Justo a medio siglo de la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco, Amazon Prime estrenó ese día la serie en torno de aquellos tiempos álgidos Un extraño enemigo, bajo la dirección de Gabriel Ripstein, producida por Televisa. El insólito proyecto de la empresa de la familia Azcárraga es interpretado por Daniel Giménez Cacho como Fernando Barrientos (inspirado en Fernando Gutiérrez Barrios); Hernán del Riego y Antonio de la Vega, en el papel de los presidentes Díaz Ordaz y Echeverría, respectivamente, y el guionista Carlos Pascual.
Por Columba Vértiz de la Fuente/ Proceso
El estudio de “contenido premium” de Televisa, llamado Televisa Alternative Originals (TAO), con presencia en Los Ángeles, California, Estados Unidos, y la Ciudad de México, creó la serie Un extraño enemigo: una visión de la lucha por la sucesión presidencial y cómo esa disputa por el poder permeó el movimiento estudiantil de 1968.
Es la plataforma Amazon Prime Video (de la compañía estadunidense de comercio electrónico y servicios de computación en la nube llamada Amazon) la que trasmite este nuevo contenido de Televisa. Un extraño enemigo es producción de Emilio Azcárraga Jean, Eduardo Clemesha y Leopoldo Gómez, entre otros.
Cabe recordar que esta empresa, con el padre de Emilio Azcárraga Jean, Emilio Azcárraga Milmo, se declaró priista en los años ochenta e incluyó por extensión a Televisa por ser “evidentemente soldados del presidente de la República” (Proceso, 289); asimismo, su heredero al parecer cumplía el dicho: “De tal palo, tal astilla”, ya que de acuerdo a fuentes informativas (como el reporte de Jenaro Villamil en este semanario) Televisa planeó toda una estrategia para proyectar a Enrique Peña Nieto como candidato presidencial desde 2005 (Proceso, 1861).
Incluso, la película La dictadura perfecta, de Luis Estrada, recrea el tema en el mismo sentido, y varias plumas también han enfatizado que el locutor ancestral de Televisa, Jacobo Zabludovsky, fue “un conductor que se plegó completamente a los deseos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del presidente”. El 2 de julio de 2015, tras el fallecimiento de Zabludosky, en las redes sociales se recordó la censura en su telenoticiario Diario Nescafé respecto de la matanza estudiantil del 68 en Tlatelolco. Sobresalió la frase “Hoy fue un día soleado”, que dijo el periodista Zabludovsky al día siguiente, y cuya historia narró Denise Dresser en esta revista (Proceso, 1571).
Ante el aniversario 50 del trágico suceso, sobresalió la publicidad en internet y en varios espectaculares de la CDMX para anunciar el estreno de Un extraño enemigo, efectuado el pasado 2 de octubre. Para sus principales actores, el proyecto de Televisa, sostienen, “contiene calidad”, “es de altísimo nivel”, “lo conforman un buen reparto”, “nunca es tarde para cambiar”, “es necesario hablar de lo que pasó”, “es un tema importante para que no se olvide”, “indica los deseos de cambio que están generándose”, y “el mercado televisivo ha cambiado”.
El protagonista
Daniel Giménez Cacho (quien por primera vez es el principal actor en una serie televisiva) interpreta en Un extraño enemigo a Fernando Barrientos, inspirado en el controvertido político Fernando Gutiérrez Barrios, pero llama la atención que no aparezca el nombre verdadero del priista en la historia, conformada por ocho capítulos.
“Me parece positivo este proyecto, tratar de aproximarse a alguna idea de la verdad, y como sociedad me parece terapéutico hablar de eso”, expresa en entrevista Giménez Cacho, quien además ha destacado como activista (por ejemplo, forma parte de El Grito Más Fuerte, un colectivo ciudadano que no pertenece a partido político alguno, integrado por personas del arte y la cultura en México).
Se le pregunta al también partícipe en los filmes de El callejón de los milagros de Jorge Fons, Colosio: El asesinato de Carlos Bolado, y Los adioses de Natalia Beristáin, cuál fue su reflexión al saber que Televisa estaba al frente de esta serie, ya que dicha empresa guardó silencio con respecto al 68, y relata tranquilo:
“Pensé: ‘¡Nunca es tarde!’ Sabemos que Televisa fue siempre –ya lo dijo don Azcárraga Milmo– soldado del PRI, y eso ha cambiado porque ese partido ya no existe como tal, ahora habrá otro gobierno. Es otra circunstancia política que los obliga a ofrecer otros contenidos, y esa crítica de que callaron es real. Yo entré a esta propuesta porque está bien creada y hay una libertad de contenido y una libertad creativa absoluta. Aparte, ellos se acercaron a Enrique Krauze, Héctor Águilar Camín y Jorge Castañeda, y otros historiadores, lo cual me parece serio.”
