A las doce y diez minutos de la mañana, los nueve políticos catalanes que cumplían condenas por su participación en la declaración unilateral fallida de independencia de octubre del 2017 fueron puestos en libertad. Después de permanecer en prisión más de mil 300 días en la cárcel salieron por su propio pie y portando una pancarta en la que se reclamaba “libertad para Cataluña”.
Su liberación fue posible gracias al indulto que se aprobó ayer en el Consejo de Ministros del Ejecutivo español, del socialista Pedro Sánchez, en una decisión que despertó la ira de los partidos de la derecha española, que reclamaron su dimisión y le acusaron de “humillar” al país.
De madrugada se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) los nueve indultos, con sus respectivas argumentaciones, que coincidían en justificar su ejecución en la búsqueda de la reconciliación en el seno de la propia sociedad catalana, fragmentada a la mitad entre separatistas y no separatistas, y de Cataluña con el resto del Estado español, que mantienen desde hace algo más de una década una tensa relación que derivó en la situación actual.
Los indultos, tal y como está prevista por la ley, fueron firmados por el Rey de España, Felipe VI, en su calidad de jefe del Estado, y se notificaron al Tribunal Supremo, y éste, a su vez, informó de inmediato a las prisiones donde cumplían condenas los agraciados para su inmediata puesta en libertad.
Y así ocurrió, pasado el mediodía los nueve políticos catalanes ya estaban en libertad y protagonizaron su primer mitin político, en el que coincidieron tanto con el gobierno catalán actual, del independentista republicano Pere Aragonés, como con el ex presidente Carles Puigdemont, que reside en Bélgica desde hace cuatro años, que los siguientes pasos para encontrar la solución al conflicto es la aprobación de una ley de amnistía que permita el regreso de los políticos que salieron del país para no ser juzgados por los tribunales españoles, y, lo más importante, que se reconozca el derecho de autodeterminación del pueblo catalán a través de la celebración de un referendo pactado con el gobierno español.
La mesa para abordar estos asuntos iniciará en los próximos días, si bien el presidente Sánchez y su partido se inclinan por una reforma constitucional que modifique el modelo de Estado y se constituya un régimen confederal.
La primera en salir de prisión fue la expresidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, que cumplía condena en la cárcel de mujeres de Wad Ras en Barcelona. Cinco minutos después salieron de la prisión de Lledoners, en Sant Joan de Vilatorrada, Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sànchez, Raül Romeva, Jordi Turull y Josep Rull acompañados de Jordi Cuixart, quien estaba de permiso y ha vuelto al centro penitenciario para firmar la excarcelación y salir con sus compañeros.
Los siete salieron juntos con una pequeña pancarta en la que se podía leer “Freedom for Catalonia (Libertad para Cataluña). La última en ser excarcelada fue la ex consejera Dolors Bassa, que se encontraba en la cárcel dePuig de les Basses, en la localidad de Figueres.
Jordi Turull, al salir de la cárcel, afirmó que “hasta que los exiliados no sean libres la nuestra no será una libertad plena. Nos han dado un indulto condicionado, revisable y parcial, pero nuestro compromiso no lo es. En ningún momento nos hemos sentido solos y esto ha sido gracias a vosotros, porque habéis sido el auténtico motor de nuestra fuerza y nuestro coraje”.
Joaquim Forn, por su parte, afirmó que “si hoy estamos aquí es porque vosotros nos habéis apoyado. Podemos afirmar que salimos de la prisión pensando exactamente lo mismo y somos más fuertes que nunca. Seguiremos luchando”. Mientras que Jordi Sànchez añadió que “el Estado español no acepta lo que dicen los tribunales europeos. Nuestra salida es un homenaje a toda la gente en el exilio y estamos seguros de que el Reino de España acabará siendo condenado por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos”.
Fuente: La Jornada