Un juez de Washington dictaminó el miércoles que el exabogado de Donald Trump, Rudy Giuliani, es responsable de difamar a dos encuestadores de Georgia acusados de conspirar para manipular votos después de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020. La jueza de distrito Beryl Howell emitió una orden castigando a Giuliani por no proporcionar los registros electrónicos solicitados por la forense del condado de Fulton, Wandrea “Shaye” Moss y su madre, Ruby Freeman. También le puede interesar: Fiscal de Georgia busca juicio conjunto de Trump y otros acusados de intromisión electoral Howell descubrió que Giuliani se negó a seguir el proceso de divulgación de los documentos, conocido como descubrimiento, y rechazó la afirmación del ex alcalde de Nueva York de que los encuestadores utilizaron el caso para acosarlo. “Poner la ropa de la víctima puede funcionar bien en público en ciertas audiencias, pero en el tribunal esta actividad sólo socavó el proceso normal de descubrimiento de difamación directa”, escribió Howell en su orden. Giuliani afirmó en documentos judiciales que intentó entregar los documentos pero se topó con varios obstáculos, incluida la incautación de su teléfono por parte de agentes federales en 2021. Ted Goodman, asesor político de Giuliani, calificó el veredicto como “un ejemplo paradigmático de militarización del sistema legal, donde el proceso es el castigo”. Le recomendamos: Trump nunca pagó la licencia de NY por el reloj instalado frente a su torre en la Quinta Avenida Giuliani también enfrenta cargos penales en el condado de Fulton por ayudar al entonces presidente republicano Trump en sus esfuerzos por revertir su derrota electoral en Georgia, incluida la realización de acusaciones falsas sobre Moss y Freeman. Giuliani calificó la acusación de “una farsa”. La orden significa que a Giuliani se le ordenará pagar daños y perjuicios por difundir afirmaciones falsas de que Moss y Freeman manejaron y contaron en secreto boletas ilegales utilizadas para contar los votos postelectorales en el Georgia Stadium. Ambos dijeron que recibieron amenazas de muerte y acoso después de que Giuliani los identificara por su nombre y los comparara con narcotraficantes.