¿Qué tiene que ver la sociología con este Mundial de futbol?
Parece que para Costa Rica, mucho. Nada menos que su arma sacreta.
Y es que algo están haciendo bien los ticos, que no sólo en el Mundial de futbol han dado el campanazo al estar ya en octavos de final y a un tris de verdaderamente hacer historia, al colarse a los cuartos de final, lo que los pondría en serio en la élite futbolística.
Pian pianito, sin ruido, pero de una manera consistente, Costa Rica ha hecho para su país lo que muchos de nosotros anhelábamos de nuestra selección. No sólo consiguió el famoso “quinto” partido, tan anhelado por nosotros, sino que nos guste o no, está ya entre los ocho mejores equipos del mundo. No es cosa menor lo que ha logrado. Llegó como un cheque en blanco en el grupo D, como un seguro de vida de tres puntos y nada, que simplemente echó del mundial a dos ex campeones mundiales: Italia e Inglaterra. Digo que los dejó fuera porque ni modo que digan los europeos que no contaban ya con esos tres puntos. Y aunque para muchos es sorpresa lo que ha hecho Costa Rica hasta el momento, lo cierto es que se trata de un equipo bastante bien armado, pero sobre todo con gran disciplina futbolística y armas secretas. No en balde 14 de sus 23 integrantes juegan desde hace varios años en Europa.
De acuerdo a las estadísticas de la propia FIFA (www.fifa.com), Costa Rica mete un gol cada 78 minutos, mientras que la media es de 65 minutos. De cada 6.4 intentos de gol, mete uno, cuando la media en este Mundial es de 9.3 intentos y cuatro de sus cinco goles han sido en jugadas y ninguno a balón parado. En todo el torneo, Costa Rica ha corrido 456 kilómetros. De acuerdo a estas mismas estadísticas, los centroamericanos son letales al inicio del segundo tiempo, cuando han marcado tres de sus cinco goles. Los primeros 30 minutos no hacen mucho daño, y en la franja del minuto 75 al 90 son un verdadero peligro en el arco rival.
Como ha sido frecuente en este Mundial, una de sus principales figuras es su arquero, Keylor Navas del Levante español. De su usual cuadro titular, en la defensa sólo Michael Umaña del Saprissa juega en Costa Rica, el resto lo hace en el extranjero, como Giancarlo González en el Columbus Crew de Estados Unidos, Óscar Duarte en el Brujas de Bélgica, Junior Díaz en el Maiz de Alemania y Cristian Gamboa en el Rosenborg de Suecia. En la media saltan a la cancha con Yeltsin Tejeda del Saprissa de Costa Rica, Celso Borges –el intelectual del equipo- del AIK de Suecia y Cristian Bolaños del FC Copenhagen de Dinamarca. Arriba van Bryan Ruiz del PSV Eindhoven de Holanda y Joel Campbell del Olympiakos de Grecia.
Del total del grupo, de sus defensores, sólo tres juegan en su país y el resto lo hace en el extranjero. De sus volantes sólo dos juegan en Costa Rica, mientras que sus delanteros, en donde se concentra gran parte de su poderío, sólo uno de ellos, Randall Brenes es del Cartaginés. Todos de la mano de su técnico, el colombiano José Luis Pinto.
¿Es ésta la razón del éxito de Costa Rica? En parte sí.
Costa Rica inició el famoso proceso mundialista con un viejo conocido de la afición mexicana, el argentino Ricardo Lavolpe. El experimento no funcionó y los directivos le apostaron a Pinto, quien no sólo demostró ser un estratega extraordinario, sino un gran planeador. La preparación del equipo tico incluyó no sólo la parte táctica –fundamental en el futbol para dominar un sistema de juego-, sino machacar y machacar la estrategia, el aspecto sicológico, físico, nutricional y hasta el intelectual, donde basa gran parte de su actual éxito. No dejó nada al azar. Fundamentalmente trabajó mucho su sistema de juego, que domina con un claro 5-3-2 que a los ticos por ejemplo les funciona, y muy bien, no así a los argentinos, que verdaderamente sufren con él, no obstante que es el favorito de su técnico, Sabella.
