Rusia afirmó este lunes que rechaza la prolongación de un histórico acuerdo de exportación de granos ucranios, horas después de que drones navales atacaran un puente estratégico que conecta su territorio con la península anexada de Crimea.
“El acuerdo del mar Negro ha terminado de facto hoy”, dijo a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
“Tan pronto como la parte [del acuerdo]relativa a Rusia esté satisfecha, el país volverá inmediatamente al acuerdo sobre los cereales”, añadió.
Moscú lleva meses quejándose del pacto, sellado en julio de 2022 con la mediación de Turquía y Naciones Unidas y que ha permitido aliviar los temores a una crisis alimentaria mundial.
El Ministerio de Exteriores de Rusia recordó en un comunicado que el 22 de julio de 2022 se firmaron en Estambul dos acuerdos relacionados entre sí: la Iniciativa del Mar Negro sobre la exportación de alimentos ucranianos y amoníaco ruso y el Memorándum Rusia-Naciones Unidas sobre la normalización de las exportaciones rusas de productos agrícolas y fertilizantes.
Estos pactos —recuerda la Cancillería— se alcanzaron con los objetivos humanitarios de “garantizar la seguridad alimentaria mundial, reducir las amenazas de hambruna y ayudar a los países necesitados de Asia, África y América Latina”.
“Sin embargo, contrariamente a los objetivos humanitarios declarados, la exportación de alimentos ucranianos pasó casi inmediatamente a tener un carácter puramente comercial y, hasta el último momento, estuvo destinada a servir a los estrechos intereses de Kiev y sus patrocinadores occidentales”, reza el comunicado.
Así, el Ministerio menciona que desde que se puso en marcha la iniciativa más del 70 % de las 32,8 millones de toneladas exportadas se enviaron a países de renta alta y media-alta, incluida la Unión Europea. Mientras que los países más pobres, en particular Etiopía, Yemen, Afganistán, Sudán y Somalia, representaron menos del 3 %, con un total de 922.092 toneladas.
Los principales beneficiarios
La Cancillería señala que “esta geografía y comercialización de una iniciativa inicialmente humanitaria” quedan claras considerando que los propietarios de una parte significativa de las tierras de cultivo ucranianas, o más de 17 millones de hectáreas, son las corporaciones occidentales Cargill, DuPont y Monsanto.
“Compraron tierras ucranianas después de que Kiev levantara una moratoria de 20 años sobre su venta a petición del FMI y se convirtieron en los principales beneficiarios de las exportaciones de grano ucraniano”, explica el ministerio.
Por otro lado, los europeos compraron alimentos ucranianos a precios de ‘dumping’ y los procesaron en sus propias fábricas para revenderlos como productos acabados de alto valor añadido. “Los occidentales, de hecho, ganan dos veces: tanto con la venta como con la transformación del grano”, precisó.
Además, acusó a Estados Unidos y la UE de especular con los precios, creando una escasez artificial de mercancías, y de expulsar los productos agrícolas rusos de los mercados mundiales mediante la imposición de sanciones unilaterales ilegales.
Además, la Cancillería acentuó que en plena realización del acuerdo de granos el régimen de Kiev no dudó en llevar a cabo provocaciones y ataques contra instalaciones civiles y militares rusas utilizando el corredor marítimo humanitario. “De hecho, los puertos controlados por Kiev y el corredor seguro abierto por Rusia para la exportación de grano ucraniano se utilizaron para llevar a cabo ataques terroristas, violando el espíritu y la letra de la Iniciativa del Mar Negro”, constató.
“No se ha cumplido ni una sola de las cinco tareas sistémicas”
Al mismo tiempo, la cartera de Exteriores resaltó que el Memorándum Rusia-ONU sobre el desbloqueo de las exportaciones agrícolas rusas no funciona, ya que Occidente sigue imponiendo restricciones contra Moscú, bloqueando las transferencias bancarias, los servicios de seguros, logística de transporte, los suministros de piezas de recambio y los activos extranjeros.
“Debemos constatar que no se ha cumplido ni una sola de las cinco tareas sistémicas previstas en el Memorándum Rusia-ONU”, recalcó el Ministerio.
En particular, mencionó que la reanudación del funcionamiento del conducto de amoníaco Toliatti-Odesa, estipulada en ambos documentos de Estambul, fue aprovechada para tratar de regatear ventajas adicionales en el marco de la iniciativa, pero al no alcanzar estos fines, el régimen de Kiev lo hizo volar, “siguiendo el principio de ‘sin tubería no hay problema’, ante el elocuente silencio de la Secretaría General de las Naciones Unidas”.
“En estas condiciones de flagrante sabotaje en la aplicación de los acuerdos de Estambul, carece de sentido la continuación de la Iniciativa del Mar Negro, que no ha cumplido su objetivo humanitario“, declaró la Cancillería, precisando que la parte turca, la ucraniana y la Secretaría de la ONU han sido notificadas oficialmente este lunes sobre la oposición rusa a su prórroga.
“Esto significa la retirada de las garantías para la seguridad de la navegación, la clausura del corredor humanitario marítimo, el restablecimiento del régimen de zona temporalmente peligrosa en las aguas noroccidentales del mar Negro y la disolución del Centro Conjunto de Coordinación en Estambul. Sin la participación de Rusia, la Iniciativa del Mar Negro dejará de funcionar a partir del 18 de julio“, se explica en el comunicado.
El Ministerio también señaló que si Occidente valora de verdad dicho pacto deberían plantearse seriamente cumplir sus obligaciones y retirar las sanciones para los fertilizantes y alimentos rusos. “Solo cuando se obtengan resultados concretos, en lugar de promesas y garantías, Rusia estará dispuesta a considerar el restablecimiento del acuerdo“, dijo.
Fuente: AFP/ RT