Un reporte interno compartido por los gobiernos federal y capitalino identifica a 10 grupos de anarquistas que a partir del 1 de septiembre de 2012 se han enquistado en las movilizaciones y son los que provocan la violencia al enfrentarse a los granaderos e incendian inmuebles de oficinas públicas, comercios y vehículos. Sin embargo, cuando Proceso solicitó a la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal información sobre esos grupos para saber por qué no se detiene a sus integrantes, nadie atendió la solicitud.
Por Sara Pantoja/ Proceso
Un reporte interno compartido por los gobiernos federal y capitalino identifica a 10 grupos de anarquistas que a partir del 1 de septiembre de 2012 se han enquistado en las movilizaciones y son los que provocan la violencia al enfrentarse a los granaderos e incendian inmuebles de oficinas públicas, comercios y vehículos. Sin embargo, cuando Proceso solicitó a la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal información sobre esos grupos para saber por qué no se detiene a sus integrantes, nadie atendió la solicitud.
Desde el 1 de diciembre de 2012, cuando Enrique Peña Nieto rindió protesta como presidente de la República, las manifestaciones públicas en la Ciudad de México han estado acompañadas por la violencia.
Primero empiezan las provocaciones de los embozados contra los edificios de instituciones públicas y comercios; luego los policías capitalinos y federales comienzan a detener lo mismo a estudiantes –hombres y mujeres–, que a padres de familia, empleados, activistas, reporteros, para liberarlos después por falta de pruebas.
Las movilizaciones de las últimas semanas en demanda de la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa han estado infiltradas también por algunos rijosos y por ataques indiscriminados de los uniformados contra los jóvenes que se solidarizan con los estudiantes desaparecidos desde la madrugada del 27 de septiembre en Iguala. Las arbitrariedades abundan.
La noche del jueves 20, por ejemplo, los estudiantes universitarios Hugo Bautista Hernández y su novia Tania Ivonne Damián Rojas, Lawrence Maxwell, un doctorante de origen chileno, así como Atzin González Andrade, alumno de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, fueron detenidos por elementos de la Policía Federal en el Zócalo, al término de la megaconcentración.
Hasta la madrugada del sábado 22 aún permanecían en las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO)
El miércoles 5, unos 40 encapuchados incendiaron una unidad y la estación del Metrobús Ciudad Universitaria. Hubo dos detenidos, pero uno fue liberado al demostrar que no intervino en los hechos; el otro, de nombre Luis Fernando Sotelo Zambrano, fue declarado formalmente preso por ataques a las vías de comunicación y a la paz pública y daño en propiedad ajena, todos delitos graves.
El sábado 8, 15 personas fueron detenidas luego de que un grupo de encapuchados incendió la puerta del Palacio Nacional al término de la marcha de la Acción Global por Ayotzinapa. Al día siguiente, la SEIDO los dejó en libertad al no poder comprobar que participaron en el hecho.
Y mientras en las dos últimas megamarchas los grupos radicales pasaron de las pintas en monumentos al lanzamiento de bombas molotov, cohetones y piedras contra los granaderos, estos regresaron a las calles, lo que obligó a los manifestantes a subir a las redes sociales “manuales de seguridad” para detectar a los “infiltrados y provocadores” y protegerse de las agresiones.
El jueves 20, durante la movilización del Ángel de la Independencia al Zócalo, los participantes detectaron a personas con el rostro cubierto y mochilas en la espalda y comenzaron a gritarles que se fueran.
La mañana del viernes 21, el titular de Seguridad Pública del Distrito Federal, Jesús Rodríguez Almeida, defendió la actuación de los granaderos. “Los encapuchados –dijo– tiran a matar, no a lesionar. Tienen un odio contra las autoridades, por lo que éstas tienen que defenderse”.
Más tarde, el grupo de anarquistas “Reacción Salvaje” se adjudicó los ataques contra la policía en Palacio Nacional en la página web Contrainfo: “Decidimos irrumpir y romper con la marcada línea de paz y buenos modales impuesta por los líderes y participantes de los movimientos sociales durante sus marchas, dicho modelo ha servido para camuflarnos y desestabilizar la convivencia ciudadanista y el desfile-marcha de los que detestan a todas luces la confrontación directa”.
Según los integrantes de esa organización, los enfrentamientos son una forma de debilitar a las esferas del poder “en el camino de la desestabilización”. Y advirtieron: “Si para eso tenemos que infiltrarnos en las manifestaciones recientes con palos, explosivos, fuego, incluso armas de fuego, que quede claro que lo haremos”.
Los anarcos
Representantes de los gobiernos capitalino y federal consideran que el común denominador en las últimas movilizaciones ha sido la intrusión de grupos anarquistas.
Un reporte interno compartido por autoridades federales y del Distrito Federal, cuya copia tiene Proceso, identifica a 10 grupos autodenominados de ese tipo que se han enquistado en las protestas del 1 de diciembre de 2012 a la fecha en la Ciudad de México. Sus integrantes participaron, dice el documento, en las refriegas del 1 de diciembre de 2012, del 10 de junio y del 2 de octubre de 2013.
El Bloque Anarko Sur, uno de los más identificados está conformado por “pequeñas células no organizadas que aparecen en manifestaciones para atacar a la policía; en especial buscan liberar a personas detenidas (contra-arresto).
