Algunos de los magnates más poderosos de México, incluido Carlos Slim, volaron a España en agosto pasado. Olegario Vázquez Raña fue el anfitrión de numerosas fortunas y al cardenal Norberto Rivera le tocó dar misa. El investigador Elio Masferrer señala que la difusión de ese encuentro del purpurado con tan connotados monaguillos es el desafío de un sector del clero, que tiene amistad y negocios con la élite empresarial, contra el mensaje evangélico del Papa Francisco. Pero advierte que también pudieron mezclar los negocios con sus benditos placeres.
Por Alejandro Gutiérrez y Rodrigo Vera
Madrid— Ataviado con suntuosa casulla verde y cruz pectoral, el cardenal Norberto Rivera Carrera celebraba misa en la iglesia del pueblo gallego de Avión. Era el domingo 4 de agosto. Lo escuchaban amigos multimillonarios con quienes viajó desde México.
El Misal Romano, que rige diariamente la liturgia católica, no pudo haberlo puesto en peores aprietos: le exigía para ese día leer la parábola del evangelio relativa al rico insensato que acumula riquezas y más riquezas mientras está a punto de morir.
El cardenal tuvo que ajustarse a la lectura y exclamar: “¡Cuídense de toda clase de avaricia! Porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que tenga”.
Incómodos, con tosecitas nerviosas, lo escuchaban sus amigos que lo habían puesto en el altar: el magnate Olegario Vázquez Raña, dueño del periódico Excélsior y de los hospitales Ángeles; el empresario Carlos Slim, con una fortuna de 73 mil millones de dólares y considerado por la revista Forbes como el segundo hombre más rico del mundo; Miguel Alemán Velasco, exgobernador de Veracruz y propietario de la aerolínea Interjet.
También estaban ahí el almirante Manuel Sáenz, secretario de Marina durante el gobierno de Felipe Calderón; el capitán Alberto Abed, quien fuera propietario de la extinta aerolínea Taesa y hoy dueño de la empresa de taxis aéreos FlyMex; el notario Daniel Goñi, expresidente de la Cruz Roja Mexicana, y Miguel Rincón Arredondo, presidente de Corporación Durango y uno de los principales productores de papel en México con Bio-Pappel.
Todos ellos tuvieron que soportar el sermón posterior a la lectura del evangelio de San Lucas. Rivera Carrera, arzobispo primado de México, concelebraba con Serafín Suárez, el párroco de este poblado de 3 mil 500 habitantes encaramado en la montaña de Ourense.
La misa dominical se realizó en plenos festejos a San Roque, el santo patrono del pueblo, por cuyas calles se realizó ese mismo día una nutrida romería que sacó a pasear a la figura barbuda del santo. Muy solemnes y entre el repique de campanas, el cardenal Rivera y el padre Serafín encabezaron la procesión, amenizada por una banda de música que no paró de tocar.
Avión y Beariz son los dos municipios más prósperos de Galicia gracias a sus emigrantes, que han amasado grandes fortunas en México. Se les llama “indianos”, en añoranza por los españoles que durante la Colonia iban a las “Indias” a probar suerte. En esta época estival los “indianos” suelen vacacionar en el terruño y decorar sus chalets y mansiones con ondeantes banderas mexicanas.
Hoy por hoy el más exitoso “indiano” de Avión es Olegario Vázquez Raña. Él invitó al cardenal Rivera y a sus pudientes amigos mexicanos a la festividad de San Roque, lo mismo a magnates españoles como Amancio Ortega, dueño de las tiendas de ropa Zara, con una fortuna que Forbes estima en 60 mil millones de dólares, que lo convierte en el hombre más rico de España. Ortega se les unió durante esos festejos religiosos que coincidieron con la celebración del cumpleaños de la esposa de Olegario, Ángeles Aldir, Gela…
(Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1923 de la revista Proceso, actualmente en circulación)