Con 95 votos a favor y 28 en contra, el pleno de la Cámara de Senadores aprobó el proyecto de decreto que reforma los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución en materia energética. Los senadores panistas Javier Corral y Ernesto Ruffo votaron en contra del dictamen.
En la discusión, participaron 22 senadores del PRI, PAN, PRD, PVEM, PT y de Movimiento Ciudadano, quienes manifestaron sus posturas a favor y en contra del dictamen.
Al pronunciarse a favor del dictamen, el senador priista René Juárez Cisneros, manifestó que lo que está en juego con la reforma energética es la responsabilidad histórica de convertir al sector energético en la palanca del desarrollo nacional para responder a los desafíos sociales de la República al aumentar la renta petrolera en beneficio de los mexicanos.
Dijo que es fundamental realizar la modificación porque en el contexto internacional actual, es necesario para nuestro país contar con un marco normativo moderno que le permita ser más competitivo en materia energética, ya que se pretende alcanzar el máximo potencial de México en la materia al tiempo de fortalecer a Pemex y la CFE con el objetivo de que generen valor como empresas productivas del Estado, mismas que no se privatizan ni desaparecen, sino que se modernizan.
Por su parte, el senador Humberto Mayans Canabal del PRI, afirmó que la reforma es visionaria, valiente y legítima además de indispensable para modernizar a México ya que permitirá construir un país más próspero e igualitario en el contexto internacional.
Enfatizó que el proyecto pretende poner a nuestro país a tiempo con la época que corre el mundo y por lo tanto resulta indispensable para que la Nación entre de lleno al Siglo XXI.
Señaló que a partir de la explotación eficiente y racional de las reservas de petróleo y gas con las que se cuenta actualmente, a la vez de iniciar una transición ordenada y rápida hacia la explotación de los importantes yacimientos con los que cuenta el país nos conduciría, en consecuencia, a mayores niveles de riqueza y bienestar para toda la población.
Al anunciar su voto en contra del dictamen, el senador panista Javier Corral Jurado aclaró que nunca se discutió en los órganos del Partido Acción Nacional que se autorizara una apertura total en el sector energético.
El dictamen, dijo, “gira en sentido contrario” a lo acordado en materia energética en el Pacto por México, lo que demuestra que “del Pacto al Congreso se caen los compromisos esenciales”. ¿Qué pasara en el tránsito de la reforma constitucional a las leyes reglamentarias que sólo requieren de mayoría simple y por lo tanto las negociaciones se reducen a la búsqueda de unos cuantos legisladores?
Pidió prudencia e hizo votos para que no se cierren los cauces democráticos a la inconformidad social o a la impugnación a esta reforma y no se cometa “el error de tratar de atajar con manipulaciones, amenazas, chantajes o intolerancias las visiones diferentes. No den pie a los radicalismos que se vuelven violencia cuando el Estado toma decisiones a espaldas de la nación”.
Del mismo modo, el senador panista Ernesto Ruffo Appel expuso que votaría en contra como un reclamo hacia la partidocracia y para alertar y convocar a la ciudadanía a que se convierta en supervisora del gobierno.
Llevo –agregó– ya casi 30 años buscando el cambio y éste no llegó con la alternancia en el poder. Los partidos políticos y sus camarillas no manejan ideales sino intereses. Sólo mediante la férrea supervisión ciudadana podemos lograr que el gobierno funcione para los mexicanos.
“Hoy voto en rebeldía, voto en reclamo porque quiero que funcione el Legislativo, que no nos impongan mediante pactos el ritmo y sentido del rumbo de la nación”, manifestó.
La senadora del PAN, Silvia Guadalupe Garza Galván señaló que los temas fundamentales llegarán con la legislación secundaria “y es ahí donde los senadores debemos estar pendiente de la regulación de las empresas privadas”.
Expresó que es necesario que desde el Senado se construyan reformas de “gran calado, para que no nos quedemos con las versiones que nos presenta el gobierno federal, porque no basta con aprobar esta propuesta, debemos aspirar a más y tener presente el liderazgo que México ha adquirido en el ámbito internacional”.
En tanto que el senador del PVEM, Pablo Escudero Morales, sostuvo que los legisladores tienen la oportunidad de cambiar al país, toda vez que el actual sistema energético y su normatividad no aguanta más, “es una camisa de fuerza”, pues argumentó que éste es un sistema anacrónico, cerrado, limitado que no permite competir y es incompatible con la eficacia y la tecnología, con la incorporación y con la transferencia.
Por lo que subrayó que los que van a votar por la reforma están por cambiar al país y lo hacen, aseguró, porque “vamos a generar miles de empleos”, además de que el dictamen tiene como destinatario a los ciudadanos mexicanos para que paguen menos, para que los recibos sean menores y puedan vivir mejor.
Por su parte, su correligionario Juan Gerardo Flores Ramírez, comentó que la reforma debe privilegiar el desarrollo sustentable, lograr el equilibrio entre los factores económico, social y ambiental.
Señaló que el mejor camino para volver hacer de Pemex la mejor empresa, que mayor orgullo despierta a los mexicanos, es librándola del yugo que le significan las crecientes necesidades de recursos para financiar el gasto público al tiempo de incentivarla e incrementar sus niveles de eficiencia operativa.
Por el PT, el senador David Monreal Ávila hizo notar que esta reforma constitucional no pasó por “algunas de las pruebas que la democracia participativa directa ha diseñado para modificar aspectos fundamentales de la Constitución como la consulta popular, el plebiscito ni el referéndum”.
“De la manera más obscena y más obtusa se modifican tres artículos fundamentales de la Constitución sin más argumento que el de la fuerza numérica, sin más procedimiento que el trámite rápido de ventanilla y sin más debate que el silencio mudo de la consigna autoritaria y la obediencia cómplice”, apuntó.
Su compañera de bancada, la senadora Martha Palafox Gutiérrez comentó que se trata de un asunto de seguridad nacional y de Estado sobre los recursos energéticos, sin embargo, hay un loco afán por abrir las puertas a las grandes transnacionales y capitales extranjeros para explotar los recursos energéticos de la nación.
“Todos –dijo– sabemos de los contratos hechos por algunos ex secretarios de Energía y otros altos funcionarios y de la necedad de reformar la Constitución con eufemismos que más tarde o más temprano lamentaremos”.
Fuente: Cámara de Senadores