La versión original dada a la familia de dos de los chicos no coincide con la historia asentada en las declaraciones ante las autoridades ministeriales. La tía de uno de ellos se coloca en el centro de una controversia manchada por dudas y contradicciones evidentes, según relata la agencia de noticias de Proceso.
Fue la madrugada del 20 de marzo, alrededor de las dos de la mañana, que las progenitoras de los estudiantes Marco Ávalos y Jesús Daniel Díaz, de la Universidad de Medios Audiovisuales CAAV, por medio de una llamada hecha por Edna, tía de Javier Salomón Aceves -otro de los desaparecidos- se enteraron que sus hijos habían sido “levantados” por un comando el lunes 19 a las 20:00 horas, por el Nuevo Periférico, en Tonalá.
En entrevista con Proceso, Sofía, mamá de Marco, comentó que se mostró extrañada de recibir esa llamada seis horas después de la desaparición de su hijo, y solo la hizo Edna porque necesitaba datos para terminar de interponer la denuncia, y a la vez, debido a que la Fiscalía del estado le pidió que contactara a los padres para que acudieran ante la dependencia a la brevedad a ampliar la querella.
Fue Alejandra, hija de Edna y prima de Javier Salomón, la primera en realizar contacto con ambas progenitoras.
Una vez que se presentaba, pasaba el celular a su madre para que fuera ella quien hablara con Sofía y con Vicky, mamá de Jesús.
Cuando la reportera les mostró la declaración que hizo Alejandra al periódico Mural, ambas madres coinciden en que no es la misma explicación que les dio a ellas sobre cómo sucedieron los hechos, por lo que estaría cayendo en una contradicción.
Alejandra relató al diario: “vea que nada más se bajan unos sujetos con pistolas, armas largas y nos dicen que son de Fiscalía y que nos tiráramos al suelo. Ya cuando levanté la cabeza, vi que ya no estaban la camionetas”, ni los tres muchachos.
Sofía relata para Proceso: “recibí una llamada a las 2 de la mañana dónde me dice la tía de uno de los desaparecidos, Javier Salomón, que mi hijo había desaparecido”.
“Me dice ella que habían ido los alumnos a hacer unos trabajos, unas grabaciones a Tonalá, donde lo hicieron en casa de esa señora, de la señora Edna, tía de Salomón, que ella les había facilitado la casa para que ahí hicieran sus trabajos.
“Posteriormente ella me narra que al salir los chicos de su cabaña, porque así me lo mencionó, los alumnos fueron levantados.
“Y que venían en dos vehículos del trayecto de Tonalá a Guadalajara, en donde uno de los carros, según eso, se venía ponchando y el otro se venía calentando, entonces, los alumnos se pararon y en eso fue cuando los chicos fueron levantados. Llegaron dos camionetas.
“Posteriormente ella (Edna) me dice que está en la Fiscalía haciendo la denuncia y me pide los datos de los padres de Marco Francisco, y bueno, en lo demás me dice que es importante que venga a ampliar la denuncia para llevara a cabo la búsqueda.
“Después de que yo hablé con la señora, que me dice que mi hijo está desaparecido, pues yo marco al celular de mi hijo, y me sorprendí porque la misma señora tenía el celular de mi hijo. Ella contestó. Yo le dije que por qué tenía el celular, me respondió que porque cuando se bajaron aventaron los celulares al asiento del vehículo. Eso no es muy creíble, por lo general cargan los celulares en el bolsillo”.
Desde ese momento, ambas madres se hacen otras preguntas para las que no tiene una respuesta: ¿Por qué un vehículo de reciente modelo se estaría calentando, cuando eso sólo sucede en autos viejos?, ¿cómo sabía Edna dónde se localizaban los vehículos que se llevaron los presuntos policías cuando levantaron a los muchachos?
A la vez cuestionan: ¿Por qué Edna tardó tanto tiempo en enterar a las madres de las víctimas de los hechos? ¿Por qué la novia de Salomón, que fue testigo del “levantamiento” ese mismo día, se fue a Estados Unidos? ¿Por qué su hija Alejandra les dio una versión muy diferente a la que declaró al periódico?
Incluso Sofía comentó que su hija leyó la declaración de Edna, donde da otra versión diferente a la que les comentó a ellas.
También, se cuestionan si la actividad de los negocios -masajes para adultos- de la tía de Javier Salomón, no estaría relacionada con la desaparición, pues, a su juicio, en esos lugares se presta para actos ilícitos.
Pero sobre todo se preguntan: ¿Por qué la tía de Salomón, quien dice ser como una madre para su sobrino, luce tan tranquila, como si fuera una situación común? ¿Acaso vieron sus hijos algo que no debían y por eso se los llevaron?
Vicky y Sofía se trasladaron a Guadalajara desde el pasado martes, pues la primera vive en Los Cabos, y la segunda en Tepic Nayarit.
Sofía, con nostalgia, recuerda que la última vez que fue Marco a su casa fue el pasado 20 de enero, y su plan era terminar todas sus tareas de la universidad, para pasar las vacaciones de Semana Santa.
Vicky se negó a hablar ante el micrófono de proceso.com.mx. Ambas se retiraron, puesto que Dante Haro, fiscal de Derechos Humanos y encargado de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, se presentó en el restaurante de comida rápida donde se realizó la entrevista, para llevarlas a la dependencia.
Este mismo día se efectuó una marcha que inició en el monumento de los Niños Héroes, el cual fue renombrado como la glorieta “de las y los desaparecidos”, refirió el líder de la Federación de Estudiantes Universitarios, Jesús Medina.
De acuerdo con personal de Protección Civil, en la congregación participaron alrededor de 6 mil personas quienes protestaron para exigir la aparición de sus familiares y que la autoridad que garantice seguridad.
Antes comenzar la marcha, en lo alto del monumento, madres de jóvenes desaparecidos tomaron el micrófono para contar brevemente a los asistentes su historia, advirtiendo que no cejaran en su búsqueda hasta encontrarlos.
Los jóvenes, después de escuchar a cada una, coreaban: “no estás sola, no estás sola”; “no somos tres, somos todos”, y “queremos paz”.
Después, iniciaron su recorrido rumbo a la Fiscalía que se ubica en la Calzada Independencia y Hospital. Afuera de las instalaciones de nuevo compartieron más testimonios.
En su trayecto portaron cartulinas y mantas, en la que se leía “”marcha por la aparición con vida, sí al arte, no a la violencia”; “no son 3, no son 43, son un chingo”; “soy estudiante y exijo seguridad para ir a la escuela”.
Una comitiva de afectados fue recibida por Dante Haro y por la fiscal central, Marisela Gómez Cobos.
La manifestación se convocó a raíz de la desaparición de los tres estudiantes del CAAV, y de César Ulises Arellano, alumno de medicina de la Universidad de Guadalajara, quien también desapareció el 19 de marzo.
Fuente: Apro