Por Paulina Lordmendez/ Veo Verde
Estamos a 3 meses del mayor retroceso en materia medioambiental en México. Según Greenpeace el llamado “paquete verde” de la Reforma Energética abrirá las puertas a una devastación ambiental sin precedentes.
El llamado “paquete verde” que contiene reformas que complementarán la Reforma Energética y sus leyes secundarias incluye la Ley General de Equilibrio Ecológico, la de Protección al Medio Ambiente, de Residuos, de Desarrollo Forestal y la de Organismos Genéticamente Modificados. Estas leyes serán operadas por la Agencia Nacional de Seguridad Industria y de Protección al Medio Ambiente (ANSIPA).
La ANSIPA se convertirá en una ventanilla única que maneje el paquete de leyes de cuidado medioambiental y aunque en teoría suene bien, el peligro está en el enfoque que tienen. Sabemos que nuestras autoridades no son las mejores preservando el medio ambiente y el riesgo que corren nuestros ecosistemas es que cualquier empresa que desee invertir en el sector energético, tenga todas las facilidades para hacerlo ya que un solo organismo podrá darle todas las facilidades.
Greenpeace sostiene que el “paquete verde” sí complementará la Reforma Energética, pero para apoyar la devastación medioambiental de los ecosistemasmexicanos. Este grupo de leyes tiende el camino para apoyar la energía nuclear y el fracking que promueven como energía limpia cuando no lo son en realidad.
La ONG también cree que estas reformas serán el mayor retroceso ambiental para el país en los últimos 25 años. Enrique Peña Nieto tendrá el poder de evitar esta situación y encaminar las reformas hacia una legislación que garantice el bienestar de México y sus recursos naturales.
Ley de Aguas
La iniciativa de reforma a la Ley de Aguas plantea un retroceso más que un avance. La reforma constitucional que garantiza el derecho de todos los mexicanos al agua potable no se ha podido lograr, pues hemos visto cómo se contaminan nuestros cuerpos de agua por la industria sin que haya penalizaciones significativas como el caso del Río Bacanuchi en Sonora.
Cerca de un 70% de nuestras aguas presentan algún tipo de contaminación, esto a disminuido la disponibilidad de agua per cápita en un 60% los últimos 55 años. De acuerdo con los borradores y adelantos de esta ley que ha tenido Greenpeace, las reformas se contraponen a lo establecido en la constitución.
El derecho al agua se va a garantizar pero con el objetivo de satisfacer los requerimientos del sector energético. Uno de los puntos más delicados y que esta ley no tocará es la prohibición de inyectar sustancias tóxicas en los acuíferos ni en los pozos de fracking. Este es un punto muy serio, en todo el mundo se ha manifestado por los ciudadanos la contaminación del agua por esta técnica que en lo absoluto asegura el agua potable para los ciudadanos.
El campo y los transgénicos
La reforma al campo, más que promover el derecho de los mexicanos a contar con alimentos suficientes y de buena calidad, se enfoca en la promoción de la industrialización del campo. Así, la agricultura industrial dependerá en gran medida de hidrocarburos como del uso de sustancias tóxicas que afectan al suelo, el aire, el agua y, por supuesto, nuestro alimentos.
El gobierno aprueba el uso de transgénicos eliminando los usos tradicionales que mantienen la biodiversidad de nuestras semillas. El maíz es una de las principales plantas que da de comer al mundo y de la que en México se tiene una variedad incomparable.
Apoyar a los pequeños productores para la reforma significa agruparlos en clusters que puedan ser sujetos de paquetes tecnológicos que incluye el uso de semillas transgénicas y fertilizantes, pesticidas y agroquímicos en su mayoría derivados de hidrocarburos
Fuente: Veo Verde
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