El culto a Richard Wagner se repartirá hoy entre Leipzig, donde nació hace 200 años, y Bayreuth, la ciudad bávara donde mandó construir un teatro a su medida y máxima expresión de la devoción al genio alemán.
Leipzig, la llamada “ciudad de los músicos”, inaugurará el monumento a su talento más universal y polémico en el bicentenario del nacimiento de Wagner, el 22 de mayo de 1813.
La figura creada por el escultor Stephan Balkenhol quedará así perpetuada en la ciudad sajona en la que también dejaron huella Johann Sebastian Bach, Felix Mendelssohn Baltholdy y Robert y Clara Schumann.
En Leipzig estará presente Katharina Wagner, bisnieta del compositor y codirectora, con su hermanastra Eva, del Festival de Ópera Richard Wagner de Bayreuth, máximo exponente de la devoción a un genio que sigue desatando amores y rechazos en dosis parejas.
La ciudad sajona se rendirá, en distintos festejos ciudadanos, a un hijo ilustre que ha “redescubierto” en el bicentenario, mientras que Bayreuth representa el culto en exclusiva a Wagner.
Fue un 22 de mayo también, en 1872 y coincidiendo con su 59 cumpleaños, cuando Wagner se “regaló” solemnemente ese teatro, con la colocación de su piedra fundacional y tras una larga búsqueda del lugar idóneo para la grandeza de sus óperas.
En ese mismo lugar tomará la batuta este miércoles Christian Thielemann, director actualmente predilecto de Bayreuth y de las bisnietas Wagner, que ofrecerá una especie de selección de “grandes éxitos”, entre ellas fragmentos de La walkiria.
Tal vez el concierto en sí no sea histórico, puesto que no habrá estreno de grandes escenografías –la gran ocasión será el nuevoAnillo del Nibelungo, de Frank Castorf, el 26 de julio–.
Pero es de por sí excepcional que se abra el teatro fuera de la temporada estricta del Festival, de la última semana de julio a final de agosto, y desde su fundación reservado exclusivamente a un ciclo de óperas, dentro de la producción de Wagner.
La última ocasión en que abrió fuera de temporada fue en 2010, para el duelo a Wolfgang Wagner, director durante más de medio siglo del festival, desde su refundación tras su etapa de entrega al nazismo y hasta que pasó al dúo de bisnietas.
La incorporación de la gala ha supuesto un gran despliegue logístico, explicaba Katharina Wagner recientemente a la televisión internacional alemana Deutsche Welle, ya que complica la fase final de ensayos hasta el estreno del esperado Anillo.
Pero Bayreuth no podía quedar al margen del bicentenario, ya que en ninguna otra parte del mundo se escucha a Wagner como ahí, afirmaba la directora.
La especial construcción del teatro y el foso de la orquesta hace que la música surja “de debajo de las butacas” y envuelva al público, de acuerdo a los designios de Wagner, que además de compositor era director de orquesta, poeta, ensayista y teórico musical, y revolucionó la ópera con su idea de “obra de arte total”.
La búsqueda de Bayreuth fue larga y contrarió al gran mecenas de Wagner, Luis II de Baviera, el Rey Loco, que hubiera querido levantarlo en Múnich.
El compositor impuso la verde colina de Bayreuth, ahí colocó su piedra fundacional en 1872.
¿Es un ser humano?
“¿Será Wagner un ser humano? ¿No será más bien una enfermedad? Contamina cualquier cosa que toca: puso enferma a la música”, escribió en 1888 uno de los filósofos más influyentes de la historia, Friedrich Nietzsche.
Sea como fuere, pero hoy en día los historiadores de música son unánimes en destacar los méritos sin precedentes del polémico compositor en la exploración de la expresión emocional, en la introducción de nuevas ideas en la armonía, en el proceso melódico, la estructura operística y en contribuir significativamente en el establecimiento de principios de dirección de una orquesta.
Las citas más famosas de Richard Wagner:
– Realmente no sé a qué se me había destinado, solo recuerdo que una tarde oí ejecutar una sinfonía de Beethoven, que a continuación me dio fiebre, enfermé, y cuando recobré la salud era músico;
– Creo en Dios, Mozart y Beethoven;
– La música es una mujer. La naturaleza de la mujer es el amor, pero este amor es receptivo y se entrega incondicionalmente en la percepción;
– La música es pasión, amor y nostalgia;
– La ‘propiedad’ ha adquirido en nuestra conciencia social una santidad casi mayor que la religión. Para la ofensiva contra esta última puede haber indulgencia, pero un daño a la primera no se perdona;
– Un hombre político es repugnante, pero una mujer política es horrible;
– La alegría no está en las cosas, sino en nosotros;
– Es la más estéril y peligrosa utopía querer vivir del pasado.
Fuentes: EFE y Actualidad RT