Mañana martes, la Capilla Sixtina será el escenario en el que 115 cardenales decidirán quién será el nuevo pontífice. Este lunes, los participantes en el cónclave prestaránn jusramento de guardar secreto sobre todo lo que suceda en la asamblea.
Por Gabriel Moyssen
1.- Sólo los cardenales con menos de 80 años pueden ser elegidos para votar en el cónclave, en este caso serán 115. La palabra cónclave viene del latín cum clavi, con llave, porque los cardenales literalmente se encerraban hasta tomar una decisión.
2.- Los cónclaves se realizan en la Capilla Sixtina del Vaticano, famosa por los frescos de Miguel Ángel, Botticelli y otros maestros del Renacimiento. En el pasado, ahí dormían los cardenales, aunque ahora pueden hacerlo en las residencias de la ciudad Estado, que no podrán abandonar mientras se desarrolle el proceso. La capilla es revisada para evitar la introducción de aparatos de espionaje y los cardenales deberán hacer un juramento de discreción para no revelar nada al mundo exterior. No podrán usar Internet, radio, televisión o teléfonos celulares y tienen prohibido hablar con la prensa.
3.- Durante el cónclave, 2 votaciones son efectuadas cada mañana y 2 por la tarde. Cada cardenal puede votar por cualquier otro, hasta que la lista de aspirantes se reduzca. Es necesaria una mayoría de dos tercios para decidir quién será el nuevo papa. Juan Pablo II cambió las reglas, a fin de que una mayoría simple sea suficiente, si no hay un candidato fuerte después de 12 días; sin embargo, Benedicto XVI reestableció las disposiciones en 2007, al considerar que un bloque de cardenales podría estancar el proceso deliberadamente y luego elegir a su favorito por unos cuantos sufragios.
4.- Los cardenales escriben el nombre de su candidato en una boleta y la depositan en una patena –el plato metálico utilizado para las ostias durante la misa– colocada en el altar. Después la deslizan dentro de un cáliz.
5.- Las boletas son quemadas en un horno después de dos rondas de votación. El humo negro que emite la chimenea especial instalada para el proceso indica que no hay todavía una decisión. Las campanas de la basílica de San Pedro también pueden tañir para evitar confusiones, si el color del humo es gris. En el pasado, se añadía paja húmeda al fogón del horno para generar humo negro, pero desde 1960 se utilizan químicos.
6.- El decano del Colegio de Cardenales, el cuerpo que representa a todos los cardenales de la iglesia, pregunta al candidato elegido si acepta convertirse en papa. En teoría, el elegido puede negarse, pero su rechazo no ocurre en esta etapa, ya que cualquier papable anunciaría previamente su negativa antes de recibir suficientes votos. Cuando el elegido acepta, el decano (en este caso Jean-Louis Tauran, de Francia) sale al balcón del Vaticano y anuncia en latín: Habemus papam (Tenemos un papa). El nuevo pontífice selecciona el nombre con el que será llamado, viste sus nuevos hábitos y sale al balcón para dar su primera bendición.
7.- El papa emérito aseguró que no tendrá ninguna participación en el cónclave, lo que ratificó el Vaticano. Sin embargo, de los 115 cardenales que votarán, 67 fueron nombrados por Benedicto XVI durante sus 8 años de papado, lo que garantiza su influencia indirecta en el proceso, aseguran especialistas.
Fuente: Red Voltaire