La secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, llamó este sábado a emprender una nueva independencia y a romper las cadenas que oprimen, así como a terminar con los flagelos de la ignorancia, el hambre y la desigualdad.
“Es tiempo de recuperar la responsabilidad social del Estado”, dijo Robles durante la ceremonia del 197 aniversario luctuoso del prócer mexicano José María Morelos y Pavón, encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto, acompañado por su gabinete en pleno.
En la explanada municipal de Ecatepec de Morelos, Robles Berlanga, quien fue la oradora central, planteó que “es tiempo de una nueva independencia, un gran movimiento pacífico y constructivo que desate toda la energía, toda la pasión de un pueblo que siempre ha sido solidario y que sabe dar la mano”.
Según un despacho de Notimex, Robles sostuvo que “es el momento de romper las cadenas que aún nos sujetan, que impiden un desarrollo humano pleno, que oprimen tanto como lo hacían las de aquella época”.
La ex dirigente nacional del PRD, ahora sumada al gabinete priista, pidió acabar con los flagelos de la ignorancia, el hambre y la desigualdad.
De ahí la importancia, dijo, de las tareas prioritarias que estableció el presidente de la República, como emprender una gran Cruzada Nacional contra el Hambre, para que toda la energía del gobierno, en alianza con la sociedad, se dirija hacia quienes menos tienen y durante años han vivido en el olvido.
De acuerdo con la agencia oficial del gobierno, Robles subrayó que ese sector tendrá prioridad durante la actual administración federal, pues el mejor homenaje y tributo a Morelos es levantar la mira y asumir la causa por la igualdad.
La titular de Desarrollo Social dijo que a 197 años de la muerte del Generalísimo la tarea de esta nueva generación es de gran trascendencia y no será fácil porque, “como en aquellos tiempos, México está dolido en muchos sentidos”.
Pero en la actualidad el anhelo de la soberanía popular es un hecho porque la fuente del poder radica en el voto ciudadano, aunque “ninguna soberanía puede ser plena si casi la mitad de los mexicanos vive en la pobreza, si millones viven en el olvido y muchos tienen hambre”.
Por ello, refrendó, “necesitamos pasar de una democracia meramente electoral a una democracia de derechos plenos” y sentenció que “no se puede hablar de que se ha modulado la opulencia y la indigencia si 52 millones de mexicanos viven en la pobreza y de ellos 11.7 millones están en una condición de pobreza extrema”.
Tampoco, dijo, si el segmento más rico de la población gana 24 veces más que el más pobre. No se puede hablar de que a los pueblos originarios se les hizo justicia si las tres cuartas partes de los indígenas del país viven en 300 municipios considerados de alta y muy alta marginación.
“No hay igualdad”, advirtió, si en pleno siglo XXI el color de la piel sigue siendo pretexto para la humillación y la discriminación, ni cuando “más de la mitad de la población, que son las mujeres, es objeto de prácticas discriminatorias y muchas de ellas son víctima de una violencia que duele, que lastima”.
Refirió que la diferencia de condiciones económicas y sociales hacen la diferencia de oportunidades, por lo que el país “necesita, entonces, reencontrar el camino y volver a abrevar en la tradición liberal que nos heredó Morelos y la generación de la independencia. Es tiempo, como ha dicho el presidente Peña Nieto, de mover a México”.