Sus integrantes visten de negro y por lo general van encapuchados para evitar ser reconocidos y, según el informe, no les interesa forjar una jerarquía duradera ni los líderes carismáticos. Su principal medio de contacto son foros de internet “que se abren y cierran al por mayor, por lo cual es complicado que la policía o aparatos de inteligencia adelanten sus movimientos”.
Según el reporte consultado, los integrantes del bloque subieron a su cuenta de Facebook videos internos sobre cómo se capacita a los granaderos y elementos de la Policía Bancaria Industrial para contener manifestantes”.
Ese “fue el argumento de los anarquistas para justificar su llamado a preparar cocteles molotov, petardos de fabricación casera, máscaras antigases y pasamontañas. Su objetivo: atacar a los granaderos”, sostiene el documento.
Otro grupo es el Frente Oriente, cuyos integrantes participaron en la manifestación del 10 de junio de 2013 en conmemoración del llamado halconazo. Suelen subir fotos de su participación en manifestaciones, incluidos los enfrentamientos con los policías.
El reporte asegura que sus defensores jurídicos “son parte de los grupos opositores al gobierno del DF y al gobierno federal. Es el caso de la Unión Jurista Mexicana”; algunos de ellos están vinculados al Partido Comunista, la Liga de Trabajadores Socialistas, el Frente Popular Revolucionario, el Movimiento de Regeneración Nacional y el PRD.
También mantienen nexos con los colectivos estudiantiles “Pan y Rosas”, Corriente en Lucha por el Sindicalismo (CEL), Comité Estudiantil en Lucha de la UACM y la Prepa Popular Tacuba y se les vincula con grupos anarquistas como Bloque Negro, Cuartel Anarquista, Acción Directa-Prensa Libre, la Mano Negra y La Lucha Sigue, #YoSoy26 animalista, la Alianza Anarquista Revolucionaria, integrada por las organizaciones Colectivo Autónomo Agonista, Coordinadora Estudiantil Anarquista, Escarlata revoltosa, Juventud Libertaria y La Llama de la Libertad.
Conexión europea
La información compartida entre el gobierno federal y el de la Ciudad de México retoma el “más reciente reporte” de la Europol que, dice, vincula a grupos extremistas europeos con anarquistas mexicanos. Cita el documento EU Terrorism Situation and Trend Report 2013, el cual “detalla que los grupos mexicanos están vinculados con el llamado Triángulo Anarquista Mediterráneo: Italia, Grecia y España”.
Continúa: Se trata de grupos internacionales “de estructura difusa, informal y horizontal, que no están en contacto directo, pero se comunican llevando acciones directas…
“La FAI (Federazione Anarchica Informale) tiene ligas con grupos o individuos en Grecia, España, Chile, Indonesia y México. La representación en México ha hecho ataques “en solidaridad con anarquistas encarcelados en la Unión Europea”.
El informe menciona a la FAI Informal México como una fracción de la FAI italiana, con presencia en varios estados.
En el Distrito Federal existe una organización que agrupa a distintas corrientes de pensamiento anarquista, agrega el reporte, aunque no menciona su nombre. Sus objetivos fundamentales son “crear un bloque que pueda actuar ante demandas estudiantiles en diversas escuelas públicas y participar en los temas de coyuntura política y social”.
Se fundó a principios de 2011 y en sus foros comparte “manuales de manifestación, en los que se recomienda cómo atacar a la policía, evadir detenciones, destruir cadenas comerciales (símbolos capitalistas), elaborar bombas molotov, etc.”.
La Cruz Anarquista del Distrito Federal, de acuerdo con el análisis citado, es un movimiento prolibertad de los anarquistas encarcelados “mediante un sistema corrupto que busca desarticular la lucha social”. Surgió en 2006 tras encuentros en la Ciudad de México y San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. “Exigen la extinción del sistema carcelario y una libertad plena”, dice el texto.
Otros grupos identificados son Individualidades Tendiendo a lo Salvaje, la Conspiración de las Células del Fuego sección DF, Resistencia Internacional de los Pueblos, Células Autónomas de Revolución Inmediata Práxedes G. Guerrero, Ocupa, e Instinto Salvaje.
Entre las características generales de estos grupos, según el informe, destaca el uso de cocteles molotov, martillos, piedras y palos que los integrantes de esos grupos llevan en sus mochilas. Para coordinarse en las marchas utilizan aparatos de radiolocalización y celulares; cubren su rostro con paliacates, pashminas, pasamontañas y visten sudaderas con capucha.
Suelen realizar pintas con aerosol durante las manifestaciones en las que lo mismo escriben consignas contra el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, que contra el presidente Peña Nieto. Y entre sus objetivos de ataque preferidos están los bancos Y las tiendas de conveniencia, así como las instalaciones de Televisa y TV Azteca.
Proceso solicitó una entrevista con personal de la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal para conocer su versión en torno a las detenciones arbitrarias de ciudadanos y sobre la falta de acción penal contra los anarquistas que, según el reporte mencionado, ya tienen identificados. Hasta el viernes 21 por la noche no había llegado la respuesta.
Fuente: Proceso