El director de la empresa productiva del Estado, Emilio Lozoya Austin, dio a conocer ayer viernes que entre 2013 y enero-agosto de este año, se detectaron 5 mil 93 tomas clandestinas en la red de ductos.
Estimó que en 2014, al cierre del mes de agosto, el volumen de combustibles sustraídos a través de tomas clandestinas ascendió a 7.5 millones de barriles, con un valor de 15 mil 300 millones de pesos.
“Eso es lo que le roban al Estado mexicano”, dijo al comparecer ante la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados por la glosa del Segundo Informe de Gobierno.
Al ser cuestionado sobre las acciones legales que la empresa ha tomado sobre los responsables de estos actos y su consignación, Lozoya Austin aclaró que “Pemex no es un ministerio público, no consigna delincuentes; lo que sí puede hacer Pemex es denunciar y coadyuvar con las autoridades”.
“Tenemos –añadió-, una fuerza de seguridad física para prevenir, pero repito, Pemex no es autoridad”, reiteró.
Es un tema de la mayor relevancia, pues “la tendencia es hacia arriba”.
Citó que en 2012 las tomas clandestinas sumaron mil 623; en 2013, 2 mil 612, y este año, 2 mil 489.
Sin embargo, hay divergencias en el número de tomas clandestinas entre diferentes fuentes que hacen alusión al problema.
En el Informe de Sustentabilidad 2013 de la propia petrolera se refiere que el número de tomas clandestinas en ese año fue de 3 mil 52, 440 más de lo que Lozoya Austin informó ayer viernes.
Aseguró que se actúa y se invierte para combatir tanto las tomas clandestinas como el mercado ilícito de combustibles.
Detalló que los ductos que más sufren son el poliducto de Salamanca-Guadalajara; el de Cadereyta-Reynosa-Matamoros, y el de Madero-Cadereyta.
“Estamos proponiendo, además, la creación de una unidad especializada de investigación de delitos cometido en contra del patrimonio de Pemex”, destacó.
Del total de tomas clandestinas registradas en el período enero-agosto, 321 causaron derrames significativos de productos, dijo.