En la primera escala de su primer viaje al extranjero, el presidente Donald Trump aterrizó el sábado en Arabia Saudita en busca de alianzas fuertes para combatir el terrorismo mientras trata de dejar atrás las múltiples controversias que asedian a su joven gobierno.
Trump llegó a Riad después de un vuelo nocturno y fue recibido con una ceremonia real en el aeropuerto, que incluyó una exhibición de la aviación militar saudita y un apretón de manos del rey Salman.
Es el único presidente estadunidense que ha elegido a Arabia Saudita, o a cualquier país mayoritariamente musulmán, como su primera parada en un viaje al extranjero, una opción pensada en parte para mostrar respeto a la región después de más de un año en la que Trump lanzó una dura retórica antimusulmana durante la campaña presidencial.
La visita inicia un ambicioso debut internacional para Trump. Después de dos días de reuniones aquí, Trump viajará a Israel, tendrá una audiencia con el Papa Francisco en el Vaticano y se reunirá con sus aliados en una cumbre de la OTAN en Bruselas y el Grupo de las 7 potencias en Sicilia.
Trump salió de la puerta después de que Air Force One bajara y bajara la escalera con la primera dama Melania Trump. El rey Salman de 81 años, que usó un bastón para el apoyo, fue llevado a las escaleras del avión en un carrito de golf. Los líderes intercambiaron bromas y Trump dijo que era “un gran honor” estar allí.
La visita a Arabia Saudita es el inicio de un ambicioso debut internacional para Trump. Luego de dos días de reuniones en Riad, el mandatario estadounidense viajará a Israel, tendrá una audiencia con el papa Francisco en el Vaticano y se reunirá con sus aliados en una cumbre de la OTAN en Bruselas, además de participar en una reunión del Grupo de los Siete países más industrializados del mundo, el G7, en Sicilia, Italia.
A su llegada a suelo saudí, Trump saludó desde la puerta del avión presidencial Air Force One y bajó por la escalerilla acompañado por Melania Trump. El rey Salman, de 81 años y que utiliza un bastón para apoyarse, llegó al pie del avión a bordo de un carro de golf. Los dos líderes intercambiaron bromas y Trump declaró que era “un gran honor” estar allí.
Varios jets los sobrevolaron, dejando una espera roja, blanca y azul, los colores de la bandera estadounidense.
Momentos después, Trump tuiteó por primera vez desde suelo internacional como presidente: “Genial estar en Riad, Arabia Saudita. Deseoso de lo que viene por la tarde y la noche”.
En una ceremonia posterior en la Gran Corte Real Saudí, el rey colocó a Trump la medalla de Abdulaziz Al Saud, el honor civil más alto de la nación. La medalla, entregada a Trump por sus esfuerzos para fortalecer los lazos en la región, también ha sido otorgada al presidente ruso, Vladimir Putin, a la primera ministra británica, Theresa May, y al predecesor de Trump, Barack Obama.
Funcionarios de la Casa Blanca esperan que esta gira de a Trump la oportunidad para recomponerse tras uno de los periodos más complicados de su joven gobierno. La Casa Blanca no gestionó bien el inesperado cese del director del FBI James Comey, que supervisaba una investigación federal sobre los posibles vínculos entre la campaña del republicano y Rusia. El miércoles, el Departamento de Justicia cedió a los llamados de los demócratas para nombrar un fiscal especial y se decantó por el ex director del FBI Robert Mueller para encabezar la pesquisa.
Momentos después de que Trump partiera hacia Arabia Saudí, se publicaron nuevas informaciones sobre la investigación de Rusia que amenazaron con restar protagonismo a la primera gira internacional del mandatario. The New York Times reportó que el republicano calificó a Comey de “verdadero loco” mientras discutía la pesquisa en curso con dos altos funcionarios rusos que visitaron la Oficina Oval antes este mes. Además, les dijo que despedir a Comey “acabó” con la “gran presión” que estaba sintiendo por el proceso, agregó.
The Washington Post, por su parte, publicó que un asesor de Trump, que no fue identificado, estaba siendo considerado “persona de interés” en la investigación de las autoridades. Además, Comey habría accedido a prestar declaración en una audiencia pública del comité de Inteligencia del Senado en un futuro cercano, agregó.
A pesar de sus problemas a nivel nacional, se espera que Trump reciba una cálida acogida en Arabia Saudí. La familia gobernante estaba molesta con la distensión con Irán impulsada por su antecesor Barack Obama y por sus reservas a la hora de abordar la guerra civil en Siria.
Carteles con la imagen de Trump y el monarca salpican las carreteras de Riad con el lema “Juntos venceremos” y el lujoso hotel del presidente estaba bañado con luces rojas, blancas y azules y, en ocasiones, con una imagen de la cara del mandatario.
Trump y el monarca se reunieron brevemente en la terminal de aeródromo para tomar café. Después, Trump se dirigió a su hotel antes de las demás reuniones de la jornada. Durante el vuelo, el presidente se reunió con su equipo, trabajó en discurso que ofrecerá en el país y aprovechó para descansar un poco, dijo el secretario general de la Casa Blanca, Reince Priebus.
A su llegada a Arabia Saudí, Melania Trump vestía un overol negro con un cinturón dorado y no se cubrió la cabeza, como suelen hacer los cargos extranjeros que visitan el país. En 2015, su esposo criticó en Twitter a Michelle Obama por no vestir velo durante su visita al reino.
Para un presidente que basó su campaña en el lema “Estados Unidos primero”, el viaje es un momento crucial para que sus socios aumenten su compromiso con alianzas con décadas de antigüedad.
“El presidente Trump entiende que ‘Estados Unidos primero’ no supone solo Estados Unidos”, dijo H.R. McMaster, asesor de seguridad nacional del republicano. “Priorizar los intereses de Estados Unidos supone fortalecer las alianzas y asociaciones que nos ayudan a extender nuestra influencia y a mejorar la seguridad del pueblo estadunidense”.
Fuente: AFP