–¿Qué lo convenció para intervenir en Un extraño enemigo?
–Primero, el tópico. Obviamente es un asunto del cual nunca se pudo hablar, y luego, que fuera Televisa con Amazon los que estuvieran produciendo; además, se me hizo importante acceder a una plataforma que alcanza muchas naciones. Bueno, no se nos olvide que en el país sólo el 30% de los mexicanos tienen internet… Es necesario sacar a la luz esos sucesos del 68, para entre todos ir construyendo una memoria de lo que ocurrió. Todavía no se sabe bien cuántos muertos hubo.
Amazon Prime Video abarca más de 200 países. Un extraño enemigo fue dirigida por Gabriel Ripstein, hijo del destacado cineasta Arturo Ripstein, quien aparece un breve momento en el primer capítulo. Giménez Cacho continúa su argumentación:
“La serie no pretende ofrecer una visión global de todo lo que pasó en el 68. Se centra en cómo el policía político del Estado, junto con Luis Echeverría, usa y manipula al movimiento para que Echeverría quede como el siguiente presidente de México. Eso me pareció importante. Se ve cómo el asunto de los Juegos Olímpicos y el de seguridad en la Ciudad de México volvió protagonista al entonces regente del D.F., Alfonso Corona del Rosal.”
–¿Cómo trabajó su personaje basado en Fernando Gutiérrez Barrios?
–En el guión no se describe un retrato de él, hay muchas cosas de ficción; pero sí hay una cierta inspiración, y pues hice mis investigaciones… Platiqué con gente que lo conoció y trabajó para él. Es el villano de la historia. Poseía una mística de servicio a la patria, que él se creó, para que hubiera paz social con métodos como la tortura, el asesinato y la desaparición. Es un personaje muy interesante, a través de él podemos entender mucho de lo que es la cultura política mexicana.
–¿Cree que cambió Televisa?
–Creo que sí porque el mercado se movió, se transformó, y Televisa necesita demostrar a la sociedad que es capaz de producir otra cosa que no sean telenovelas, para ellos es importante ponerse también en la sintonía del mundo en cuento a los contenidos de las series. Ese nuevo mercado ha traído grandes cosas para los que nos dedicamos a esto, porque desde que llegó Netflix, digamos, hay una cantidad de trabajo y variedad. Se acabó el monopolio de medios.
Ocho horas de largometraje
Por su parte, Hernán del Riego, actor, cantante, director de escena, compositor y pedagogo, subraya a este medio que Un extraño enemigo “es un acercamiento muy afortunado” de Televisa. Sigue:
“¡Celebro que lo hablemos! Será bueno que este thriller político contribuya a darle un poco más de matiz al movimiento del 68, para que los jóvenes de 20 o 23 años puedan entender las luchas u obsesiones políticas de sus abuelos. Hay que quitarnos los prejuicios de decir que Televisa hará una cosa como acostumbra… Resulta que es una propuesta televisiva espectacular. Finalmente Televisa y Amazon se juntaron y lograron un buen largometraje de ocho horas.
“No hay una cosa más abominable que La rosa de Guadalupe y otros programas que mantienen la ignorancia y el machismo, en fin. Todo eso lo asociamos con Televisa, y Un extraño enemigo me confrontó con mis prejuicios. No es la primera vez que Leopoldo Gómez hace este tipo de producciones. Televisa busca la oportunidad de ser una voz –no controlada como fue la de Zabludovsky–, y por fortuna acabamos de pasar por un ejercicio democrático electoral. Creo que viene perfecto para no olvidar y vernos con otros ojos desde adentro.”
En torno a su personaje, el exmandatario Gustavo Díaz Ordaz, confiesa que “fue una gran experiencia poder entrar en sus zapatos y de repente sentirlos grandes”. Añade con firmeza:
“Aprendí a ver a un ser humano en diversas circunstancias, con presiones de muy diversa índole y como parte de un sistema político que actúa en conjunto. Poder desprenderme de mi visión personal y tratar de dejar vivir a una persona fue muy interesante, muy preocupante y muy demandante.”
Así se expresa respecto al retiro de placas con el nombre de Gustavo Díaz Ordaz, correspondientes a la inauguración del Metro, por parte del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, la semana pasada:
“Me parece un exceso, un oportunismo ahora con los cincuenta años del movimiento estudiantil del 68.”
Deseos de cambio
Antonio de la Vega subió 13 kilos para interpretar a Luis Echeverría. Efectuó mucho trabajo de investigación y observó entrevistas que logró conseguir para “tratar de lograr su forma de hablar y de moverse”. Entusiasmado, enfatiza:
“La verdad es que el proceso fue muy rico. El guión es excelente, son actores y actrices que respeto mucho. Desde el primer momento que leí el guión y vi las empresas involucradas se me hizo importante y necesario recordar ese suceso.”
