Los e-hookah o pipas de agua son dispositivos similares a los cigarrillos electrónicos, pero no son identificados como tales, lo que está complicando a las autoridades en Estados Unidos sobre cómo controlar su consumo por parte de los jóvenes, publica The New York Times.
Olivia Zacks, de 17 años de edad, daba una chupada de vapor sabor a durazno de un dispositivo al que la mayoría de la gente llamaría cigarrillo electrónico.
Pero Zacks, una alumna de bachillerato de último año en San Francisco, no le llama así. De hecho, insiste en que nunca ha probado un cigarrillo electrónico. Como muchos adolescentes, llama a esos productos “plumas hookah” o “e-hookahks” o “pipas de agua”.
Esos dispositivos son parte de un subgénero del rápidamente creciente mercado de los cigarrillos electrónicos y están siendo astutamente comercializados para evitar el estigma asociado con los cigarrillos de cualquier tipo.
Los productos, cuya popularidad está creciendo, vienen en un arco iris de colores y sabores de caramelo pero, debajo de la superficie, son a menudo virtualmente idénticos a los cigarrillos electrónicos, hasta su nicotina adictiva y una mezcla no regulada de otros químicos.
El surgimiento de los e-hookahs y todo lo de su tipo está frustrando a los funcionarios de salud pública en Estados Unidos que ya están pasando apuros para medir la propagación de los cigarrillos electrónicos, particularmente entre los jóvenes.
Los nuevos productos y nuevos nombres tienen a las autoridades de salud preguntándose si están subestimando significativamente su uso porque están haciendo las preguntas equivocadas cuando sondean a las personas sobre los cigarrillos electrónicos.
“La tecnología y el hardware son lo mismo”, dijo Adam Querbach, jefe de ventas y mercadotecnia de Romman Inc. de Austin, Texas, que opera varios sitios web que vende hookahs así como cigarrillos electrónicos y e-hookahs. “Mucha de la diferencia está en la marca”.
Las ventas de e-hookahs han crecido “exponencialmente” en los últimos 18 meses, añadió.
A las autoridades de salud pública les preocupa que la gente se esté sintiendo atraída hacia productos que intencionalmente evitan el término “cigarrillo electrónico”.
Un sondeo realizado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) encontró que 10 por ciento de los estudiantes de bachillerato en todo Estados Unidos dijo que había probado los cigarrillos electrónicos en 2012, el doble que el año anterior.
Pero los CDC admitieron que quizá haya hecho la pregunta equivocada:Muchos jóvenes dicen que no han usado y no usarán un cigarrillo electrónico pero reconocen que han probado plumas hookah, e-hookahs o plumas de vapor.
Los CDC actualmente están enviando un sondeo sobre el uso del tabaco a 20 mil estudiantes en todo el país que pregunta sobre la experimentación con los cigarrillos electrónicos, pero no identifica a los dispositivos por otros nombres.
El estado de California, a través de un socio sin fines de lucro llamado WestEd, está haciendo virtualmente la misma pregunta a 400 mil estudiantes.
Brian King, asesor de la Oficina sobre Tabaquismo y Salud en los CDC, dijo que la agencia estaba consciente del problema del lenguaje.
“El uso de plumas hookah pudiera llevarnos a subestimar el uso general de los dispositivos que administran nicotina”, afirmó.
Un problema similar ocurrió cuando ciertos productos tabacaleros sin humo fueron comercializados como “snus”.
Otros funcionarios de salud son más francos.
“Preguntar sobre los cigarrillos electrónicos es una pérdida de tiempo. Hace 12 meses, esa era la pregunta que se debía hacer”, dijo Janine Saunders, jefa de educación para la prevención del uso del tabaco en el Condado de Alameda en el norte de California.
En octubre, Saunders convocó a un consejo asesor estudiantil para discutir como referirse a los “e-cigs”.
“Preguntaron: ‘¿Qué es un e-cig?’”, recordó Saunders, y les mostró el dispositivo al que se refería. “Dijeron: ‘Eso es una pluma de vapor’”.
A los funcionarios de salud les preocupa que esas opiniones lleven a un mayor uso de la nicotina y, posiblemente, hagan que algunas personas terminen usando cigarrillos.
El negocio y los trucos
La Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) está preparándose para emitir regulaciones que darían a la agencia control sobre los cigarrillos electrónicos, los cuales han proliferado virtualmente sin control federal alguno.
Las ventas de cigarrillos electrónicos aumentaron en más del doble el año pasado, respecto de 2012, a mil 700 millones de dólares, según Wells Fargo Securities, y, en la próxima década, el consumo de cigarrillos electrónicos podría superar al de los cigarrillos convencionales.
El número de tiendas que los venden se ha cuadruplicado en el último año solamente, según la Asociación de Comercio de Alternativas Libres de Humo, un grupo comercial de la industria de los cigarrillos electrónicos.
El surgimiento de las plumas hookah y otros productos y apodos parecen sugerir que el mercado está creciendo mucho más allá de los fumadores.
Zacks estuvo entre más de 300 estudiantes de bachillerato del Área de la Bahía de San Francisco que asistió a una conferencia enfocada en temas de salud en febrero en el campus de la Universidad de California en Berkeley.
“Los cigarrillos electrónicos son para la gente que trata de dejar de fumar”, dijo, explicando lo que entendía de la distinción. “Las plumas hookah son para las personas que hacen trucos, como exhalar aros de humo”.
Realmente, es posible que los cigarrillos electrónicos o los dispositivos e-hookah varían en contenido de nicotina e incluso no tengan nicotina.
Querbach explicó que 75 por ciento de la demanda inicialmente era de líquidos sin nicotina pero que los fabricantes de los líquidos estaban ampliando sus productos con nicotina.
Una tienda en San Francisco llamada King Kush Clothing Plus ofrece varios estantes de líquidos de sabores que pueden usarse para rellenar cigarrillos electrónicos o plumas hookah.
Los sabores incluyen manzana con canela, pan de plátano y nuez, mantecada de vainilla, barra de chocolate y bomba de coco.
Varían en concentración de nicotina de cero a 24 miligramos -alrededor de lo mismo que un paquete de 20 cigarrillos comunes-, pero la mayoría de los productos tienen algo de nicotina. Para usar los rellenos, es necesario comprar una pluma hookah, que varían ampliamente en precio, a partir de 20 dólares.
También es posible comprar versiones desechables, ya sea de cigarrillos electrónicos o plumas hookah, que varían en contenido de nicotina y sabor.
Emily Anne McDonald, una antropóloga den la Universidad de California en San Francisco que está estudiando el uso de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes, consideró que la falta de educación pública sobre la aspiración de productos de vapor con nicotina estaba creando un vacío “de modo que los adultos jóvenes están recibiendo información de los vendedores y de otros jóvenes”
“Necesitamos entender cómo les está llamando la gente antes de realizar grandes sondeos”, dijo McDonald. De otro modo, las respuestas no reflejan la realidad, “y estamos de nuevo como al principio”.
Fuente: The New York Times