“El gran riesgo de Andrés Manuel López Obrador es que su elección creó una expectativa muy alta”, dice Leoluca Orlando, alcalde de Palermo. “Cuando (el expresidente mexicano Vicente) Fox ganó, se había creado un clima similar, que luego él decepcionó”, añade.
“Es claro que López Obrador quiere que las cosas cambien. Y me parece que no tiene miedo de perder. Lo ha demostrado. Pero si él fracasa, México no irá hacia adelante, sino para atrás”, continúa. “Si yo fuera un mexicano que no votó a López Obrador, auguraría que tenga éxito pues eso me daría después la oportunidad de elegir a otro candidato, pero con un México ya mejor”, insiste, en una entrevista concedida en Palermo, la capital siciliana.
Por Irene Savio/ Proceso
Abogado ecléctico y político de largo recorrido, Orlando (Palermo, 72 años) no habla desde la distancia. Conoce a México desde los setenta del siglo pasado —su primera experiencia fue un viaje de placer—, y ha trabajado con varios políticos mexicanos progresistas, entre ellos López Obrador, con quien primero se reunió en 2003 cuando el mexicano era jefe de Gobierno en la capital y Marcelo Ebrard, su secretario de Seguridad Pública.
“Me invitaron para que les explicara cómo luchamos en Sicilia contra la mafia. Les expliqué que la represión no puede ser la única respuesta, sino que toda estrategia debe caminar junto a la difusión de una cultura de la legalidad”, cuenta ahora.
“En esa época, (el exalcalde neoyorkino) Rudolph Giuliani promovía su doctrina de la ‘tolerancia cero’ para combatir el crimen organizado. Pero yo no lo veo así, esa estrategia sólo puede funcionar con los criminales comunes, no con las mafias”, añade.
“También tuve encuentros en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que culminaron con la publicación de un libro mío titulado ‘Hacia una cultura de la legalidad’, que salió en México y Perú, pero no en Italia”, cuenta.
Relación continuada
Desde entonces la relación con el entorno de López Obrador no se ha interrumpido, afirma este alcalde formado en el Reino Unido y Alemania y conocido por su fuerte oposición a la mafia, organización criminal que asesinó a uno de sus mentores, Piersanti Mattarella, hermano del hoy presidente italiano, Sergio.
El año pasado Orlando estuvo en México para apoyar a actos de la campaña del hoy presidente mexicano, y a comienzos de mes, recibió en Palermo a Paola Félix Díaz, la nueva titular del Fondo Mixto de Promoción Turística de la capital, nombrada por Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la capital.
Nuestras tradiciones de #DiaDeMuertos En Palermo y su celebración conocida como Notte di Zucchero #CiudadesHermanas @LeolucaOrlando1 @fmpt_cdmx @Claudiashein #CDMX #CapitalCultural pic.twitter.com/tpm1D8I4KU
— Paola Félix Díaz (@LaraPaola1) November 1, 2019
De acuerdo con imágenes que la misma Félix Díaz publicó en sus redes sociales, tras el encuentro fue realizado un espectáculo y actividades culturales en ocasión del Día de Muertos en Palermo, ciudad que en los últimos años está experimentado un ‘boom’ turístico.
Además de ello, en los pasados meses, también estuvo en la ciudad una delegación de fiscales mexicanos con los que compartió las experiencias de Palermo en la rehabilitación de los detenidos en la cárcel de la ciudad, los cuales, si no tienen condenas por mafia, pueden acceder a cursos de teatro y otras actividades.
El mal de la corrupción
Con este bagaje como referencia, Orlando, quien gobierna una ciudad azotada por una mafia en parte debilitada, la Cosa Nostra siciliana —que, gracias a repetidas acciones policíaco-judiciales, ha sido destronada del puesto de mafia más poderosa de Italia por la hoy más peligrosa ‘Ndrangheta calabresa— insiste en el que el problema número uno de México es la corrupción.
“La maldición de México se sintetiza en una frase: ‘el que no transa, no avanza”, afirma. “México está en una situación dificilísima, tiene que poner fin a la corrupción de la policía y de los fiscales. Hay algún fiscal que no es corrupto, claro, pero demasiados juicios terminan con absoluciones”, afirma.
“Si López Obrador hará rodar algunas cabezas, alejará a gente, creo que eso podría crear un ‘efecto avalancha’ positivo. Él necesita que los mexicanos tengan de verdad confianza en que esta vez las cosas cambiarán de verdad”, observa.
“En México se paga por todo. Hay quien paga 5 pesos, quien 15 y quien 15 millones. Esto tiene que acabar”, insiste.
Otro ejemplo, sostiene, fue el fallido operativo del 17 de octubre en Culiacán del Gobierno de López Obrador para capturar a Ovidio Guzmán, el hijo del Chapo. “Fue un intento de cambiar de verdad”, afirma, al subrayar asimismo que, frente a la realidad mexicana, es necesaria una mayor participación de la sociedad civil en la lucha contra el narcotráfico.
“Los ciudadanos tienen que ser más valientes. Sé que no es popular lo que estoy diciendo. Pero en Sicilia, la gente, la sociedad civil, reaccionó frente a la mafia. En México todavía cierran los ojos, los oídos, la boca. Hasta que el mexicano no entienda que la muerte de su vecino también es asunto suyo, es difícil que haya un verdadero cambio”, añade.
“Por eso insisto en que es necesario un gran cambio cultural. México debe entender que está desperdiciando su patrimonio, que vive en una condición de subdesarrollo. También Palermo hay subdesarrollo, pero estamos saliendo adelante. Hay que usar las riquezas que tenemos de manera correcta. El Chapo es un subdesarrollado, (el difunto ‘jefe de los jefes’ de la Cosa Nostra), Totò Riina era un subdesarrollado”, argumenta este antiguo profesor en la Universidad de Palermo.
En esta línea, Orlando, que en el último año también lideró una rebelión de alcaldes por las políticas migratorias del hoy exministro de Interior y jefe de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, y que aboga por mayores poderes a las administraciones locales, tiene palabras muy duras hacia el PRI, culpable, según él, de haber creado un sistema institucional que no favorece la batalla contra el narcotráfico.
“Muy negativo es, por ejemplo, que los mandatos de los presidentes municipales apenas duren apenas tres años. Esto algo completamente insuficiente. Significa que apenas tienen tiempo, llegan y solo piensan en cómo sobrevivir, o enriquecerse”, afirma.
“Se trata de una herencia del PRI, que quería evitar el despunte de nuevas figuras”, evalúa este regidor, que estuvo a cargo del ayuntamiento de su ciudad por cinco mandatos (no consecutivos) y también fue asesor de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
De igual manera, Orlando considera que otro problema es que, en México”, no hay “pentiti (arrepentidos)”, confidentes de la policía que, amparados por una legislación antimafia muy específica que existe en Italia, cuentan los grandes secretos de las mafias tras acabar tras las rejas.
“El tema es ese en México: combatir esa mezcla de corrupción y narcos”, advierte. “Creo que López Obrador, y se ve en su estilo de vida, está intentando cambiar estas situaciones”, concluye.
Fuente: Proceso