Sismos causados por el fracking sacuden a Oklahoma

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Ahora que los terremotos ocurren casi a diario en Oklahoma, los sismólogos han advertido que estas series de terremotos podrían desencadenar algo más grande y potencialmente letal, la presión se ha intensificado para que se tomen medidas más agresivas contra el fracking.

Por The Washington Post

Los terremotos ahora ocurren casi a diario, creando cuarteaduras en las paredes, dislocando la lozeta en el piso y sacudiendo los gabinetes de la cocina. El lunes, tres terremotos se registraron en este histórico poblado de Guthrie en un lapso de 24 horas, con un estruendo como si fuera el fin del mundo.
“Después de un rato, ya no se puede saber si el temblor se detendrá o comenzará de nuevo. El piso se sigue moviendo”, dijo Jason Murphey de 37 años, un diseñador de páginas web que representa a Guthrie en el Legislativo estatal. “La gente se siente muy frustrada y tienen miedo. Quieren saber si el estado está haciendo algo al respecto”.

¿Qué hacer con la plaga de terremotos es en verdad aún una pregunta abierta en Oklahoma? El año pasado, 567 temblores de por lo menos 3 grados de magnitud sacudieron una serie de condados desde la capital del estado hasta la línea estatal con Kansas, alarmando a una población acostumbrada a que se susciten no más de dos temblores al año.

Los científicos culparon a la industria del gas y el petróleo —en particular, los pozos de aguas residuales del subsuelo que han sido vinculados al dramático incremento de actividad sísmica a lo largo del centro de Estados Unidos. Pero en un estado fundado en la riqueza del petróleo, los funcionarios se muestran reacios a querer sancionar a una industria que representa un tercio de la economía y le da trabajo a una de cada cinco personas.

Ahora que los sismólogos han advertido que estas series de terremotos podrían desencadenar algo más grande y potencialmente letal, la presión se ha intensificado para que se siga el ejemplo de otros estados productores de gas y petróleo y se tomen medidas más agresivas.

“La pregunta es ¿acaso todo tiene que ver con ganancias de dinero, o acaso las personas tienen algún tipo de derechos?” preguntó Robert Freeman de 69 años, un ex oficial de contratos de la Fuerza Aérea que intenta reunir a sus vecinos en Guthrie para exigir una moratoria en torno a los nuevos pozos de desechos.

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“Entiendo que la industria del gas y el petróleo es el sustento de vida de la economía del estado. Parte de mi salario viene de la industria del gas y el petróleo”, según agregó Lisa Grigg, de 56 años una consultora ambiental de Guthrie. “Pero ellos no tienen el derecho de destruir mi casa”.

Los funcionarios estatales insisten que están haciendo todo lo posible para desarrollar nuevas regulaciones. En septiembre, la gobernadora Mary Fallin (republicana) nombró a un consejo de coordinación para estudiar la actividad sísmica. Y la Comisión Corporativa de Oklahoma, un panel conformado por tres miembros electos, el cual regula a los productores de gas y petróleo, ha impuesto nuevas restricciones sobre los pozos en áreas de actividad sísmica.

“Hemos asumido una postura más proactiva”, dijo la comisionada Dana Murphy (republicana).

Pero en Oklahoma —donde el monumento estatal es un petrolero dorado que se eleva casi a la mitad del tamaño de la Estatua de la Libertad; donde una torre de perforación aún bombea petróleo en el capitolio del estado— los políticos no pueden actuar con demasiada prontitud. Murphey, el legislador, dijo que Murphy, la comisionada, había actuado con “valentía” al abstenerse de votar para la aprobación de un pozo de desechos que se instalaría al norte de Guthrie, a pesar de que la comisión finalmente optó por otorgar dicha aprobación.

“Las industria del gas y el petróleo financia muchos de esos aumentos salariales de la comisión”, dijo Murphey (republicano) soltando un suspiro. “Y ella no ha sido una herramienta de la industria”.

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Mientras tanto, el sismólogo estatal Austin Holland prontamente reconoció que la industria ha intentado influenciar su trabajo — incluso cuando él y su colega Amberlee Darold, son hostigados con “correos electrónicos de odio” de parte de personas afectadas por los temblores.

“En verdad no puedo hablar de eso”, dijo Holland, mientras se tomaba un descanso para fumar un cigarrillo del duro trabajo que es andar enterrando instrumentos de detección cerca de un área de pastoreo para el ganado al suroeste de Oklahoma City. “Intento que eso no llegue a afectar la investigación y la ciencia. Nosotros vamos a hacer lo correcto”.

En su mayor parte, las compañías petroleras en Oklahoma y sus representantes se han rehusado a participar en un debate público. Cuando los representantes de la industria se han mostrado abiertos a ello, siempre niegan ser responsables de los terremotos. En un almuerzo patrocinado por la Sociedad Geológica de Oklahoma City, Glen Brown, un geólogo de Continental Resources, culpó a una oleada de actividad sísmica a nivel global que no tiene nada que ver con los desechos de aguas residuales.

“Hay una histeria que nos está diciendo que necesitamos volver a poner los pies en la realidad, recordar que estos terremotos son ligeros y que no causan daño alguno”, dijo Brown, de acuerdo a reportes de los noticieros locales.

En una entrevista, A.J. Ferate, vicepresidente de asuntos de regulación de la Asociación Petrolera Independiente de Oklahoma, dijo que, “Es difícil negar que en ciertas locaciones geográficas con ciertas circunstancias geológicas, hemos tenido algunos problemas con ciertos pozos de desechos. Pero el hacer la aseveración de que los pozos de desechos son la causa principal, no sé si pueda estar de acuerdo con ello”.

Aunque ligeros en su mayoría, los terremotos en Oklahoma ya han ocasionado daños, y no sólo en las casas y albercas de las personas. Alrededor de las 11 p.m. del 5 de noviembre del 2011, un terremoto con una magnitud de 5.6 — el más fuerte en la historia del estado— sacudió al pequeño poblado de Prague, al este de Oklahoma City. Sandra Ladra, una gerente empresarial del centro de entrenamiento laboral del estado, estaba sentada en su sillón reclinable viendo la televisión cuando el terremoto derrumbó su chimenea de piedra de dos pisos de altura. Las enormes rocas cayeron sobre sus piernas, lacerando sus rodillas.

“Por poco entro en shock”, dijo Ladra, de 63 años. “Uno no sabe si va a sobrevivir a aquello”.

En agosto, Ladra presentó una demanda, el primer caso en Oklahoma que intenta responsabilizar de las compañías petroleras de los terremotos —en este caso, New Dominion LLC y otros productores con pozos de desechos en Prague fueron señalados. En octubre, un juez desestimó el caso, concordando con New Dominion de que Ladra debía acudir primero a la Comisión Corporativa y demostrar que su argumento se “basaba en evidencia científica”.

El mes pasado, en una decisión un tanto inusual, la Suprema Corte de Oklahoma acordó revisar dicho fallo. Si el caso es llevado a juicio, el abogado de Ladra, Scott Poynter, dijo que tiene la intención de convencer al jurado de que todo esto es culpa de las compañías petroleras —un potencial cambio radical, tanto en lo legal como en lo político.

Fuente: The Washington Post vía El Diario

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