
La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales incluso recibió más de 140 denuncias.
Osorio Chong, “cómplice”
Miguel Barbosa menciona al exsecretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong como un actor importante en el mecanismo de control de las instancias electorales en Puebla.
“Me consta que, bajo el auspicio de Osorio Chong, en el INE se designó al Instituto Estatal Electoral con (un organismo) incondicional. Me consta también cómo desde el Senado, con el auspicio de Osorio Chong, se integró el Tribunal Electoral del estado de Puebla. Entonces, tenemos una elección de Estado que se preparó desde antes del domingo 1.”
–¿Qué interés puede tener Osorio Chong?
–Él se volvió el socio de Moreno Valle. La corrupción en el gobierno federal se extendió tanto que muchos secretarios de Estado se hicieron socios de gobernadores. En el caso de Puebla, uno de los socios era Miguel Ángel Osorio. Toda la impunidad de Rafael Moreno Valle estaba fincada desde la protección de Osorio Chong. De ahí la aparición de muchas empresas de construcción hidalguenses en la obra pública en Puebla.
Barbosa asegura que Moreno Valle puso al gobernador Gali Fayad para tener el control de los recursos públicos y de la vida institucional. “Finalmente, para realizar una elección de Estado necesita el control institucional de los órganos electorales de Puebla”, explica.
De esta manera, según el entrevistado, Moreno Valle creó un sistema de control en todo el estado para allanarle el camino a su esposa Martha Érika Alonso al gobierno de Puebla como parte de su proyecto transexenal de poder, que comenzó a tejerse años atrás.
Y remata: “Puebla es la mancha negra de todo el proceso electoral democrático del domingo 1. Es la muestra de que la voluntad democrática no es generalizada, pues persisten ambiciones de poder de personajes, como el panista Moreno Valle, que hacen ver al veracruzano Miguel Ángel Yunes Linares como un niño de pecho”.
Con respecto a las amenazas que, afirma, él y su familia han recibido, responde: “No le tengo miedo a Moreno Valle ni me voy a rajar. Sólo le pido que no se meta con los míos. Espero que todo esto sea político. No le tengo miedo a este corrupto que quiere generar miedo. No me voy a echar para atrás”.
Esta entrevista se publicó el 22 de julio de 2018 en la edición 2177 de la revista Proceso.