La mexicana Rosario Green, ex subsecretaria de la ONU, afirma que el espionaje de Estados Unidos es “el colmo del cinismo”, y plantea un “antes y después”
El espionaje de Estados Unidos a sus aliados es el “colmo del cinismo” y debería llevar a un tratado internacional que prohíba estas prácticas, dijo este viernes la ex ministra del Exterior de México y ex subsecretaria de la ONU, Rosario Green.
“Yo creo que, definitivamente, este escándalo plantea un antes y un después. Solamente puede ser solucionado, no con los perdones y las disculpas, porque son palabras que se lleva el viento, sino con una legislación internacional al respecto”, afirmó en entrevista con dpa.
La ex funcionaria, que fue subsecretaria de Asuntos Políticos de la ONU bajo el mandato de Boutros Ghali de 1994 a 1996 y acaba de publicar el libro de memorias “La Canciller”, consideró necesario que se obligue a los gobiernos a supervisar a sus agencias de seguridad.
El convenio debe llevar a que “cuando haya algún tipo de duda o de cuestionamiento sobre si habrá grupos o células (terroristas) en algún país se haga el contacto directo con el jefe de Estado”.
Según información publicada por el diario británico “The Guardian” en base a documentos del ex técnico de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden, Estados Unidos vigiló las comunicaciones telefónicas de 35 líderes políticos en todo el mundo.
El gobierno alemán tiene indicios de que el teléfono personal de la canciller alemana, Angela Merkel, fue uno de los intervenidos.
Otros de los espiados fueron la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el presidente de México Felipe Calderón (2006-2012) pese a su estrecha cooperación con Washington en temas de seguridad, y el actual mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto, cuando era candidato.
“Yo no creo que ningún líder de los 35 esté en posición de atentar contra la vida de ningún ciudadano estadounidense”, afirmó Green. “Uno hackea las células terroristas, pero los móviles personales ¿con qué objeto?”, cuestionó.
En su libro de memorias, Green, que era embajadora en la República Democrática Alemana (RDA) en 1989 cuando cayó el Muro de Berlín, cuenta cómo encontraron en ese época micrófonos ocultos en la sede de la embajada.
También relata que siendo ministra de Relaciones Exteriores se comunicaba con su par estadounidense, Madeleine Albright, por un teléfono encriptado.
Un tratado internacional como el que plantea Green también significaría prohibir a los países el espionaje tanto a sus amigos como a sus enemigos. ¿Estados Unidos lo aceptaría?
“Bueno, al final de cuentas sería la consecuencia de una política mal pensada. Cuando Estados Unidos actúa mal contra sus aliados, y como consecuencia debe sujetarse a una legislación internacional, ya no puede espiar a Irán, ya no puede espiar a Siria, ya no puede espiar a Corea del Norte, pero en el pecado lleva la penitencia”, consideró.
Green, ex presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado mexicano, dijo que la única explicación que se puede darse al tema del espionaje a países aliados es que se quiera disponer de información privada para usarla como forma de presión o de “chantaje”.
En el caso de México, afirmó, quedó demostrado que la cooperación amplia de Calderón con Washington en temas como la lucha antidrogas “no sirvió de nada”.
“Se metieron hasta la cocina innecesariamente, porque de todas maneras ‘pincharon’ a Calderón, que les estaba abriendo toda la puerta”, indicó. “Incluso personal de la embajada, y hasta el propio embajador, se sentaban en reuniones de seguridad de los mexicanos”.
Fuente: DPA