Andrés Manuel López Obrador, presidente nacional de Morena, afirmó que si hubiese una amenaza a la soberanía nacional por parte de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, se pondría del lado de Enrique Peña Nieto. “Si hubiese una amenaza a los intereses de los mexicanos, a los derechos de migrantes sí… Si la causa lo demandara ahí estoy, ahí estaré al lado de Peña Nieto y de quien fuese para defender al pueblo, a los migrantes y para defender la soberanía de México”, aseguró en entrevista televisiva para el programa Despierta.
Luego de señalar que entre México y Estados Unidos debe haber una relación respetuosa, el presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, dijo que en caso de llegar a la Presidencia de la República, se sentará a platicar con Donald Trump para convencerlo de que lo mejor para ambas naciones es la cooperación.
De acuerdo con el excandidato presidencial, “las cúpulas de poder en México” cometieron errores con el presidente electo de Estados Unidos, porque “no se debieron meter”.
En ese sentido, agregó, fue lamentable que el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, dijera que el magnate sería un huracán categoría 5 para el país si llegaba a la Casa Blanca.
Destacó, asimismo, que cuando la economía de México vaya por buen camino, el problema migratorio desaparecerá.
No obstante, destacó: “Si hubiese una amenaza a los intereses de los mexicanos, me pondría del lado de Peña Nieto”.
En entrevista para el programa “Despierta con Loret”, de Televisa, el exjefe de Gobierno capitalino apuntó que el objetivo de Morena es transformar al país, dado que el régimen actual “está podrido”, y recalcó que su proyecto busca gobernar con el ejemplo y acabar con la corrupción.
Si el presidente de la República es honesto, subrayó, los gobernadores y alcaldes también lo serán. Por ello, agregó, el país necesita un acuerdo contra la corrupción.
Manifestó que su objetivo no es la ambición por el poder o el dinero, y recalcó que su partido lleva mucho tiempo recorriendo el país “para que no se apague la llama de la esperanza”.
López Obrador también lanzó críticas contra el expresidente Felipe Calderón porque, sostuvo, convirtió a México en un cementerio al querer enfrentar al crimen organizado. “No se puede enfrentar el fuego con el fuego”, subrayó.
Además, el panista dejó una deuda a México que pasó de 1.7 billones de dólares a 5 billones, y el priista Enrique Peña la deja en más de 9 billones de dólares, apuntó.
El político tabasqueño habló también del expresidente Carlos Salinas de Gortari, a quien calificó como “el padre de la desigualdad” y el creador del modelo que llevó a las condiciones sociales que actualmente imperan en el país.
A partir de Salinas se generó un agravamiento de la desigualdad en México, y por eso la necesidad de entablar un diálogo con él, señaló.
López Obrador dijo que en su momento y en su tiempo irá a los debates que sean necesarios, pero evitó manifestar si sostendrá algún encuentro con los presidentes del PRI y del PAN, Enrique Ochoa y Ricardo Anaya, respectivamente.
Comentó: “No tengo enemigos, no odio a Salinas, ni a Peña Nieto, ni a Ochoa o Anaya”.
El experredista, quien aseguró que es el dirigente político de México más atacado, aseguró que se encuentra bien de salud, pero tras el infarto que sufrió meses atrás, sus médicos le recomendaron descansar, no enojarse y hacer ejercicio. “Mientras viva voy a seguir luchando”, indicó.
Fuente: Televisa/ La Jornada/ Proceso