Por Carlos Acosta Córdova
Quedaron atrás el enfrentamiento y los resquemores entre el gobierno federal y los banqueros, iniciados el 8 de mayo de 2013 con el anuncio de la iniciativa de reforma financiera, que presuntamente obligaría a los bancos a prestar más y más barato.
Hoy, en la clausura de la Convención Bancaria número 78, que se desarrolló en este centro vacacional, la relación entre banqueros y gobierno acabó en idilio.
El presidente Enrique Peña Nieto ha cumplido cabalmente lo que prometió cuando era candidato, dijeron los primeros. Los bancos hoy dan más crédito y a más bajo costo, afirmó el Presidente.
Lejos quedó aquel episodio del 8 de mayo de 2013 en el alcázar del Castillo de Chapultepec, que se convirtió en un auténtico foro de ataques y críticas en contra de los banqueros.
En aquella ocasión, todos los que hicieron uso del micrófono –el secretario de Hacienda, los líderes nacionales de los tres principales partidos políticos firmantes del Pacto por México, y aun el presidente de la República– la emprendieron contra los hombres y mujeres de la élite financiera del país, en particular los que dirigen la banca privada.
Se les acusó de mil cosas. Que la mexicana es una de las bancas que menos presta a nivel global. Que no se interesan por el crecimiento económico del país. Que son agiotistas. Que sólo velan por sus intereses. Que son ajenos al desarrollo económico y social del país…
Y se los dijeron en su propia cara, pues los invitados al histórico alcázar eran, justamente, los principales dirigentes y funcionarios de los bancos del país.
Pero hoy la historia es otra. Acabó la convención 78 con muchos abrazos, apapachos y elogios entre banqueros y gobierno.
La melosa ceremonia de clausura la inició el gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez. Agradeció a los banqueros por elegir nuevamente a Acapulco como sede de su convención y al presidente Peña Nieto por el rescate del puerto luego de la tragedia que ocasionaron los huracanes Ingrid y Manuel en 2013.
Les dijo a todos: “Muchas gracias por venir a Acapulco, muchas gracias por venir a Guerrero, los necesitamos sobre todo en este momento, en el que hay una percepción de que Guerrero y Acapulco están en una convulsión.
“Y quiero decirles, y ustedes lo han constatado, que Guerrero, pero particularmente Acapulco, es mucho más que la tragedia de Iguala, que duele, que ahí está, que la estamos atendiendo, que la llevamos en una ruta institucional, y es mucho más que un conflicto magisterial… (también) es una convención como ésta, es la presencia del ciudadano Presidente de la República, que permanentemente ha estado al lado de Guerrero.
“Ustedes conocen que tuvimos una gran tragedia, producto de la naturaleza, con Ingrid y Manuel, una crisis que, con la atención del presidente Enrique Peña Nieto, se diseñó el Plan Nuevo Guerrero.
“Y a mí me gusta siempre, señor Presidente, poner el ejemplo de cómo estaban 10 puentes antes de Ingrid y Manuel, cómo quedaron colapsados y cómo están ahora; no reconstruidos, (sino) unos puentes nuevos”.
La jornada de elogios mutuos la continuó Luis Robles Miaja, presidente de la Asociación de Bancos de México quien justo este día inició su mandato formal al frente de la ABM, pues había sido presidente suplente desde noviembre pasado, luego de que su antecesor, Javier Arrigunaga, perdió el cargo tras su renuncia a la dirección general del grupo financiero Banamex por el escándalo de Oceanografía, que le significó millonarias pérdidas a Banamex y su matriz Citigroup.
Y Luis Robles Miaja, de manera insólita, habló como si fuera empleado del gobierno, o como si la Asociación de Bancos de México fuera apéndice del gobierno o estuviera subordinada a él.
Sin estar obligado a rendirle cuentas al gobierno, dijo: “Es un privilegio dar a conocer al señor Presidente de la República que durante los trabajos de esta Convención Bancaria hemos llegado a las siguientes conclusiones:
“Primera. A pesar de los retos que enfrentamos México tiene una oportunidad única para alcanzar crecimientos dinámicos y sostenibles, y lograr así los niveles de desarrollo y bienestar que todos queremos.
“Segunda. La Banca mexicana pasa por el mejor momento de su historia y está preparada para hacer todo lo que le corresponde para aprovechar esa oportunidad.”
Casi un “lo que usted mande, señor Presidente”.
Elogió, por supuesto, las reformas estructurales, “de gran calado, que tendrán un impacto sin precedentes en el desarrollo económico y social del país”.
En el colmo, Robles leyó largos párrafos del discurso de Peña Nieto, candidato del PRI a la Presidencia, en la convención bancaria 76 de mayo del 2012, en el que hizo miles de propuestas y promesas… que ahora ha cumplido.
Hoy, dijo Robles, con las reformas del presidente Peña Nieto “México tiene una oportunidad histórica para convertirse en una nación desarrollada en los próximos años”.
Faltaba más.
Al menos, Robles Miaja tuvo un momento de seriedad. Reconoció los pendientes azarosos del país.
Dijo: “Es evidente que esta oportunidad no está exenta de desafíos, tenemos que resolver la violencia y el crimen organizado que priva en algunas regiones del país; la falta de vigencia plena del estado de derecho, la corrupción y la impunidad, así como la falta de desarrollo institucional en algunos niveles de gobierno y su deficiente transparencia y rendición de cuentas.
“También la pobreza y los desequilibrios regionales que existen, la informalidad y la baja productividad que ésta genera, y la deficiente educación que todavía reciben muchos connacionales”.
Pero sólo eso. El resto de su alocución fue rendirle cuentas al presidente Peña de lo bien que se ha portado la banca; de lo bien que ha respondido a la reforma financiera.
“No puedo dejar pasar la ocasión sin hablar de los resultados de la reforma financiera, mismos que pueden resumirse en más crédito y más barato, otorgado por un sistema más seguro, más competido y con mayor protección a los usuarios.
“En la ABM estamos seguros de que los resultados de la reforma, así como el entorno del país, nos permitirán que el crédito otorgado al sector privado represente más del 40% del PIB en el año 2018.”
Y al final: “La Banca mexicana pasa por un gran momento; está hoy fortalecida y estará a la altura para impulsar la gran oportunidad que tiene México”.
Pura miel.
Peña Nieto, al final, no se quedó atrás en el apapacho. La banca ha cumplido. Es solidaria con el país y los mexicanos, apuntó.
Agradeció a los banqueros “por ser parte de este importante cambio estructural que México ha tenido”.
Y para justificar el elogio, algunos datos: “En cuestión de meses en México ha aumentado el ahorro. Los bancos prestan más, a más sectores de la economía, a menor costo y con mejores condiciones. Todo esto con un Sistema Bancario aún más sólido, cuyas instituciones compiten más y ofrecen mejores servicios a sus clientes.
Maravilla de banca gracias al gobierno de Peña Nieto: “La banca comercial, junto con la renovada banca de desarrollo, que tiene un nuevo mandato, ofrecen innovadores productos, productos crediticios a sectores clave, como las micro, pequeñas y medianas empresas al campo y muy particularmente y de forma señalada a los jóvenes emprendedores.
“Reconozco el gran esfuerzo que han realizado todos ustedes al interior de sus instituciones para adaptarse en tan poco tiempo a uno de los cambios más profundos en el sistema financiero.”
Obvio el final: “Les felicito porque han hecho esta transición sin frenar su actividad, que es crucial para el buen funcionamiento de la economía y para el bienestar de las familias mexicanas.”
Luego vinieron los aplausos, los abrazos… todos felices.
Fuente: Proceso