El viernes 18 de septiembre aproximadamente a las 5 de la mañana en el penal de máxima seguridad Cefereso No. 1, mejor conocido como El Altiplano, en Almoloya, Estado de México, se llevó a cabo un operativo encabezado por policías federales en el que irrumpieron en las celdas de los más de mil prisioneros de todos los módulos y quitaron televisiones y relojes a todos los reclusos.
Desde ese día iniciaron protestas de los internos. De acuerdo a la información recabada el sábado 19 y domingo 20, la revuelta llegó a la quema de colchones en el módulo 2, lo cual representa un incidente nunca antes conocido dentro de una cárcel de máxima seguridad en México.
El 11 de julio pasado escapó de esa prisión el líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera El Chapo Guzmán, quien hasta la fecha permanece prófugo. Y a principios de septiembre fue encontrado muerto en su celda Sigifredo Nájera Talamantes El Canicón, supuestamente por una sobredosis de droga según dijo el gobierno federal, cuando se supone que en el penal de máxima seguridad hay todos los filtros para que esas sustancias no ingresen.
Como parte de las protestas en El Altiplano al menos 20 internos del módulo 1, a donde fueron transferidos los presos de alta peligrosidad del área de Tratamientos Especiales, iniciaron el viernes 17 una huelga de hambre que se mantenía al menos hasta el domingo 20.
Entre los presos del módulo 1 están Héctor Beltrán Leyva, exlíder del Cártel de los Beltrán Leyva; Servando Gómez Martínez La Tuta, líder de Los Caballeros Templarios; Edgar Valdés Villarreal La Barbie; Mario Cárdenas Guillén, del Cártel del Golfo; Arturo Martínez Herrera, José Bernabé Brizuela Meraz La Vaca, operador del Cártel de Juárez, y George Khouri.
El operativo y las protestas fueron confirmadas ayer aProceso por familiares de reclusos de distintos módulos y abogados de defensa, entre ellos el litigante José Luis Cobián.
Los televisores y relojes quitados a los presos, explicó Cobián, fueron en cada caso autorizados por el Consejo Técnico Interdisciplinario del Cefereso, que depende del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS).
“No es ilegal tenerlos, fue autorizado y no hay una ley que lo prohíba por lo que la acción (de quitarlos) fue arbitraria y afecta la seguridad jurídica y garantía de audiencia de todos los internos”, señaló.
“Hay un descontento muy grande”, confirmó uno de los familiares que apenas el sábado visitó a uno de los internos y que pidió se reservara su nombre.
Las protestas empeoraron tras la visita que hizo al penal el 19 de septiembre Renato Sales, recién nombrado comisionado nacional de Seguridad. La CNS emitió ayer un boletín de prensa e informó de la visita de Sales a El Altiplano pero no mencionó nada de la protesta.
Un polvorín
Desde el 21 de julio pasado el nuevo director de El Altiplano es Jaime Fernández López, quien ocupaba el mismo puesto en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 5 en Perote, Veracruz. Sustituyó a Valentín Cárdenas, quien fue destituido después de la fuga de Guzmán Loera.
El viernes pasado Cárdenas y otros 11 exfuncionarios de ese penal, entre ellos custodios, fueron ingresados por la mañana a El Altiplano por su presunta complicidad con la fuga de El Chapo, lo que aumentó aún más la tensión dentro del penal.
El arresto de los funcionarios fue informado por la PGR hasta la tarde de ese día. Según la información recopilada, el operativo llevado a cabo la madrugada del viernes tenía el fin de buscar drogas y explosivos en los módulos del penal, pero les quitaron a los internos los televisores de 7 pulgadas y relojes de plástico autorizados por el Consejo Técnico.
De acuerdo al abogado José Luis Cobián, antes del operativo del viernes cerca del 80 por ciento de los internos de El Altiplano tenían televisión o reloj, lo que representa cerca de mil reos.
La televisión autorizada por el Comité debe ser de 7 pulgadas, pantalla plana, sin bocinas y los internos sólo pueden ver la televisión con audífonos. No hay horarios de restricción así que los presos pueden verla a todas horas, explicó el abogado.
A diferencia del resto de los presos, Guzmán Loera tenía en su celda de manera ilegal una televisión con bocinas y cuyo volumen incluso estaba muy alto el día de su fuga, según se afirma en el expediente judicial abierto sobre el escape (Proceso 2022).
Los únicos relojes de pulso a los que se supone tienen derecho los internos deben ser negros, de plástico y sin ninguna pieza de metal en su exterior. Al igual que los televisores, son adquiridos por los familiares y entregados en el área de resguardo del penal de donde luego son repartidos según la autorización de los directivos del penal.
Cobián explicó que un interno tarda entre seis o siete meses en tener acceso a esos beneficios luego de que pasan por el Centro de Observación y Clasificación (COC) y los asignan a un módulo.
“Las autoridades del penal erróneamente lo catalogan como un estímulo no como un derecho”, dijo Cobián. “Lo toman como un premio otorgado por buen comportamiento y por colaborar con las autoridades penitenciarias”. Pero es un derecho constitucional, afirmó.
Otros abogados con quienes se corroboró la información de la protesta señalaron que el ambiente al interior de la cárcel es muy tenso y que las medidas de presión contra los internos han ido en aumento desde la fuga de Guzmán Loera, aunque no fueron los reclusos los responsables.
Por ejemplo, se señala, desde el viernes que retiraron televisores y relojes se han restringido las visitas de los abogados de defensa de varios de los internos, argumentando que cuando pasan a los filtros de seguridad están “contaminados”.
Después de la fuga de Guzmán Loera, supuestamente ocurrida por un túnel que daba a la regadera de la celda número 20, el área de Tratamientos Especiales destinada a los presos de mayor peligrosidad está en remodelación. Desde hace más de un mes todos los internos de esa área fueron cambiados al módulo 1 de manera temporal. Dicho módulo está en el área central de la prisión.
Se afirma que desde el viernes los internos del módulo 1 ya no ingirieron la cena que se les deja en cada celda.
Visita en medio de la revuelta
Sales, nuevo titular de CNS, llegó el sábado al penal en medio de un fuerte dispositivo militar y de la PF. Se señala que durante su visita hubo actos de insultos y agresión contra los internos que empeoraron el clima en el interior del penal.
“La visita realizada el día de ayer 19 de septiembre, inició al filo de las 10 de la mañana, sirvió para conocer los protocolos de seguridad que se aplican, los filtros de acceso que existen y supervisar en general cómo está operando el centro”, indicó ayer el boletín de prensa del CNS. Pero nada se dijo de la protesta.
“Durante el recorrido en las instalaciones, que se prolongó por casi cuatro horas, el comisionado nacional de Seguridad aprovechó para visitar uno a uno los módulos que componen la población penitenciaria, incluyendo aquellos que resguardan a los internos de alta peligrosidad”, señaló el comunicado.
Hasta la noche del día de ayer no se reportaban heridos ni que la protesta se hubiera tornado violenta.
Fuente: Proceso