El Vaticano y la Arquidiócesis potosina suspendieron al sacerdote Eduardo Córdova Bautista del ejercicio del ministerio sacerdotal por encontrar indicios que lo ubican como probable responsable de delitos derivados de un caso de pederastia de hechos denunciados en 2012. Sin embargo, la sentencia definitiva de retiro de la Iglesia, está pendiente de llegar desde El Vaticano.
Al respecto, Armando Martínez Gómez, apoderado legal de la Arquidiócesis potosina, comentó que el procedimiento canónico en contra de Eduardo Córdova Bautista por denuncias de pederastia ha concluido y faltan documentos que deben llegar, como la sentencia oficial de su separación total de la Iglesia, pero en el primer resolutivo del Vaticano, él está separado desde el pasado 23 de abril.
Esto significa que el cura lleva apenas un mes de haber sido separado. Justificó que Eduardo Córdova fue sacerdote de la Arquidiócesis y por ello ante la denuncia de 2012, se inició la investigación y ahora, por la inscripción de asociación religiosa ante la Secretaría de Gobernación ha seguido el procedimiento interno registrado ante esa dependencia federal.
Precisó que por ese procedimiento, Eduardo Córdova ha causado baja y si el proceso terminó, la Iglesia ahora pide a quienes denuncian, como Alberto Athié y personas que han sido víctimas, acudan a las instancias judiciales a pedir la investigación, que de acuerdo al Código de Procedimientos Penales les permite que hagan efectiva.
Que el gobierno haga su trabajo
La Arquidiócesis potosina publicó un comunicado donde invitan al “Estado de San Luis Potosí a que cumpla con su tarea de investigar los hechos e impartir justicia”, respecto a las acusaciones públicas por presuntos abusos sexuales hechas hace más de un mes en contra del sacerdote Eduardo Córdova Bautista.
En tanto, al propio Eduardo Córdova le pidieron “que se presente ante las autoridades que tienen la competencia de juzgar estos delitos”, según se lee en el comunicado firmado por el vicario general Benjamín Moreno y el canciller Fernando Ovalle González, a nombre del arzobispo Carlos Cabrero Romero.
Hasta ayer domingo, la Iglesia católica potosina desconocía el paradero del sacerdote Eduardo Córdova Bautista, quien incluso ha desatendido tres citatorios del Arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero.
Incluso, luego de que se conoció el fallo en Roma que resolvió suspenderlo de sus licencias ministeriales, al igual que hizo la arquidiócesis, el sacerdote no se ha presentado para que se le notifique personalmente resolutivo alguno, ni tampoco en las diversas etapas de los procesos ordenados por el derecho canónico, según informó Armando Martínez Gómez, presidente del Colegio de Abogados Católicos de México y representante jurídico de la diócesis potosina.
Precisó que su ubicación es necesaria para que enfrente las acusaciones que han hecho públicamente y ante las autoridades jurisdiccionales, y sea él mismo quien dé la cara hacia las personas que lo señalan. Aclaró que los tres citatorios se han dado con fechas anteriores a que el arzobispo Jesús Carlos Cabrero acudiera a Roma. Se le ha buscado y no se ha presentado, además de que dijo desconocer cuál fue el último día que se le vio en público.
La historia de los abusos
El 9 de abril, el ex sacerdote Alberto Athié Gallo, conocido por su batalla moral de develar los casos de pederastia cometidos por el líder de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, denunció en el noticiero de Carmen Aristegui en MVS que Córdova Bautista era responsable de más de cien casos de pederastia en San Luis Potosí, cometidos a lo largo de 30 años.
En la semanas subsiguientes, empezaron a surgir detalles de los casos hasta llegar a los testimonios de víctimas con nombre y apellido que acusaron al religioso de ser un “depredador sexual”.
El vocero arzobispal Priego Rivera, un sacerdote que en sus homilías llama “Crimen Aristegui” a la periodista por sus constantes críticas a la iglesia, descalificó de inmediato los señalamientos. Calificó de “rencoroso” a Athié y de “escandalosa” Aristegui.
A lo largo de los días, el vocero persistió en su airada defensa, aunque no exenta de contradicciones, como cuando señaló que la iglesia potosina no tenía conocimiento de denuncias y al día siguiente, el actual arzobispo, Carlos Cabrero, admitió que había testimonios y hasta un expediente abierto contra Córdova.
Pero, a diferencia de los tres casos anteriores, el arzobispado se quedó sólo en su defensa. Ni en las escuelas por las que pasó Córdova Bautista, ni los fieles de las parroquias en las que ofició reaccionaron a favor. Por el contrario, las redes sociales y los chats privados se llenaron de condenas en contra del sacerdote acusado de cerca de cien casos de abusos, y se saturaron con elogios a quienes se atrevieron a denunciarlo.
Las mismas denuncias, realizadas por Humberto Abaroa y Gunnard Moebius, las primeras víctimas de Córdova Bautista que aceptaron dejar el anonimato, dieron impulso a más personas para repudiar al sacerdote. La Procuraduría potosina ha dicho que “pedirá el expediente” a la Iglesia, lo que significa que ni siquiera lo ha integrado aún cuando, desde hace años, el religioso es acusado por abuso sexual contra menores.
Fuente: Pulso y Sin Embargo