El proceso electoral de 2024, que prevé la renovación de más de 20.000 cargos públicos, es el mayor de la historia de México pero también el más violento.
El Presidente de la República, la Cámara de Representantes, el Senado, nueve departamentos (incluida la capital, Ciudad de México) y cientos de gobiernos municipales se enfrentaron en las últimas elecciones, dejando a su paso un rastro sangriento sin precedentes.
En este sentido, un informe publicado por el Proyecto Laboratorio de Elecciones señala que desde junio de 2023 al 2 de junio de 2024 fueron asesinadas 41 personas que eran candidatos, precandidatos o candidatos a cargos electos por voto popular.
Además de los casos anteriores, esta organización también registró un total de seis asesinatos de personas que estaban a punto de ganar las elecciones. Es decir, sus delitos ocurrieron después del día de las elecciones y en pleno proceso de elección y certificación.