Bueno, pero todo eso es una parte, la otra fue una etapa de preparación con toda la mano, con rivales de primer nivel que incluyó a tres de los llamados “grandes”, España, Argentina y Brasil en primera línea y Chile, Japón y Corea del Sur en el segundo frente. En pocas palabras, tenemos ante sí a la Costa Rica más “europea” que recuerde su historia, con gran roce y experiencia internacional en la mayoría de sus jugadores.
Pero sin duda, una de las armas secretas de Costa Rica está en su cuerpo técnico, quien a diferencia de otros equipos que incluyen motivadores o hasta brujos, el equipo tico optó por un sociólogo, Jaime Perozzo, también de Colombia, quien simplemente les ha metido en la cabeza que juntos son más que uno sólo, y ahí están los resultados. Que yo sepa, ningún otro equipo en este Mundial tiene a un sociólogo dentro de su cuerpo técnico, y eso ya los hace diferentes.
Perozzo, quien además es psicólogo, y Pinto, mantienen una amistad desde hace 23 años, y de acuerdo a una estupenda semblanza que le realiza el diario La Nación de Costa Rica, el colombiano es un fumador empedernido, y por más que lucha, las “malas palabras” salen de su boca con una facilidad que a más de un beato espantaría, en especial el “hijoeputa” que le encanta. No es un motivador, “ese es un invento norteamericano”, dice, sino un académico que gusta de la lectura, recita a la menor provocación una hilera de autores y teorías sociológicas que mantienen a raya a sus jugadores, con quienes trabaja fundamentalmente el nexo entre aptitud y actitud, fundamentales en el futbol moderno.
¿Qué es lo que hizo con Costa Rica?, se le pregunta, y básicamente la respuesta está en las más de mil clínicas que ha tenido con todos y cada uno de los jugadores. “Me cuentan más a mí que a su propia familia”, ha llegado a decir, para resaltar el gran ambiente de confianza que priva en el grupo, “lo que hice fue eliminar problemas de racionalización del equipo”, y remata: “Nos enfocamos en la cohesión de la meta, es decir, cambiar el yo por el nosotros. También en la cohesión de la tarea: hacerlos entender que la táctica es perfección en tiempo y espacio, y tener valores como el respeto, la tolerancia y la honradez”,[1] dice este profesor universitario oriundo de Cúcuta, Colombia.
Perozzo es un experto en el análisis del comportamiento de grupos, que le da su experiencia de 38 años en la docencia, donde combina la sociología con la psicología social, con una especialidad en deporte. No sólo ha pasado por el futbol, sino también por el ciclismo, y en su foja de servicio destaca el haber participado también en los procesos de paz en Colombia. En sus equipos, parte de la idea de que hay que trabajar para superar la adversidad, pues, “es muy fácil trabajar un equipo en la victoria”.[2] Y tan es así que los ticos, aunque están a un paso de cambiar el rumbo de la historia de su país, ya se ven en Rusia 2018, dentro de cuatro años y hasta tienen su alineación titular:
Keylor Navas, Bryan Oviedo, Óscar Duarte, Giancarlo González y Cristian Gamboa. Yeltsin Tejeda y Celso Borges, el cerebro e intelectual del equipo, Marco Ureña y Bryan Ruiz y arriba John Jairo Ruiz y Joel Campbell. O sea, la misma que se prepara para hacer historia hoy con la vista pues en el futuro.
Por lo pronto y a la luz de los resultados que vemos en Costa Rica, la incursión de la sociología en un Mundial ha sido por demás exitosa. Eso que ni qué.
¿Se animarán más equipos a contar con sociólogos en sus filas? Sólo el tiempo lo dirá.
Mientras, suceda lo que suceda a Costa Ricacontra Holanda, ellos ya están con la mira en Rusia 2018.
Eso para algunos puede ser un exceso de optimismo pero para otros, simplemente es planeación y pensar en grande.
Yo me quedo con lo segundo.
Hasta mañana, buen día y buena suerte.
[1]www.nacion.com/deportes/brasil-2014/Jaime-Perozzo-colombiano-Seleccion-Nacional_0_1423457716.html. [Consultado el 1 de julio de 2014].
[2]www.diarioextra.com/Dnew/noticiaDetalle/234342. [Consultado el 1 de julio de 2014].