Rosario Ibarra dedica la Belisario Domínguez a madres de desaparecidos

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La activista Rosario Ibarra de Piedra, recién galardonada con la medalla Belisario Domínguez que otorga el Senado de la República, compartirá la distinción con las demás madres de desaparecidos, que durante décadas han persistido en la búsqueda de sus hijos.

Luego de conocer la distinción, Rosario Piedra, hija de la activista, explicó que su madre de manera permanente ha incluido en las menciones, como ésta, a las demás doñas que han participado en el Movimiento Eureka, que busca a las personas que fueron secuestradas y no regresaron, durante el periodo histórico de México conocido como “la guerra sucia”.

Piedra Ibarra dijo que, por motivos de salud, su madre, quien radica en Monterrey, no podrá acudir a la ceremonia programada para el próximo 23 de octubre en el Senado de la República, acto al que ya confirmó asistencia el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La familia se pondrá de acuerdo para ver quién acudirá a la Ciudad de México a recibir la presea en nombre de la luchadora social, quien actualmente descansa en su casa por prescripción médica, retirada de la vida pública.

“Nos da mucho gusto a toda la familia y a las doñas del Comité Eureka que siempre la han acompañado. Nos hacen sentir contentas estos reconocimientos y esto significa que seguimos en la lucha hasta lograr ver la verdad de los familiares. Aunque no sea para todas las mamás el reconocimiento, así lo queremos ver.

“Al momento en que acudiremos, lo estaremos viendo como un reconocimiento a todas las integrantes del Comité Eureka. Ella fue la promotora de su fundación, aquí en Monterrey, motivada por los presos políticos de Topo Chico y familiares de desaparecidos contactados en Nuevo León y fue aquí donde nació a nivel local. Y a lo largo de esta terrible lucha fue contactando personas en todo el país”, rememoró.

Recordó que fue su madre quien acuñó el grito de esperanza: “Vivos los llevaron, vivos los queremos”, para reclamar a las autoridades la presencia de los desaparecidos. Dijo que en el Comité creyeron alguna vez que la proclama quedaría solamente en la memoria, pero ahora ve que han tenido que revivirla, con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, junto con otros miles que no habían sido tomados en cuenta.

La hija de doña Rosario explicó que la presidenta de la comisión de la medalla, la senadora Sasil de León Villard, se comunicó con ella el lunes por la noche para notificarle que era inminente la distinción, para que la familia se preparara, y hoy vieron la confirmación a través de los medios de comunicación.

Las otras dos finalistas para recibir la distinción fueron la escritora Elena Poniatowska y la también senadora Ifigenia Martínez.

Doña Rosario le guarda especial aprecio a la escritora pues en el libro Fuerte es el Silencio, Elena describió la huelga de hambre que emprendieron en 1978 en la ciudad de México decenas de mujeres de Eureka para que el entonces presidente José López Portillo accediera a dar amnistía a 2 mil presos políticos que fueron excarcelados.

La manifestación frente a la Catedral también sirvió para que cesaran las órdenes de aprehensión de un sinnúmero de perseguidos, y el regreso de 57 exiliados. Después se presentaron 148 personas que habían sido declaradas desaparecidas.

La familia Piedra Ibarra espera que a la premiación vayan las doñas, como se refiere con afecto a las mujeres activistas que han sobrevivido luego de estas décadas de lucha.

La medalla Belisario Domínguez es la máxima distinción que otorga el Estado Mexicano cada año a aquellos mexicanos que han destacado por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de la patria o de la humanidad.

Fuente: Apro

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