La bodega en donde está la salida del túnel por el que se fugó del penal federal de El Altiplano, Joaquín “El Chapo” Guzmán, tiene aún restos de herramienta, no tiene ventanas y tiene dos hoyos en el suelo, sólo uno de ellos tiene una escalera para ingresar al subsuelo.
Con ayuda de un perito federal, primero se baja una escalera de madera y se accede a un pequeño cuarto donde aún hay una colchoneta arrumbada, madera, herramienta diversa, una radiograbadora, los restos de una planta de luz y al fondo otro hoyo que tiene encima una polea o montacargas.
Ahí hay otra escalera recta que baja otros siete metros al subsuelo en donde comienza el recorrido del verdadero túnel que lleva al penal federal, dice el experto.
Desde este primer cuarto en donde lo que abunda es el polvo, hay un tubo de PVC con un extractor que baja al túnel y lleva aire a su interior.
Las autoridades federales sólo permiten permanecer en este sitio por tres minutos, sin tocar nada de lo que queda ahí pese a que ya concluyeron los peritajes.
Al salir a la superficie una capa de polvo se levanta. La bodega queda de nuevo resguardada por militares y policías estatales, al igual que la vivienda cuya puerta blanca queda de frente saliendo de la bodega.