Keiko Fujimori, excandidata presidencial e hija del exmandatario Alberto Fujimori, fue detenida la semana pasada de forma preliminar por 10 días, medida que podría haberse prolongado hasta el viernes en el marco de las pesquisas.
La líder del partido Fuerza Popular, que tiene mayoría en el Congreso, encararía ahora en libertad las investigaciones de la fiscalía, que la acusa de haber liderado una organización criminal con fines políticos y de haber recibido un aporte de 1,2 millones de dólares de Odebrecht.
El escándalo de corrupción de Odebrecht, que ha reconocido sobornos en varios países de Latinoamérica, ha salpicado a los gobiernos de los últimos cuatro presidentes de Perú.
Junto a Fujimori, el juez de la sala penal anuló el arresto preliminar de otros 19 imputados, alegando que la medida no había incluido fundamentos propios para ordenar su detención.
Tras la lectura del fallo, la líder opositora lloró y abrazó a su abogada y a su esposo en la sala. “Yo jamás me voy a fugar del país”, dijo Fujimori más temprano en la audiencia.
La fiscalía local afirma que el aporte de dinero sirvió para financiar su campaña política para las elecciones del 2011, cuando perdió frente al militar retirado Ollanta Humala, quien estuvo detenido 10 meses hasta abril acusado también de recibir presuntos fondos ilegales de Odebrecht.
El caso judicial de Fujimori es otro golpe contra el clan familiar luego de que un juez anuló a inicios de mes un indulto humanitario a su padre, para que cumpla una condena de 25 años de prisión por violación a los derechos humanos.
Fuente: Reuters