Sobre que la producción haya estado en manos de Televisa, platica el artista (quien ha laborado no sólo en producciones mexicanas, también colombianas y estadunidenses en cine, teatro y televisión), que “esa televisora es la más cuestionada de México, y su proyecto, Un extraño enemigo, nos indica los deseos de cambio que están generándose en el país, y no sólo por parte de las empresas, sino también de la población. Existe una apertura a hablar de temas tabú”.
–¿Estima que el público le va a creer a Televisa?
–Si nos centramos mucho en el hecho de que es Televisa quien está presentando esto, podemos caer en cuestiones de mucha satanización de los mismos tabúes que tiene la empresa, y creo que hay aires de cambio en todo el país y deberíamos centrarnos en eso. Lo positivo es que es un proyecto de altísimo nivel. Estoy seguro que a la gente le va a gustar.
También actúan Irene Azuela, Pedro de Tavira, Javier Díaz Dueñas, Roberto Duarte, Karina Gidi y Carlos Juárez.
En el primer capítulo de la historia, Fernando Barrientos ordena una tortura. Le preocupa la iniciativa de ley que poseen los legisladores para acabar con la Dirección Nacional de Seguridad, en la cual está al frente. El guerrillero Genaro Vázquez escapa de la cárcel y Barrientos sabe que lo liberó el regente de la Ciudad de México, Corona Del Rosal. Le informa a Luis Echeverría que lo quiere desprestigiar. Al presidente Díaz Ordaz sólo le interesa la seguridad en la capital por los Juegos Olímpicos. Le dicen a Barrientos que Corona del Rosal será el próximo presidente. Se pone nervioso, porque en el gabinete nadie reconoce a la Dirección Nacional de Seguridad. Quiere indagarlo todo y se reúne con un estadunidense miembro de la CIA. A Echeverría le muestra las fotos de la violencia contra los estudiantes en la Alameda Central y las manifestaciones de París. Y le dice: “Este es el inicio de su campaña presidencial. Si me permite, usted va a ser el próximo presidente de México”.
–¿Y por qué necesitaría yo tu ayuda, Fernando? –le responde Echeverría. Y Barrientos:
–Porque si no, va a perder y usted lo sabe. Juntos podemos cambiar esto.
Silencio. Suena el teléfono; pero Echeverría no lo contesta. Luego lo descuelga, y dice a Barrientos: “Lo escucho comandante…”.
El origen
Carlos Pascual, uno de los impulsores de esta serie, cuenta cómo surgió:
“En 2008, con el equipo creativo de Noticieros Televisa encabezado por Leopoldo Gómez, nos dimos a la tarea de crear y escribir dos series históricas que serían la aportación de Televisa a los festejos del Bicentenario. De este trabajo surgieron las series Gritos de muerte y libertad, sobre la Independencia, y El encanto del águila, sobre la Revolución. En ambos proyectos fungí como jefe de guionistas y en ellos participaron escritores de la talla de Flavio González Mello, Ximena Escalante, Luis Mario Moncada y Xano Mendoza. Los directores fueron Mafer Suárez y Gerardo Tort. Contamos con la asesoría histórica de los más importantes especialistas en el tema y de todas las corrientes.
“Animados por el buen éxito de estos proyectos, nos lanzamos a escribir una serie sobre la Guerra Cristera que aún no ha encontrado una salida económica para su realización. La escribimos Ximena Escalante y yo y nuestro asesor histórico fue Jean Meyer. Después nos planteamos escribir una serie sobre la Reforma, pero se acercaba la conmemoración del 50 aniversario del movimiento del 68 y el proyecto se impuso. Lo creamos el mismo equipo: Leopoldo Gómez, Francisco García Ambriz, Mafer Suárez y yo. Delineamos sus propósitos y objetivos y arrancamos.”
Concluye:
“En el proceso, el director Gabriel Ripstein fue invitado a sumarse como showrunner (auto-productor) y, como es lógico, su visión se impuso. Hubo sumas y restas en el proyecto. Los guionistas fuimos Gibrán Portela, César Gándara, Emma Bertrán, Daniel Kraus, el mismo Ripstein y yo. Tuvimos la oportunidad de contar nuevamente con importantes asesores históricos, así como de entrevistar a los involucrados directamente en el proceso. El trabajo de investigación (lecturas, entrevistas y trabajo de campo) fue exhaustivo. Un extraño enemigo muestra el poder absoluto del presidencialismo que fue incapaz de atender unas mínimas demandas por parte de los estudiantes. La serie muestra el brutal aparato de control social con el que contaba el PRI.”
Este texto se publicó el 7 de octubre de 2018 en la edición 2188 de la revista Proceso