Con 90 votos a favor y 28 en contra, la Cámara de Senadores aprobó en lo general la Ley de Hidrocarburos en los primeros minutos de este viernes, cuando se dictó un receso hasta las 11:00 horas. La primera sesión del periodo extra se prolongó por casi 14 horas y el PRD anunció que pedirán 4 mil 200 reservas. El jueves desfilaron por la tribuna 70 legisladores.
Y aún faltan aún tres minutas por discutir y votar.
La bancada del PRD en el Senado de la República dio ayer una probadita de lo que está por venir. El desahogo del primer paquete de dictámenes de las leyes secundarias en materia de energía tuvo una duración de casi 14 horas y un desfile de al menos 70 oradores en tribuna.
El desenlace esperado era la aprobación de las leyes por una amplia mayoría a cargo de la alianza legislativa de PRI-PAN-PVEM. Y así fue.
Los ordenamientos -que expiden la Ley de Hidrocarburos y reforman diversas disposiciones de las leyes de Inversión Extrajera, Minera y de Asociaciones Público-Privadas- fueron aprobados con 90 votos de dicha alianza y 28 sufragios en contra del bloque parlamentario PRD-PT.
Pero la expectativa estaba en el debate, en las formas, en las estrategias parlamentarias y en los argumentos deliberativos.
Al menos en esta primera sesión, el bloque legislativo PRD-PT no recurrió a las tomas de tribuna, a los gritos o a extender mantas en el salón de pleno de la Cámara de Senadores. La estrategia de la izquierda fue la apuesta al desgaste, el cansancio del adversario político.
De entrada, lanzó al ruedo a sus 22 senadores para presentar su voto en lo particular en diez minutos cada uno. Luego, reiteradamente pedía la verificación de quórum, el cual estaba en el límite. Para la discusión en lo general registró a 25 legisladores para hablar en contra del dictamen.
Otra estrategia fue picarle la cresta al presidente de la Comisión de Energía, el priista David Penchyna Grub. Los dardos fallaron. El hidalguense se contuvo y no cayó en los dimes y diretes. Pero los pertrechos del PRD se guardaron para las próximas horas, luego de que anunciaron que presentarán más de 4 mil 200 reservas a los cuatro paquetes de dictámenes.
¿Respeto a todas las voces?
Para fundamentar el dictamen, David Penchyna allanó el terreno para enojo de perredistas y petistas, al asegurar que en el debate en comisiones “se respetaron todas las voces en un tema que en las últimas décadas polarizaron las opiniones de carácter político.
“Las reformas atienden puntualmente el mandato constitucional en materia energética”, enfatizó el congresista del tricolor.
El panista Salvador Vega Casillas exigió a los opositores a la reforma a “hacer a un lado los cálculos y dogmas políticos”.
Miguel Barbosa Huerta, líder de los senadores del PRD, reviró a panistas y priistas, al advertir que “la propuesta de reformas que pretende aprobarse abre peligrosamente la ruta de la polarización social y política”.
“No somos lacayos del Imperio”
La sesión extraordinaria salió de su marasmo cuando subió a tribuna el panista Ernesto Cordero Arroyo. Primero acusó al bloque de izquierda de “utilizar un discurso bolivariano” y de hacer acopio de argumentos de “un presidente que gobernó hace 50 años”.
“¡Ni somos lacayos del imperio ni cobramos en ninguna empresa multinacional!”, soltó el congresista del blanquiazul.
Los 22 senadores del PRD mostraron una fotografía en blanco y negro, en forma de máscara, del expresidente Lázaro Cárdenas del Río, el mandatario que concretó la expropiación petrolera el 18 de marzo de 1938.
José Ascención Orihuela Bárcenas, senador del PRI, tomó la protesta de forma relajada y también pidió una imagen del “Tata” Lázaro. Luego, preguntó al siguiente orador, el perredista Mario Delgado Carrillo, que si no sabía con quién se había aliado el PRD en las pasadas elecciones en Nayarit.
La nerviosa respuesta del legislador del sol azteca fue: “Con el PAN”. Pero para machacar aún más a Mario Delgado, quien acusó a Cordero Arroyo de “doble moral”, el senador panista regresó a tribuna y exigió al perredista que si hablaba de “doble moral” primero tenía que explicar qué pasó en la Línea 12 del Metro.
Sin vallas, gritos ni sombrerazos
Esta vez no hubo vallas metálicas de dos metros en las calles que rodean el Senado de la República. Tampoco se dieron reservaciones de urgencia en los distintos hoteles que se encuentran dentro de ese perímetro. La izquierda partidista de México está en alguna parte, pero no aquí.
Si bien se observan a unos 100 elementos de las policías federal y capitalina dentro y fuera del recinto legislativo de Paseo de la Reforma e Insurgentes ahora, a diferencia de diciembre del año pasado, cuando se aprobó la reforma constitucional en materia energética, todo se desarrolla con normalidad en esta zona de la ciudad de México.
Algo pasó en el camino para que los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador no hayan hecho acto de presencia pese a que en twitter, sentenció unas horas antes: “Mañana en el Senado se aprobará el robo del petróleo en contra de la voluntad del 75 por ciento de los mexicanos. Pero esta historia aún no termina”.
Tal vez –comentan algunos perredistas con sarcasmo– porque el excandidato presidencial “ya tiene juguete nuevo y está muy entretenido con él, y se llama Morena”.
Esta zona de la colonia Tabacalera no es “una ciudad dentro de la ciudad”, como se le conoció hace apenas seis meses, cuando senadores, empleados de la Cámara alta, comunicadores y asesores literalmente vivieron dentro de este perímetro a lo largo de una semana, y del otro lado de las vallas hacían lo mismo cientos de simpatizantes de López Obrador, quien días antes había sufrido un infarto al miocardio. Las imágenes de este jueves están muy lejos de la tensión de hace medio año.
Fuente: El Financiero
