Por Paúl Mena Erazo
La frase de la controversia está escrita en letras grandes en cuatro vallas gigantes colocadas en sitios transitados de Quito, y también ha aparecido en exteriores de varios buses de transporte público.
“Si puta es ser libre y dueña de mi cuerpo soy puta… y qué?”, se lee.
Junto al texto consta una cruz de color rosa, la silueta de un rostro femenino y las palabras: “NO MAS””.
Al final de la valla aparecen las direcciones de las cuentas en Facebook y Twitter de la concejala de Quito, Carla Cevallos, y el hashtag #nomascrucesrosadas.
Se trata de un mensaje que es parte de una campaña impulsada por Cevallos, de 24 años, para alertar sobre los problemas de la violencia contra la mujer y el feminicidio en Ecuador.
Seis de cada diez mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia de género en el país, según datos oficiales a 2011 del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
La campaña de Cevallos, de la Alianza SUMA – VIVE, ha incluido colocación de cruces rosadas en el parque La Carolina, el más visitado de Quito, y en el volcán Pichincha.
Pero la polémica se ha encendido con el uso de la palabra “puta” en las vallas.
“La palabra”
Cevallos no ha parado estos días de atender a medios de comunicación para explicar los alcances de su campaña.
En diálogo con BBC Mundo, señaló: “No se asusten por la palabra, asústense por las muertes que están ocurriendo, por la violencia de género que tiene índices tan altos en nuestro país”.
Cevallos recordó que apenas la semana pasada una mujer embarazada y su hijo de 3 años fueron asesinados en una comunidad en la provincia de Chimborazo, al centro del país.
“¿Por qué la gente no reacciona frente a eso, y una palabra que está en el vocabulario diario de los ciudadanos les asusta más?”, dijo la concejala.
Para Cevallos, en varios casos de feminicidio la sociedad llega a acusar a las mujeres asesinadas de haber provocado la violencia en su contra “por estar en un auto con hombres, por irse a una fiesta con hombres”. “Todos hemos escuchado que un hombre se refiere con esa palabra (puta) a una mujer”, manifestó.
Como seguimiento a su campaña, Cevallos prepara la colocación de cruces gigantes rosadas en sitios públicos de Quito, con la presencia de familiares de víctimas de feminicidio.
Por su parte, organizaciones como la Red Vida y Familia prevén este viernes entregar unas 5.000 firmas de ciudadanos al alcalde de Quito, Mauricio Rodas, para pedirle el retiro inmediato de las vallas en controversia.
La presidenta de la Red, Amparo Medina, señaló que el contenido de la campaña es “tan mal intencionado y tan mal estructurado, que termina siendo una ofensa para la mujer, violenta y agrede a la dignidad de todas nosotras como madres, esposas e hijas”.
Elaboración del mensaje
En medio del debate, el diario El Comercio preguntó en su sitio web sobre la campaña, a la que un 62.3% (2.169 votos al cierre de esta nota) la calificó como “ofensiva”, frente a un 37.7% (1.311 votos) que la consideró como “creativa”.
En redes sociales la discusión estalló a favor y en contra de la iniciativa, empezando por el propio perfil público de Cevallos.
Allí, María Velasco escribió: “Comparto el objetivo de la campaña, pero el mensaje está muy mal comunicado. Están consiguiendo el efecto contrario. Hay maneras más creativas, menos violentas y más efectivas de expresar lo mismo”.
Verónica Oquendo, por su parte, señaló: “Felicitaciones por esta campaña!!! Siga adelante… a la gente le cuesta comprender pero es importante que se abra el debate”.
Ana Belén Cordero, profesora de Elaboración de Discurso en el Programa de Consultoría Política y Gestión de Gobierno de la Universidad San Francisco de Quito y la Universidad Camilo José Cela, de España, le dijo a BBC Mundo que la campaña de la concejala presenta problemas en la configuración del mensaje.
Cordero señaló que la controversia por la utilización de las palabras en las vallas ha opacado la discusión sobre la propia violencia de género y el feminicidio.
“Terminamos discutiendo la forma de la campaña, en lugar de discutir el fondo. Se está más hablando del uso de la palabra “puta” que de la violencia a la mujer en sí mismo”, manifestó.
“No está bien elaborado el mensaje para el objetivo de la campaña”, añadió.
Cifras preocupantes
Pero más allá de la controversia, hay una realidad latente de violencia contra la mujer en Ecuador.
El 19 de febrero se cumplen dos años de la muerte de la joven Karina del Pozo, un caso de feminicidio que conmovió a Ecuador.
Lea: El feminicidio que conmueve a Ecuador
Y hace unas semanas la justicia impuso sentencia para involucrados en otro caso que inquietó al país. La violación de la estudiante de enfermería Gabriela Díaz, quien meses después de ese hecho decidiera suicidarse.
Una de cada cuatro mujeres en Ecuador ha vivido violencia sexual, según el INEC.
Entre enero y diciembre del 2013 se registraron 336 homicidios por violencia de género, de acuerdo con la Comisión de Estadística de Violencia de la Fiscalía General del Estado.
En los últimos años se ha tipificado el feminicidio y se han realizado algunas campañas.
Tal es el caso de la organización Plataforma Justicia para Vanessa, que surgió hace un año y medio tras otro caso de asesinato a una mujer, y que efectúa arte callejero para evidenciar la violencia contra la mujer y realiza un acompañamiento a los familiares de víctimas del feminicidio.
“El tema de la violencia contra la mujer es muy complejo, pues tiene muchas aristas. En varios países la tipificación del feminicidio no ha hecho que se reduzcan los casos”, dice Leandra Macías, integrante de la Plataforma.
“El trabajo de concientización que podemos hacer en la calle con diversas iniciativas es muy importante –añade–, pero principalmente hay en esto una responsabilidad del Estado en su conjunto”.
Fuente: BBC